Salvan la vida de milagro en As Corvaceiras

Una joven y un niño de 12 años lograron abandonar el coche en el que viajaban antes de que éste se sumergiese tras caer al Lérez
Un agente de la Policía Local de Pontevedra observa el lugar en el que se produjo el accidente
photo_camera Un agente de la Policía Local de Pontevedra observa el lugar en el que se produjo el accidente

La suerte se alió con dos jóvenes pontevedreses en la noche de este jueves. Una joven y el niño que le acompañaba, de doce años de edad, lograron abandonar el turismo en el que se encontraban pocos segundos antes de que éste se sumergiese en una de las zonas de mayor calado del muelle de As Corvaceiras.

El suceso, cuyas causas aún no han podido ser aclaradas, se produjo sobre las 22.40 horas, cuando la joven y el menor se disponían a abandonar el lugar en el que habían estacionado el automóvil. Se encontraba en el parking ubicado justo detrás del Gremio de Mareantes, en la parte del muelle de As Corvaceiras más próxima al canal central de la ría, el de mayor profundidad.

Por motivos que se desconocen, tal vez accionando por error la marcha atrás y pisando el acelerador más de la cuenta, el turismo se llevó por delante la valla protectora que separa la zona de estacionamiento de la desembocadura del río y el inicio de la ría y se precipitó hacia el agua.

Por suerte, los dos ocupantes del automóvil tuvieron la suficiente habilidad y el tiempo necesario como para salir del turismo antes de que fuese demasiado tarde. Pocos instantes después ya no se percibía ni rastro del coche, completamente sumergido en una de las zonas más profundas del muelle de As Corvaceiras.

Agentes de la Policía Local y testigos presenciales, además de los servicios sanitarios del 061, acudieron rápidamente a auxiliar a las víctimas, que lograron salir ilesas del percance. Los facultativos optaron por trasladar al menor al Hospital de Montecelo para su observación (sufrió un ataque de ansiedad producto de la situación de riesgo extremo que acababa de sufrir), pero ya se encontraba amparado por sus progenitores.

La Policía Municipal aguardó hasta las 23.50, momento en el que llegó la grúa. Sus operarios, sin embargo, declinaron la posibilidad de retirar el vehículo durante la noche a la espera de mejores condiciones por la mañana.

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