Vuelven los viajes a 'La Luna' 19 meses después

La música volverá a sonar este sábado en 'La Luna' tras casi 19 meses de silencio. Las últimas semanas han sido de muchos nervios para los responsables de la legendaria discoteca de Cerpozóns, pero finalmente todo está listo para que 'luneros' llegados de toda Galicia disfruten de una sala con las instalaciones renovadas, pero la esencia de siempre 
Imagen tomada este jueves de los preparativos de La Luna para su reapertura. DAVID FREIRE
photo_camera Imagen tomada este jueves de los preparativos de La Luna para su reapertura. DAVID FREIRE

Es el gran día. Después de casi 19 meses cerradas, las puertas de la discoteca La Luna se vuelven a abrir esta tarde (18.00 horas) para alegría de la legión de ‘luneros’ con los que cuenta el establecimiento de Cerponzóns.

Concretamente, fue el 8 de marzo de 2020 cuando la pista de baile de la legendaria sala de fiestas pontevedresa se llenaba por última vez. Entonces nadie se imaginaba que un virus que llevaba un par de meses circulando por el planeta, llamado SARS-CoV2, daría lugar a la mayor pandemia mundial desde 1918 y encerraría a todo el mundo en sus casas apenas una semana después.

Empezaba así una larga etapa de mascarillas, cierres territoriales, restricciones y distancia. Una larga etapa en la que los abrazos no tenían cabida y, por supuesto, tampoco los bailes agarrados.

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Aunque otros establecimientos del sector ya abrieron el mes pasado, La Luna ha esperado hasta este sábado para hacerlo con el 100% del aforo permitido (alrededor de 2.000 personas en su caso), todas las garantías de seguridad, unas instalaciones renovadas (nueva decoración, photocall, aseos...) y un cartel de lujo (después de medianoche actuará El Combo Dominicano y este domingo, en sesión de tarde-noche, el Trío Nostalgias).

La espera ha sido demasiado larga, tanto para la clientela que cada fin de semana llenaba esta sala como para los propietarios, pero ha llegado a su fin. "Diecinueve meses se dice pronto. La Luna empezó en el 89 (desde 1978 a 1989 fue Discoteca Brais) y no había cerrado ni por vacaciones", afirmaba esta misma semana Jorge Santos, uno de los socios, para quien los días previos a la reapertura han sido un auténtico sinvivir, debido a los retrasos acumulados en las obras y al "miedo" a la respuesta del público.

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"Llevo durmiendo mal desde hace un mes porque es muchísimo trabajo. No damos abasto. Por ejemplo, la semana pasada, a la misma hora y el mismo día, llegaron 1.243 cajas de mercancía porque teníamos que reponer desde cero. No teníamos absolutamente nada. Ya no sabes si son muchas, pocas... Luego las obras: nos faltaron albañiles, electricistas, fontaneros... Después está el tema de la gente. Te preguntas si vendrá. Ves en redes sociales que tienen ganas y nos apoyan un montón, pero una cosa es el deseo y otra que se materialice después. Yo quiero ser positivo y tengo la esperanza, pero la incertidumbre es grande", comentaba Santos al tiempo que reconocía que tiene "más nervios" que la primera vez.

"Empezamos con un puente y eso puede ser bueno, pero la semana siguiente, el 6 de noviembre, es un día normal y ya dices ‘a ver qué pasa’. La verdad es que antes ese miedo nunca lo teníamos", confesó.

Otra de las muchas preocupaciones de Jorge Santos es la respuesta de la gente a las medidas anticovid, que, según ha establecido la Xunta, serán: presentación de certificado covid o prueba de antígenos (de no más de 48 horas) o PCR (de no más de 72) negativa, registro de clientes para el acceso a la sala, uso obligatorio de mascarillas, recomendación de una distancia interpersonal de 1,5 metros, medidores de CO2 en la sala, zonas de uso de gel hidroalcohólico y circuitos de entrada y salida.

"Vemos que en Pontevedra la gente respeta mucho el tema de la mascarilla y confío en que aquí también. Vamos a tener mucha cartelería sobre las medidas de seguridad, el DJ también las recordará todo el rato y esperamos que se cumplan. También es complicado el tema de no poder consumir en barra. Luego lo de pedir el certificado covid ralentiza mucho las entradas y crea más cola... Es todo complicado y muy nuevo para nosotros, pero espero que salga bien", señaló.

De momento la reacción del público en cuanto a su intención de regresar a La Luna no puede ser más positiva y las muestras constantes de apoyo en las redes sociales ya se han visto refrendadas por los números.

Así, el pasado lunes, de 17 a 19 horas, dio comienzo una venta anticipada en taquilla de cerca de 600 entradas y en la tarde del martes ya se habían despachado todas. Y es que hasta Cerponzóns se desplazaron ‘luneros’ de lugares tan alejados como Boiro o Mondoñedo para hacerse con una entrada que les garantizase una tarde tan memorable como las de antes, porque, insisten desde La Luna, "la sala ha sido renovada, pero mantiene su esencia".

Así las cosas, tanto los socios de la sala de fiestas (la famila Santos, Álvaro Villamagna y Emilio Sacarrera) como el personal, integrado por una treintena de trabajadores, esperan que el ‘alunizaje’ de los que este sábado regresen a La Luna sea, como siempre, de lo más placentero.

