La ruta africana se impone como el canal principal de la cocaína

Las fuerzas de seguridad españolas han incautado 15 toneladas de droga en apenas un mes en la región ► La alianza entre la organización brasileña de Paul Wouter, la Mafia Albanesa y redes italianas y gallegas, en el punto de mira
El barco con la droga en el momento del abordaje. ARMADA DE FRANCIA
photo_camera El barco con la droga en el momento del abordaje. ARMADA DE FRANCIA

La actividad narcocriminal en las costas occidentales de África se ha multiplicado hasta límites que nadie podía sospechar. Cierto es que Antonio Duarte, jefe de la Udyco Central, ya advirtió años atrás en páginas de este periódico el desplazamiento de organizaciones gallegas hacia la región en busca de una mayor impunidad para seguir con sus negocios ilícitos. Sin embargo, en 2023 ya no son solo los gallegos los que operan en la región (que lo siguen haciendo, y con gran intensidad) sino otras redes delictivas de todo el mundo las que han apostado por la Ruta Atlántica como canal preferente de tráfico de cocaína. Y han conseguido algo que parecía impensable: competir en cantidades con los movimientos de polvo blanco sudamericano a través de contenedores.

  1. La ruta
  2. Los antecedentes históricos
  3. Tres operaciones entre diciembre de 2022 y enero de 2023

La amplísima red mundial de informadores de la Drug Enforcement Administration (DEA) ha puesto en alerta a las autoridades europeas, que, a su vez, avanzan en sus propias investigaciones para dar con los encargados de introducir la mercancía ilícita en tierra. Ello hace que la Armada de Francia tenga desplazadas en la región embarcaciones de gran calado, y que la Armada española se mantenga alerta ante las constantes peticiones de colaboración de los distintos cuerpos, en especial de la Policía Nacional, dado que tanto Vigilancia Aduanera como Guardia Civil disponen de su propia flota.

África se ha convertido en un escenario perfecto para hacer como puente de la cocaína que finalmente se consume en Europa, por varios motivos. La muestra más clara de ello son las 14,9 toneladas intervenidas por la Policía Nacional, Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil en apenas un mes y en el mismo territorio, un amplio espacio que abarca desde las Islas Canarias y las costas del Sáhara Occidental hasta el Golfo de Guinea, pasando por Cabo Verde. En esta franja marítima, autoridades españolas y francesas incautaron 4,6 toneladas en un remolcador, primero, 3,3 en un barco fletado desde Vigo, después, otras 4,5 en el carguero de esta misma semana y 2,5 toneladas más en otra embarcación a cuyos datos solo ha tenido acceso este periódico y que no puede desvelar en este momento por motivos de seguridad. Todo ello en el último mes.

La ruta

Las hipótesis policiales que se manejan en este momento tanto en el seno de la DEA como en España apuntan a una organización perteneciente a la Mafia Albanesa que se halla completamente arraigada en los puntos clave: Brasil, para la salida de los cargamentos (en algunos casos también Surinam), el Oeste de África, para efectuar un transbordo en caso preciso, el Sur de Italia, donde se encuentran algunos de los clientes más poderosos, y Galicia, para las veloces introducciones de forma clandestina, bien en pesqueros, bien en planeadoras.

Aunque no está acreditado por el momento, las sospechas apuntan a que gran parte de estos cargamentos proceden, en su origen, de la organización criminal presuntamente liderada por alias Paul Wouter, que sigue recluido en Hungría a la espera de una decisión judicial sobre su futuro. Precisamente fue detenido en 2018 en alianza con narcos gallegos por una operación similar en la que un pesquero, el Titan III, iba a introducir uno de sus alijos a través de rías gallegas. Se piensa que no de forma directa, pero sí mediante sus colaboradores en su país, consigue dar salida a los cargamentos.

Las organizaciones criminales de todo el mundo trabajan en equipo para hacer llegar los alijos al gran mercado europeo

Las cantidades de droga son otro elemento diferencial. Si años atrás era difícil ver alijos por vía marítima de más de tres toneladas, salvo excepciones, en el último mes ya se han interceptado dos de 4,5, valorados en más de 150 millones de euros. Se piensa que este volumen viene dado por varias circunstancias. En primer lugar, por la gran producción existente en América del Sur, con laboratorios que se extienden por Perú, Bolivia y Colombia. En segundo, la capacidad operativa de las organizaciones citadas, la Mafia Albanesa y su socio preferente, la Ndrangheta. Todos ellos trabajan juntos y echan mano cuando lo creen conveniente de las organizaciones gallegas, con gran presencia y experiencia en esa parte de África y con toda una flota pesquera que faena en la región y sirve, llegado el momento, de tapadera.

