La revolución de la arquitectura

La crisis del coronavirus ha cambiado el concepto de vivienda y obligado a los expertos a repensar la arquitectura de las ciudades. Espacios más amplios y flexibles en los que las ventanas y balcones cobran valor. Así serán las casas en la era postcoronavirus
Fachada de un edificio de Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Fachada de un edificio de Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Nada volverá a ser igual. Son muchas las voces que aseguran que, tras la crisis que mantiene confinadas en sus casas a millones de personas en todo el mundo, se producirán muchos e importantes cambios en la sociedad. También en el diseño de los hogares y las ciudades. El teletrabajo, la protección del medio ambiente, la apuesta por el comercio de proximidad o la vuelta al rural son algunos de los aspectos que marcarán, según los expertos, la arquitectura en la era postcoronavirus.

Así, hace algunos días en estas mismas páginas, el arquitecto pontevedrés César Portela apelaba a que la cuarentena debería servir para realizar una reflexión colectiva tanto sobre el diseño y la arquitectura de los hogares, como sobre el valor del espacio compartido. "Porque agora que nos restrinxiron a saída da casa vemos como esta, que é algo fundamental evidentemente nas nosas vidas, non o é todo. A nosa casa non é suficiente", manifestaba el Premio Nacional de Arquitectura 1999.

También la decana del Colegio de Arquitectos de Galicia, Elena Ampudia, destacaba esta semana como aspecto positivo de la situación extraordinaria actual que, debido al confinamiento en los hogares, una parte de la ciudadanía es posible que quiera mejorar las condiciones en sus viviendas, "una demanda que podrá generar trabajo para el colectivo de arquitectos y el sector de la construcción en general".

"La vida no empieza hasta que empiezas un jardín". Este proverbio chino se pone de relieve hoy más que nunca, dice la arquitecta y directora de la Escola Galega da Paisaxe Juana de Vega, Isabel Aguirre Urcola, para quien la relación con la naturaleza será clave en la arquitectura que surgirá tras la crisis del coronavirus.

Premio Nacional de Arquitectura 1997 junto al arquitecto portugués Álvaro Siza, esta vilagarciana subraya que la situación de confinamiento ha puesto sobre la mesa algo que desde hace diez años tratan en el Master sobre Paisajismo que desarrolla la institución que dirige: la importancia del paisaje en la vida y en la salud.

Aguirre apunta como elemento básico a la hora de concebir una vivienda el trabajo telemático. "Esta manera de movernos para ir a trabajar supone una importante pérdida de tiempo y la contaminación que genera es una lacra". En consecuencia, las administraciones deberán potenciar el transporte público. Otra de las cosas que deberán cambiar serán las conexiones a internet, que deberán ser para todo el mundo y de calidad. "Ahí es donde habrá que hacer una apuesta tecnológica clarísima", añade Isabel Aguirre.

Para la directora de la Escola Galega da Paisaxe, las viviendas dejarán de ser espacios a los que las personas acuden simplemente a dormir. "Van a ser para vivir y para trabajar, para compartir, por lo que se necesitarán espacios más amplios".

CONEXIÓN CON LO NATURAL. Para la experta en paisaje, la conexión con la naturaleza será clave en la arquitectura a partir de ahora. Isabel Aguirre recuerda que se recomienda que cada casa tenga una zona verde a unos 300 metros. "Eso implica tener ciudades verdes y no solamente hablamos de parques, sino también de los arbolados de las calles", subraya la arquitecta.

"Circula por ahí un vídeo en el que e ve cómo los animales salvajes están entrando en las ciudades porque no les estorba nadie. En este momento la protección de la naturaleza es brutal porque nadie está contaminando. Entonces, que eso no se produzca porque estemos encarcelados, sino porque estamos cuidándola", reclama.

La apuesta por el consumo de cercanía es otro aspecto que condicionará las sociedades de la era postcoronavirus y consecuentemente el diseño de las ciudades. "Esto tiene mucho que ver con la vuelta al rural y la conservación del paisaje, además de influir en el cambio climático, teniendo en cuenta la contaminación que supone el transporte que llevamos años haciendo con todo tipo de productos, que consumimos irresponsablemente sin pensar la contaminación que supone el transportarlos desde países lejanísimos, cuando los podemos tener cerca", indica Aguirre.

