Rúa Peregrina, una de las arterias de la ciudad

La vía cuenta con negocios con solera como Juan Juncal Golosinas, Juncal Alimentación, Jomafer o las joyerías Hermida y Martínez Vilanova. Antes de la peatonalización, por ella pasaban los itrolesi
photo_camera Rúa Peregrina. VÍDEO: ALBA GARCÍA

Con aproximadamente 400 metros de longitud, la calle Peregrina siempre ha sido uno de los centros económicos de Pontevedra. A lo largo del tiempo su imagen cambió radicalmente, dejando atrás el tránsito de coches o de los populares troles y dejando espacio para los peatones.

En lo referido a su denominación, y tal y como explica Juan Juega Puig en su libro Rúas de Pontevedra, "a rúa en 1843 denomínase de Nodales, recuperando en 1854 o seu nome tradicional, para chamarse de Salmerón en 1931. Ningunha destas novas atribucións fixo fortuna".

Debido a su tamaño, la vía se puede dividir en tres tramos. El que comprende desde la Praza da Peregrina hasta la calle Daniel de la Sota, el que va desde este punto hasta el cruce con Sagasta, y el que llega hasta la Avenida de Vigo. Centrándose en el primer tramo, allí se recuerdan establecimientos históricos. Ramón Rozas hace alusión en su libro Rúas de Pontevedra a locales como "Barros; Jomafer ou Tobaris; a Drogueria Elba; as perruquerías de Antonio e Marcelino; a zapatería de Pacucho, co seu taller na trastenda; a de fotografía de Yáñez, excelente retratista que se atopaba no estudo que antes tiña Sáez Mon; a librería de Viñas, que perpetuaba nos seus descendentes o labor de Indalecio Vinas, magnífico encadernador; o restaurante Chipén, o ultramarinos de Juncal, electricidade Portela ou a farmacia de Trinidad Mosquera". Todos estos negocios, añade Rozas, "son unha parte da historia desta rúa na que aínda se mantiña, pola proximidade de todos estes negocios entre eles, ese sentimento de gran familia, de conxunto de xentes do mesmo barrio, dispostas a botarse unha man no que fixera falta".

Algunos de los comerciantes del primer tramo de la calle Peregrina. GONZALO GARCÍA
Algunos de los comerciantes del primer tramo de la calle Peregrina. GONZALO GARCÍA

Negocios actuales

Entre los que todavía sobreviven en esta calle destacan tiendas de alimentación, de ropa, zapaterías o joyerías. Los más populares son los de la familia Juncal. "Sobre los años 50 abrieron mi abuelo, Lino Juncal, y su hermano, Juan, el local número 12, el que actualmente es de gominolas. Ellos trabajan en Renfe y por consejo de un hermano emigrado que tenían en Argentina, montaron un negocio de ultramarinos. El ultramarinos tenía taberna y allí estuvieron juntos hasta el año 1975, que fue cuando su hermano Juan Juncal siguió allí y Lino, mi abuelo, montó este otro establecimiento", explica Roberto Juncal, haciendo alusión al negocio Juncal Alimentación, el cual regenta él en la actualidad. "En aquella época este local era una auténtica novedad porque era un autoservicio, no tenías que ir al mostrador a pedir y eso era algo innovador. Después cogió el local mi madre y desde el año 2010 estoy yo con mi mujer", explica.

En lo que respecta al negocio de Juan Juncal Golosinas, este pasó a la hija de Juan, Julia, y posteriormente a Jesús Blanco, el actual dueño. "Julia se jubiló el año pasado, en agosto, y fue cuando lo cogí yo", recuerda el propietario.

En la oferta comercial de esta calle cabe mencionar tiendas como Rei Zentolo (se trasladó hace 9 años), Nikis (abrió hace 4), Pedemeia (llegó a la zona en 2003), Colett (hace más de 12 años), Miler Vintage Running Club (en diciembre de 2013), Your Way Store (hace 4 años), o Juncal Golosinas (desde 2018), así como también otras más históricas como Jomafer, que se fundó en 1957.

La última en aterrizar en la zona fue la zapatería Natural World Eco, que abrió en junio. Marina Artime, una de sus empleadas, explica que "esta es una calle con mucho movimiento pero tenemos que afianzar más a la clientela. Al no ser una calle meramente comercial, como Benito Corbal, la gente viene más de paseo que a comprar".

A esta lista de negocios del primer tramo de la vía hay que sumar también el Kiosko Peregrina 13 o las joyerías Hermida y Martínez Vilanova. La dueña de esta última, María Jesús Martínez, señala que "este local abrió en 1947 y desde entonces la zona cambió mucho, sobre todo desde la peatonalización. Antes aquí eran todo coches y había microaceras y ahora se ve mucha más gente".

Por su parte, Rafael Hermida, propietario de la otra joyería de la calle, explica como "mis padres abrieron primero en la calle Sarmiento y después, en 1976, abrimos este local". El empresario recuerda como "con la peatonalización y el crecimiento de la venta online, cambió todo". La mayor ventaja de la vía, en su opinión, es que "es una calle peatonal y tiene un entorno muy agradable. Además, es de tránsito casi obligatorio porque según a dónde vayas tienes que pasar por aquí".

Recuerdos

Los comerciantes que llevan en esta zona décadas recuerdan a la perfección el cambio que sufrió el entorno tras la peatonalización. "Cuando yo vine para aquí, por esta vía pasaban coches y aparcaban delante de la iglesia", afirma Jesús Blanco.

"Yo vivía aquí y me acuerdo de cuando pasaban los troles por esta calle. Además, en 1988, cuando compré mi primer coche, recuerdo aparcar delante de la tienda Barros para enseñárselo a mi madre. En aquel entonces había una acera mínima y los coches aparcaban a ambos lados de la vía", asegura Roberto Juncal, quien apunta que, "al ser una de las primeras arterias que se peatonalizó, la gente cogió la costumbre de pasear por aquí. Es una zona de mucho tránsito".

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