Otro elemento que lleva a los narcotraficantes a optar por la ruta africana es la gran dificultad para perseguir los cargamentos una vez que ingresan en el continente. Ello hace que se hayan establecido canales de tráfico de cocaína a través del mismo por todas las vías, incluso la aérea. Se ha visto a gallegos invirtiendo en aeródromos en la región, y más recientemente al clan irlandés de los Kinahan.

Los antecedentes históricos

La operación Moucho fue el primer aviso serio

Un pesquero procedente de Surinam fue seguido de cerca por las autoridades españolas en 2016. Cerca de las costas de Dakhla, en Marruecos, la misma zona por la que pasó el carguero Blume intervenido esta misma semana con 4,5 toneladas, se localizó la embarcación. Llevaba más de dos toneladas y media. La operación Moucho vinculó a nombres destacados del narco gallego, tales como alias El Cabezón, que volvería a ser detenido hace apenas unas semanas en relación con 3.300 kilos incautados en la misma zona, o Lemiña, que logró fugarse en su momento. La entrada e juego de las autoridades marroquíes echó abajo la causa, que se saldó con absoluciones de los gallegos y con menos droga de la prevista.

La cocaína intervenida en el operativo. DP
La cocaína intervenida en el operativo. DP

Grabaciones de los efectivos de Greco Galicia acreditan conversaciones entre la fragata marroquí y el pesquero tripulado por los presuntos narcos gallegos. Sin embargo, la Justicia no halló las pruebas necesarias.

Marruecos vendió la operación como un gran éxito. Sin embargo, lo que en principio eran 2,5 toneladas de droga se convirtieron, como por arte de magia, en 1,3.

En cualquier caso, la operación Moucho fue el primer aviso serio de la presencia estable de las organizaciones gallegas en la región, mediante un sistema claro: el trasvase de la cocaína a embarcaciones para su introducción en Europa.

Miguel Devesa, el gran capo gallego en la región

Miguel Ángel Devesa Mera, considerado el mayor capo de la cocaína de África, y toda su organización, cayó en el mes de abril de 2022. Expolicía vigués, fue detenido junto a su madre, su socio sudamericano y dos coruñeses de su plena confianza, todos ellos capturados en Costa de Marfil, país desde el que organizaban grandes descargas de polvo blanco.

El expolicía, tras su arresto. CNP
El expolicía, tras su arresto. CNP

Miguel Devesa saltó a la fama cuando fue capturado en relación con el Air Cocaine, un avión que se estrelló en Mali con un bestial cargamento de droga. El expolicía, que llegó a pertenecer a la Comisaría de Pontevedra un tiempo (pronto sería expulsado del cuerpo), fue cazado in fraganti junto a un venezolano y un portugués. Estaban descuartizando a un colombiano. Fueron detenidos por el alijo y el violento crimen, pero Devesa estuvo poco tiempo en prisión.

"No me extrañaría que siga en África abriendo nuevas rutas", dijo en su momento Antonio Duarte, comisario central de Estupefacientes. Dicho y hecho. En 2018 era uno de los objetivos en el marco de la operación Mito, la que acabó con el sindicato del crimen de Sito Miñanco y compañía. La Policía Nacional tiene claros indicios de que Devesa era el hombre fuerte en África de la organización, pero no consiguió indicios claros. En abril le relacionaron con un cargamento de dos toneladas que se dirigía a Europa por la ruta africana.

Pombar Cameán, otro clásico detenido en África

Pombar Caméan, que ya supera la edad de jubilación, estaba considerado policialmente como uno de los narcotraficantes más poderosos que trabajaban desde África hasta el momento de su detención. Por ese motivo, la agencia Interpol se puso manos a la obra para dar con su paradero, que se fijaba en el occidente del continente negro, desde donde, presuntamente, seguía organizando alijos de cocaína para distintas organizaciones del Viejo Continente. Fue capturado en Panamá a finales de 2018 y condenado por la Audiencia Nacional un año más tarde.

El capo de A Pobra do Caramiñal ya había sido investigado en los años 90. De hecho, la Brigada Central de Estupefacientes le vinculó con la operación Temple (que aún es el mayor alijo de la historia de Europa, con 15.000 kilos decomisados en dos incautaciones). En aquella ocasión consiguió quedarse fuera del proceso judicial.

El capo, actualmente cumpliendo condena. INTERPOL
El capo, actualmente cumpliendo condena. INTERPOL

En el año 2004 ya había ascendido a jefe. Es por ello que se le consideró uno de los principales promotores del intento de introducción de más de tres toneladas empleando África como puente a bordo del White Sands. Los agentes practicaron sobre la marcha 24 detenciones, aunque Pombar consiguió poner pies en polvorosa y se refugió en Nigeria y en Guinea, donde se le situó a partir de aquel momento y hasta su detención en noviembre de 2018.