¿CÓMO SERÁN LAS VIVIENDAS? Aunque es el momento de que los expertos empiecen a repensar en las ciudades que vienen, lo que parece claro es que la demanda de los ciudadanos se dirigirá hacia viviendas más amplias, bien orientadas, soleadas, con ventanas al exterior, terrazas y balcones. "Qué importantes se han vuelto los balcones", reflexiona Aguirre, que apunta como posible camino a seguir los bloques de viviendas holandesas con patios de grandes dimensiones, inspirados en su día en construcciones españolas, italianas y rumanas.

"Todo eso habrá que repensárselo. Habrá que asumirlo y entenderlo como una verdadera necesidad", añade la directora de la Escola Galega da Paisaxe, que recuerda la relación entre contaminación y salud. Un metro cúbico de calle que no esté arbolada registra 12.000 partículas aproximadamente en suspensión, mientras que si está arbolada la cantidad desciende a 1.200. "Esas partículas aplastan al virus contra el suelo, no lo dejan salir volando", señala.

"Todo lo que es la salud pública, las ciudades verdes, las infraestructuras y la calidad del espacio privado es fundamental", concluye Aguirre que destaca la vuelta al rural como una consecuencia de la crisis del coronavirus.

"La calidad de vida que se puede tener en una aldea es abismal. Yo defiendo a ultranza la calidad del mundo agrícola, es una vida fantástica".


PLÁCIDO LIZARCOS. DIRECTOR DE LA ESCOLA TÉCNICA DE ARQUITECTURA DE A CORUÑA

"Redescubrimos que a casa é máis que un investimento, é o lugar onde vivimos"

Plácido Lizarcos. CEDIDANestes tempos nos que a vivenda propia se converteu no espazo de traballo, na escola dos nenos e mesmo no espazo onde se desenvolve a vida social, a Escola Técnica de Arquitectura de A Coruña vén de desenvolver a iniciativa Clínica das Casas, desde a que asesoran a quen o precisa sobre o espazo no que habita.

¿En qué consiste este proxecto Clínica das casas?
​Desde a Universidade ofrecemos unha visión de arquitectura como servizo. A arquitectura é unha bela arte, unha profesión regulada, pero tamén é un servizo público e é un dereito. Somos moitos os que reivindicamos o dereito a arquitectura, igual que existe o dereito á educación ou á sanidade. Aquel conxunto de cousas que facilita a construcción dunha vivenda apropiada. Poñemos enriba da mesa a función social da arquitectura. Ofertamos este servizo a quen necesite recomendacións que se poidan dar telematicamente ou que apoiemos na reflexión sobre como están vivindo.

Como se desenvolve?
Moitas veces un simple cambio da organización dos mobles é suficiente para mellorar a funcionalidade dun espazo. Noutros casos só se necesita organizar os tempos das persoas. Nós damos as recomendacións que vemos pertinentes. Somos un colectivo de profesores, estudantes, profesionais da investigación... que atesouramos capacidades moi diversas a disposición da sociedade para asistila nas melloras da habitabilidade das súas vivendas.

Que cambios cre que vai supor esa reflexión tralo confinamento na arquitectura das vivendas?
Antes falabamos de casa, non de vivenda. A casa érao todo. Tradicionalmente a vivenda era o elemento que conectaba a unha familia. Eran plirinucleares e sobrevivía ás persoas. Ese concepto foi mudando. Ata que hoxe entendemos a vivenda como a máquina de habitar, do mesmo xeito que pode ser unha lavadora ou un lavavaixelas. Agora estamos redescubrindo que a casa é máis que un investimento económico con capacidade para gardar os aforros da familia é o lugar onde vivimos.

Antes a vida social tamén era na casa, non?
Progresivamente a casa contemporánea en Galicia e en todo occidente na medida que foi converténdose nunha mercancía. Antes facíase todo na casa, unha pedida de man, unha voda, un pasamento... Todo iso foi saíndo da casa para a cidade e a vida pública. E hoxe con este confinamento, todo iso volve para o fogar. Isto invítanos a pensar que a vivenda comercial ten que ser flexible. Antes tiña cuartos, cociña, garaxe... Esa organización de sempre ten que ser moito máis flexible para que a propia familia poida configuar os espazos en función da propia estrutura conxuntural. Unha parealla cando ten 25, 55 anos... non ten os mesmos requerimentos vitais. Por que a vivenda ten que ir sendo a mesma, xa non pensemos na variable de configurar unha vivenda pensemos nas posibilidades de crecemento do núcleo.

