Las Rías Baixas inauguran el verano post-covid

Mascarillas, arenales parcelados y aparcamientos alejados de la playa, la nueva normalidad estival en Pontevedra
 
Algunos de los primeros turistas que pasaron el día en la Illa de Ons. GONZALO GARCÍA
photo_camera Algunos de los primeros turistas que pasaron el día en la Illa de Ons. GONZALO GARCÍA

Aunque será a partir del 1 de julio cuando la temporada estival arranque de manera oficial en las Rías Baixas, lo cierto es que este fin de semana se pusieron en marcha algunos servicios con todas las medidas de higiene y seguridad que dicta la nueva normalidad. También se pudo ver a los primeros turistas acercándose a los arenales de las Rías Baixas. Así, aunque hasta la semana que viene no se inaugurarán las parcelas de Silgar, lo cierto es que ayer ya se podía disfrutar de un día sol en la playa por excelencia de Sanxenxo con un recinto delimitado.

Sanxenxo se ha convertido, en las últimas semanas, en el foco de todas las miradas en lo que a seguridad playera se refiere. El municipio liderado por Telmo Martín, además de parcelar 9.000 metros cuadrados del total de 30.000 con los que cuenta la emblemática playa de Silgar, que también dispone de una amplia zona de utilización libre, contará durante los próximos meses con acomodadores y personal de vigilancia. Y no serán las únicas medidas con las que el Gobierno local busca garantizar la seguridad. Tanto Silgar, como Caneliñas, Panadeira y el resto de los arenales contarán con drones de vigilancia, que comenzarán a sobrevolar los arenales una vez que el Concello reciba la autorización por parte del Gobierno central. Además, el organismo local ha prohibido comer y jugar a la pelota en las playas del municipio y habrá limitación horaria en Silgar: los bañistas podrán acceder al arenal entre las 11.00 y las 21.00 horas.

Los Concellos de O Salnés como O Grove y Vilagarcía no abordarán medidas excepcionales en los arenales como en el caso del modelo sanxenxino, tal y como ya habían anunciado con la reapertura de las playas. Ambos gobiernos locales han coincidido en señalar la «falta de capacidad» para acometer una vigilancia intensiva, por lo que prevalecerá la responsabilidad particular. Poio tampoco abordará medidas excepcionales.

Las navieras que operan en las rías trasladaron ayer a los primeros turistas al Parque Nacional de las Illas Atlánticas

O MORRAZO. En la comarca de O Morrazo, los bañistas y turistas pudieron disfrutar de la totalidad de las playas sin a penas restricciones, menos en Cangas, donde el Concello ya ha comenzado a trabajar con las medidas de seguridad, aplicadas al tráfico rodado. Los foráneos que quieren disfrutar de alguno de los arenales cangueses tienen que aparcar el coche lejos de los mismos y echarse a caminar, todos menos aquellos que se decantaron por las playas de Nerga, Menduíña y Rodeira a las que se accede por carreteras provinciales.

Por otra parte, los residentes, propietarios de segundas residencias y hosteleros cuentan con unas tarjetas acreditativas, ya que estas restricciones no se les aplican porque son una medida para evitar las aglomeraciones y las caravanas de coches de "turistas" durante la época estival.

Mientras, en Marín y Bueu por el momento se puede disfrutar con libertad de las playas, ya que todavía no se conocen cuales serán las medidas que los concellos llevarán a cabo para el control de los aforos.

ILLAS ATLÁNTICAS Las medidas de seguridad se pusieron en marcha también en las primeras visitas al Parque Nacional das Illas Atlánticas. Las navieras que operan en las rías de Pontevedra, Vigo y Arousa, pusieron en marcha ayer sus motores y acercaron a las islas Cíes y Ons, en el caso de Naviera Nabia, a alrededor de 500 turistas.

El cupo máximo autorizado por la Xunta para visitar las islas Cíes es de 1.800 para aquellas personas que solo quieran disfrutar de una jornada de playa y sol, mientras que en Ons se reduce a 1.300. Con respecto a la acampada, 200 personas pudieron estrenar el cámping de las islas Cíes, pero para hacerlo en Ons se tendrá que esperar al próximo sábado.

Llevar mascarilla, utilizar gel hidroalcohólico y guardar la distancia de dos metros en el barco son algunas de las medidas con las que se iniciaron los trayectos a las islas atlánticas.