Tres operaciones entre diciembre de 2022 y enero de 2023

4'5 toneladas en un carguero rumbo a Riga

La más reciente de las operaciones se conoció la semana pasada, tras el abordaje por parte del Servicio de Vigilancia Aduanera, en una operación conjunta con la Policía Nacional y la Guardia Civil de un carguero de nombre Blume con 4,5 toneladas de cocaína. Entre sus tripulantes se hallaban, además de 13 pakistaníes contratados para hacer el trabajo sucio, dos albaneses, garantes de una operación valorada en más de 150 millones de euros en los canales clandestinos. Su destino lícito era el puerto de Riga, en Letonia, y tenía en su ruta un paso muy cercano a las costas de Galicia, a menos de 100 millas, incluso más cerca, en su travesía Atlántica.

El alijo, cargado en el puerto brasileño de Santos, era propiedad de una de las células de la Mafia Albanesa que, como es sabido, está perfectamente arraigada tanto en el país sudamericano como en la provincia de Pontevedra.

La cocaína incautada. VIGILANCIA ADUANERA
La cocaína incautada. VIGILANCIA ADUANERA

El método para su entrada en el continente era el clásico, según destacaron fuentes policiales en un comunicado. "Seguía la ruta Atlántica de la cocaína en la que transbordan las sustancias en altamar para su introducción en el continente europeo". Y en esa fase, los grandes especialistas a nivel mundial son los narcotransportistas gallegos.

El abordaje resultó todo un reto para Vigilancia Aduanera por las malas condiciones del mar y el gran número de sospechosos.

3.300 kilos y detenciones en el corazón de la ría

Alias El Cabezón, narcotraficante con un dilatado historial y relacionado en el pasado con el Clan de Los Charlines, y Miguel Ángel Vila, hijo del mítico Presidente y condenado en la histórica operación Tabaiba, fueron los nombres más sonados entre los 16 detenidos en la operación Sugar Brown, cerrada a finales de diciembre con la incautación de cocaína valorada en más de 100 millones de euros. Ambos fueron puestos en libertad provisional, en calidad de investigados, a la espera de que los investigadores del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) y sus compañeros del ECO Galicia de la Unidad Central Operativa consigan atar las piezas de un complicado puzzle.

El buque Simione, atracado en Santa Cruz de Tenerife. MIGUEL BARRETO
El buque Simione, atracado en Santa Cruz de Tenerife. MIGUEL BARRETO

El barco abordado con la droga formaba parte de una flota estable pesquera que, simulando tales actividades, colaba los alijos de cocaína mediante embarcaciones que partían desde el Oeste de África y contactaban con las procedentes de Sudamérica. Tras esa primera descarga, acercaban los cargamentos hasta un punto indeterminado próximo a la Península, donde acudían las lanchas rápidas para la entrada definitiva en Europa a través de las rías gallegas. Se trata del sistema empleado para la introducción en Europa de la droga que hace escala en África tras llegar por el Atlántico.

Abordaje de Francia tras la investigación del Greco

Desde el mes de agosto, hasta tres unidades de la Policía comenzaron a trabajar para desmantelar una importante organización criminal internacional que operaba a ambos lados del Atlántico y que traficaba con grandes cantidades de cocaína. Las pesquisas, compartidas por el Greco Galicia con base en la Comisaría de Pontevedra, la Udyco de Vigo y la Sección de Cocaína de la Brigada Central de Estupefacientes, sirvieron para conocer las intenciones de la red delictiva, que llevaría tiempo siguiendo un mismo modus operandi. Al frente de la misma estaría una doble célula de la Mafia Albanesa establecida tanto en Galicia como en Brasil, punto de carga de la sustancia ilícita. Exactamente el mismo aroma de la operación que culminó la pasada semana en Tenerife.

El barco con la droga en el momento del abordaje. ARMADA DE FRANCIA
El barco con la droga en el momento del abordaje. ARMADA DE FRANCIA

La última pieza del puzzle eran los narcotransportistas de las Rías Baixas, que, en vista de que la embarcación ya estaba en el radar policial, decidieron no sacar las lanchas y perder el alijo, como tantas otras veces, a cambio de mantener su libertad. El barco, un remolcador de 21 metros de eslora, fue abordado a principios de diciembre en las inmediaciones del Golfo de Guinea, a unas 400 millas de la costa occidental africana, en un operativo en el que intervinieron la Armada de Francia y la DEA. Era un barco pirata en toda regla que navegaba de Este a Oeste y viceversa por la misma ruta atlántica.

Comentarios