Por onde empezamos a cambiar?
En xeral ten que mudar a forma en que se constrúe, se proxecta e se vive nas cidades. Aí a administración pública, que regula os procesos relacionados coa industria coa vivenda. Incluso ten que tomar un papel líder que hoxe por hoxe é débil á hora de promover vivenda pública. A primeira condición da nova vivenda é que ten que ser accesible. Non pode ser un luxo. É un dereito humano e consustancial ás persoas. A partir de aí poderiamos empezar a falar de que tivera condicións de habitabilidade apropiadas, sabemos que hoxe existe un amplo número de vivendas que poderían mellorar, que non teñen condicións para captar o sol axeitadamente.

E no xeito de deseñar as cidades, tamén vai cambiar?
Permíteme o símil: a cidade é como unha paella, pero o arroz é a vivenda. Todo o que cohesiona shoppings, edificios para o lecer... todo o que lle dá sentido son as persoas. Si nunha paella o arroz está cru a paella non vale. Cremos que é o momento de reconsiderar a cocción do arroz. A cidade é un aglomerado de vivendas, a forma en que estas se enlazan entre si, constrúen espazos e se conectan con institucións e edificios públicos constrúe a cidade. Evidentemente todo iso ten que ser considerado agora. Estamos asistindo a unha progresiva transformación da cidade e temos que estar atentos. O que está en xogo agora non é un asunto sanitario, senón tamén social.


ANSELMO VILLANUEVA. PRESIDENTE DE LA DELEGACIÓN PONTEVEDRESA DEL COAG

"Vamos hacia pisos más amplios con espacios para compartir"

Anselmo Villanueva. CEDIDAApostar por la rehabilitación de las viviendas actuales o por modelos comunitarios de construcción son, para el presidente de la delegación pontevedresa del Colegio de Arquitectos de Galicia, Anselmo Villanueva, dos de los caminos hacia los que derivará la arquitectura tras este punto de inflexión marcado por la crisis de la Covid-19.

Villanueva coincide con otros colegas del sector en que los cambios llegarán sí o sí una vez superada la crisis, aunque apunta a que el resultado deberá ser fruto de la investigación de las distintas ciencias, arquitectura, sociología..."Es pronto para definir los cambios, pero no hay duda que habrá nuevas demandas de viviendas, va a haber cambios de la gente que quiera irse a pisos más amplios", señala al otro lado del teléfono. Para el titular del Colegio de Arquitectos pontevedrés, las nuevas promociones serán distintas "porque nos damos cuenta de que vivimos en una especie de almacenes donde muchos no tienen ni comodidades ni contacto con el exterior", añade.

Anselmo Villanueva considera que esta situación de confinamiento se traducirá en una vuelta atrás en la que los profesionales de la arquitectura revisarán los paradigmas de épocas anteriores para levantar los cimientos de la arquitectura del futuro. "Esto va a ser como un flashback que nos va a retrotraer a hace cien años atrás para revisar los movimientos modernos".

"Parece que todo esto se traducirá en la demanda de pisos donde haya espacios comunes, donde haya zonas para poder compartir para poder vivir incluso entiendo que va a haber un cambio en la forma de vida o de habitar los edificios y se va a adoptar lo que tiene que ver con lo social", señala.

Aunque por el momento todo son impresiones, apuntala, "probablemente una persona que pensaba comprar un piso ya no pensará en un modelo tradicional sino en algo comunitario en un housing, incluso muchas veces obligados por la necesidad económica, que van a condicionar las posibilidades de cada uno".

EL SECTOR. Son momentos complicados para el sector de la arquitectura que nunca llegó a recuperarse del todo de la crisis económica anterior, tal y como apunta el delegado de los arquitectos. "Habrá una recaída –advierte– pero la afrontamos con mucha esperanza sabiendo que no va a haber el mismo trabajo y que el arquitecto tiene mucho que decir", indica.

De nuevo, la rehabilitación tendrá un papel fundamental incluso tras la crisis del coronavirus, en un momento en que se atisba una caída del 50% de los proyectos previstos para este año.

"Es importante que las administraciones nos tengan en cuenta a la hora de contratar proyectos, de formular propuestas, que se genere debate y que estemos ahí", manifiesta Anselmo Villanueva. "Es una parte muy importante y muy enriquecedora, incluso a la hora de adjudicar obras se pueden sacar concursos a través del Coag", concluye.

En la actualidad, la actividad del Coag se centra en la atención a las consultas de los profesionales. Un total de 413 arquitectos están aprovechando para realizar cursos formativos sobre actualidad normativa, accesibilidad, eficiencia energética y edificaciones fuera de ordenación.

Por otra parte, el organismo colegial está participando en el reparto de mascarillas y material de protección entre sus colegiados.

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