La parroquia de Lérez celebra este miércoles la romería del San Benitiño do inverno, que, como viene siendo tradicional, se celebra al día siguiente de la entrada de la primavera. El santo más milagreiro congregará en el monasterio del Divino Salvador a los devotos que acudirán a pedirle curación para las enfermedades dermatológicas (sobre todo eccemas y verrugas) y recoger el aceite quemado y bendecido que hay que aplicar sobre la piel afectada para que resulte efectivo.
Un frasco con aceite bendecido por el párroco Crisanto Rial tiene un precio de un euro y ayuda a eliminar verrugas y manchas, a cuidar la piel e incluso tiene propiedades curativas, para dolores más fuertes. No obstante, muchos de los devotos siguen queriendo llevar el aceite que está en la lámpara en lugar del que se vende en los frascos. El de la lámpara suma menos días en el recipiente, mientras que el de los frascos ha pasado más tiempo en contacto con el cobre y se somete a todo el proceso artesanal con la bendición final del cura.
La romería del San Benitiño do inverno reúne a un menor número de creyentes que la que tiene lugar cada 11 de julio, en una jornada que es festiva en Pontevedra. Aún así, son muchas las personas que acuden a efectuar los rituales que marca la tradición, entre los que figura pasar un pañuelo por la imagen del santo (expuesto junto a la entrada del templo) y luego frotarlo en la zona para la que se pide curación divina. Pasar varias veces (tres o múltiplo de tres, como la Santísima Trinidad, que está compuesta por Padre, Hijo y Espíritu Santo) bajo un altar en el que se venera una pequeña imagen de San Benitiño es otra de las fórmulas a las que recurren los devotos para pedir los favores del santo milagreiro.
OFRENDAS. Además de donativos en metálico, los feligreses entregarán a la parroquia huevos y aceite, ofrendas que Cáritas parroquial de Lérez repartirá entre las 60 familias necesitadas de esta zona del rural.
Varios sacerdotes de distintas feligresías colaborarán con el párroco de Lérez, Crisanto Rial, en las misas que se oficiarán en el templo benedictino desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde (esta última solemne, seguida de procesión) y desde las cinco de la tarde hasta las ocho de la noche. Entre cada eucaristía habrá un intervalo de una hora.
Al igual que ocurre en la romería del 11 de julio, los stands de venta de distintos artículos (entre ellos los de las típicas rosquillas) se distribuyen a ambos márgenes del acceso a la iglesia del Divino Salvador. Tampoco faltan los puestos de degustación de pulpo y churrasco, donde los romeros podrán reponer fuerzas.