32 años en órbita 
Un plató de televisión. Ese era el destino inicial para el inmueble de Cerponzóns que este sábado alberga La Luna, pero la falta de altura lo impidió. Nació entonces la Discoteca Brais, que hizo bailar a los pontevedreses desde 1978 hasta 1989, años en los que las grandes salas de fiestas vivían su época dorada.

En 1989 se produce un cambio de propietarios y Brais se convierte en La Luna, la única gran discoteca que ha sobrevivido al declive de este tipo de ocio. Así, mientras salas como Saturday (Vilaboa), Dafnis y Cloe (Poio), Reivi (Ponte Caldelas), La Condesa (Caldas de Reis), Nova Olimpia (Vigo) o Lenon (AEstrada) cerraban sus puertas, La Luna aumentaba su leyenda.

Para el colectivo sénior es un auténtico templo de la diversión, pero las generaciones jóvenes no le hacen ascos. La música (con actuaciones en directo de grandes orquestas), los servicios que ofrece (aparcamiento, bocatería, autobuses...) y un ambiente familiar la convierten, en palabras de los ‘luneros’, en un lugar único.

No hay edad para ir a 'La Luna' 

Elvira Otero, de 68 años, y Noelia Covelo, de 31, asistirán este sábado a la reapertura de la mítica sala de fiestas de Cerpozóns 

Atesora una fama merecida de paraíso sénior, pero lo cierto es que para ir a La Luna no importa lo que diga el DNI. De hecho, cada fin de semana en sus instalaciones bailan, y también ligan, jóvenes y mayores.

Así, conforme avanza la jornada, la edad media de los asistentes va bajando, de manera que, bien entrada la madrugada, los que cierran la discoteca son los de cuarenta, treinta e incluso veinte.

Este sábado no será una excepción y en su regreso La Luna volverá a dar la bienvenida a un público intergeneracional. Elvira Otero, de 68 años, y Noelia Covelo, de 31, son dos amantes del baile y la verbena que no faltarán a la cita. Si alguien esperaba con ansia la reapertura de La Luna esa era Elvira.

"Tratan a la gente como de la familia y tienes todo. No hay ningún sitio igual"

Y es que desde que se instaló definitivamente en Ribadumia hace cuatro años, después de toda una vida en Suiza, era de las que no perdonaban ni un fin de semana. Los sábados y los domingos solo podías encontrarla en La Luna.

Este sábado, sobre unos tacones "de diez centímetros", allí estará. "Voy a ir desde las ocho de la tarde hasta que el cuerpo aguante, que no se si será mucho porque está un poco desentrenado. Y el domingo otra vez para no perder la costumbre. Y el siguiente fin de semana también. A partir de ahora mis fines de semana volverán a ser en La Luna. Han sido diecinueve meses esperando y hay que ir sí o sí", afirma entre risas.

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Elvira aguarda ese momento con muchas ganas porque pese a que conoce otras discotecas, para ella no hay ninguna como la de Cerponzóns. "No son lo mismo para nada. En La Luna tratan a la gente como si fuera de la familia. Además, la sala es grande, las consumiciones y la entrada no son caras, tienes cafetería dentro, puedes comer un bocata si tienes hambre y aparcamiento tienes el que quieras. Realmente, tienes todo sin salir de la sala", resume.

"Por la tarde hay más gente mayor, pero por la noche es una discoteca más" 

Pero lo mejor, sin duda, es "el ambiente". Aunque muchos van a ligar, el objetivo de Elvira es otro. "Yo voy a bailar y a pasármelo bien", recalca. Esta vez tendrá que hacerlo con mascarilla pero eso no le quita las ganas. "Si no bailas más, bailas menos", señala. El miedo tampoco la frena: "La vida tiene que seguir". "Hasta el final".

También Noelia Covelo, de Tomeza, estará este sábado en La Luna. Tanto es así que el pasado martes ella y un grupo de amigas veinteañeras (Cristina González, Begoña Acuña y Cristina Gómez) ya compraron las entradas de forma anticipada .

Aunque han ido a La Luna en otras ocasiones, este sábado lo que les tira es la música de El Combo Dominicano, que actuará esta noche. "Iremos sobre las diez hasta que acaben, por supuesto. Siempre vamos hasta el final", comenta.

Y hasta el final espera llegar bailando. "Puedes estar en la parte más tranquila, pero yo voy para la pista", recalca. Pese a que muchos asocian La Luna con una discoteca ‘de mayores’, Noelia está libre de prejuicios. "En la sesión de tarde sí que hay más gente mayor, pero a partir de la noche es como una discoteca más. De todas maneras, al que no le guste que no vaya. Podemos relacionarnos todos. A mí no me molesta que esté la gente mayor", subraya.

"A mí me gusta el local y la música. Antes tenía bastante ambiente. Iba mucha gente y de toda Galicia. Además, de las discotecas grandes es la única que queda cerca de Pontevedra y me apetece cambiar un poco del ambiente de los pubs", añade la joven.

Además de aumentar sus posibilidades de ocio, la reapertura de La Luna también es motivo de alegría para Noelia por otra razón: "Es un paso más en la vuelta a la normalidad".

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