San Benitiño prescribe su aceite milagroso en la romería 'do inverno'

Los devotos acudieron el martes al monasterio benedictino de Lérez a rogar al santo curación para las dolencias que afectan a la piel
Distintas imágenes del 'San Benitiño do inverno' que se desarrolló en Lérez
photo_camera Distintas imágenes del 'San Benitiño do inverno' que se desarrolló en Lérez

San Benitiño de Lérez, milagreiro durante todo el año, asume su mayor carga de trabajo en dos días señalados: el 11 de julio, el de su festividad, y el 21 de marzo, la romería con la que despide el invierno. Esta última cita religiosa congregó el martes en el monasterio del Divino Salvador a los devotos que acudieron a rezar al santo y a pedirle curación para las enfermedades dermatológicas (sobre todo eccemas y verrugas) y recoger el aceite quemado y bendecido que, según indica la tradición, hay que aplicar sobre la piel afectada para que resulte efectivo.

A diferencia de la romería del verano, el ‘San Benitiño do inverno’ reúne a un menor número de creyentes. Aún así, son muchas las personas que acuden por primera vez a realizar los rituales que marca la tradición, entre los que figura pasar un pañuelo por la imagen del santo (expuesto junto a la entrada del templo) y luego frotarlo en la zona para la que se pide curación divina. Pasar varias veces (tres o múltiplo de tres, como la Santísima Trinidad, que está compuesta por Padre, Hijo y Espíritu Santo) bajo un altar en el que se venera una pequeña imagen de San Benitiño es otra de las fórmulas a las que recurren los devotos para pedir los favores del santo milagreiro.

Entre los creyentes que participaron en la romería ‘do inverno’ se encontraba una excursión procedente del concello de A Cañiza, cuyos integrantes tuvieron ocasión de conocer de cerca la devoción que le profesan los feligreses al milagreiro, al que le entregan donativos en metálico, además de huevos y aceite que Cáritas parroquial de Lérez repartirá entre las 60 familias necesitadas de la parroquia, integradas por un total de 367 vecinos.

Además, algunos devotos demuestran su fe en San Benitiño mediante la donación de gallos y gallinas como las que este martes se subastaron en la tradicional subasta que tuvo lugar durante la tarde.

Varios sacerdotes de distintas feligresías colaboraron con el párroco Crisanto Rial en las misas que se oficiaron en el templo benedictino desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde y desde las cinco de la tarde hasta las ocho de la noche. "Participó menos gente que en años anteriores, quizás por la lluvia que cayó durante las primeras horas de la jornada", explica Carmela Reboredo, que desde hace varias décadas colabora con la parroquia de Lérez y se encarga de recoger las limosnas.

"Los devotos de San Benitiño siguen cumpliendo con la tradición", señala Reboredo, que asegura que quedó impactada por la escena que protagonizó una mujer que le imploró al santo, con lágrimas en los ojos, que ayudase a curar a su hijo de 41 años que sufrió un grave infarto.

Luz y Carmen, que forman parte del grupo de colaboradoras de la parroquia, se encargaron de vender las pequeñas botellas de aceite (al precio de un euro) y de recoger los huevos y el aceite donado por los devotos como ofrenda. "Gracias a Dios la gente sigue teniendo fe en San Benitiño", subrayan.

Además, destacan que el monasterio de Lérez exportó durante el último año su aceite quemado y bendito a casi toda España, en especial a Andalucía.

Al igual que ocurre en la romería del San Benitiño del 11 de julio (día festivo en Pontevedra), los stands de venta de distintos artículos (entre ellos los de las típicas rosquillas) se distribuyeron a ambas márgenes del acceso a la iglesia del Divino Salvador. Tampoco faltaron los puestos de degustación de pulpo y churrasco.