Rugby, compañerismo y diversión en la Escuela Naval Militar de Marín

El equipo de la Brilat y el de la Guardia Real disputaron un partido para conmemorar los 50 años de la Brigada
El equipo de la Guardia Real, el de la Brilat y los árbitros se fotografían juntos al final del partido
photo_camera El equipo de la Guardia Real, el de la Brilat y los árbitros se fotografían juntos al final del partido

La Escuela Naval de Marín vivió este martes una cita deportiva de lo más especial. Con motivo del 50 aniversario de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat), se celebró un partido de rugby entre el equipo de la Brilat y el de la Guardia Real, uno de los eventos enmarcados dentro de un calendario de celebraciones que también abarca desfiles, música y exposiciones.


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El ambiente en el campo era distendido al inicio del partido, aunque la emoción no se podía ocultar. Varios militares, desde la sombra, seguían los movimientos de sus compañeros en el campo, que corrían, gritaban y luchaban por conseguir el balón bajo una temperatura de, aproximadamente, 30 grados al sol. La ligereza de las equipaciones de ambos bandos, desprovistas de gran parte de la protección aconsejable para practicar este deporte, facilitaba la tarea de los ya sudorosos jugadores, aunque también permitían que estos notasen las embestidas de los contrarios con mayor intensidad en su propia carne. Aún así, no hubo incidentes destacables. Las quejas de los jugadores tan solo se dirigían hacia la línea de touch para pedir agua.

A 15 minutos para el final de la primera parte, el marcador continuaba 0-0 y el equipo de la Brilat y el de la Guardia Real desarrollaban un juego muy igualado. Los jugadores gritaban "arriba" o "presión" cuando se veían amenazados por un posible tanto en favor del contrario y también fueron varios los momentos de tensión vividos hasta que el conjunto de la Guardia Real consiguió cinco puntos en su marcador y el árbitro anunció el final de la primera parte, cuyo descanso aprovecharon los dos bandos para saludarse y abrazarse, dando muestras de un ambiente de total compañerismo y espíritu deportivo, dentro y fuera del campo. "Da gusto jugar contra el equipo de la Brilat", señalaba el capitán del equipo de la Guardia Real, al final del encuentro. El Sargento Primero José Vivas se mostró muy contento por "poder competir con un equipo que juega limpio y duro. Cuando es así, siempre nos lo pasamos mejor".

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La segunda parte del partido comenzó con un empate 5-5, pero la balanza volvió a inclinarse en favor del equipo de la Guardia Real, más experimentado que su adversario, mientras que el de la Brilat se esforzaba por mantener la línea y el árbitro exigía que se cumpliesen las reglas del juego a golpe de silbato. Algún que otro penalti y un calor cada vez más abrasador desencadenaron un momento que cada vez se veía más inevitable, a tres minutos del final del partido: el equipo de la Guardia Real anotaba siete puntos más en su marcador y se proclamaba ganador con un resultado final de 12-5 en su favor. Pero este era un partido en que poco importaban los vencedores y los vencidos. Con mucho entusiasmo y satisfacción, ambos equipos se dispusieron a formar el tradicional pasillo, tras el cual se sucedieron, de nuevo, los abrazos y felicitaciones. "Poder ganar siempre está bien, pero hemos venido desde Madrid para jugar y pasarlo bien y eso ha sido posible gracias a nuestro contrincante", señalaba José Vivas. Por su parte, el Sargento Gonzalo Lorente, capitán del equipo de la Brilat, se alegraba también de haber vivido "una experiencia buenísima, increíble. Todo un orgullo". Tras la foto final, los equipos se reunieron para celebrar un momento imprescindible en el encuentro: el tercer tiempo.

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