Los devotos de San Cibrán que se acercaron este lunes hasta Tomeza, espantaron el meigallo por los pelos, y es que la última jornada festiva estuvo marcada por la lluvia, aunque el mal tiempo dio una tregua para que saliera la procesión y pudieran acompañar y realizar los rituales tradicionales contra el mal de ojo.
Dar nueve vueltas a la ermita situada en la cima del monte de Lusquiños, en sentido contrario a las agujas del reloj, es uno de esos rituales que los devotos realizan para pedir a San Cibrán que les ayude a librarse del meigallo. La fórmula resulta efectiva si en cada vuelta se arroja una piedra sobre el tejado de la capilla. Pero este no es el único método utilizado por los devotos para librarse de la mala suerte: pasar varias veces bajo la imagen del santo (al menos en tres ocasiones y siempre múltiplo de tres) o adquirir ramos de hierbas ya bendecidos.
Las fiestas dedicadas a San Cibrán continuaron este Lunes de Pascua. La programación de actos arrancó con una nueva tirada de bombas de palenque y con la celebración de varias misas cada hora desde las 09.00 horas hasta las 13.00 horas, siendo esta última misa solemne, a la que siguió una procesión en la que los devotos de San Cibrán acompañaron a la imagen del santo en un recorrido alrededor de la capilla. Además, los presentes también pudieron disfrutar durante la jornada de la música de la Banda Gaitas Os Chaneiros de Marín, quienes ofrecieron un concierto.
Fieles y devotos también tuvieron la ocasión de asistir, a las 18.00 horas, a una misa en honor al santo al que la tradición popular atribuye el poder de curar el meigallo. Por la noche las orquestas Marbella y Jerusalén amenizaron la verbena con la que finalizaron las fiestas.
