Ricardo Mirón se desplazó este jueves, ex profeso, desde su residencia en Gijón a Pontevedra para sellar este acuerdo de conformidad. A pesar de haber asumido su culpabilidad ante la Justicia, el expresidente de la Cámara de Comercio de Pontevedra insiste en que es inocente "y si llegamos a ir a juicio seguramente saldría absuelto, tal y como me ha dicho mi abogado. Pero preferí conformarme para no darle más vueltas a esto, no tener que volver a juicio y porque el acuerdo beneficiaba a los otros dos acusados".
Basa su convencimiento en que "yo me limitaba a firmar los documentos que me ponía delante Charo Lorenzo, que era la experta y la que sabía del tema. Si hay algún responsable de algo, que le pregunten a ella".
Aunque admite que una condena siempre es un borrón en el currículum de una persona, matiza que la inhabilitación para cargo público durante cinco años no trastocará su día a día, "porque no tengo pensado volverme a presentar para ningún cargo más".
No obstante, asegura categórico que "si fuese más joven o continuase dedicándome al mundo de la empresa, no lo dudaría en ningún momento y habría ido hasta el final, porque estoy seguro de que en el juicio se demostraría mi inocencia".
Mirón también aclara que no le une ningún tipo de vínculo de amistad o afinidad con Manuel Cabada, el empresario condenado por prestarse a este fraude. "Lo conocía como conozco a mucha otra gente de Pontevedra, pero no me iba de vinos con él", añade.
Por su parte, Charo Lorenzo declinó hacer este jueves ninguna valoración sobre el acuerdo judicial alcanzado en la Audiencia. "Gracias por la propuesta pero no tengo nada que decir", replicó.
