El Sanatorio Santa María traslada al último paciente y encara el Erte para la plantilla

El realojo urgente de los 58 ancianos que había a principios de semana permitió cumplir este jueves la orden de la Xunta de poner fin a la actividad asistencial
Protesta por el cierre de Hestia Santa María. DAVID FREIRE
photo_camera Protesta por el cierre de Hestia Santa María. DAVID FREIRE

El plazo parecía inasumible y, de hecho, este jueves algunos daban por hecho que habría un retraso, pero un vertiginoso trasiego de ambulancias en los últimos días ha permitido cumplir la directriz de la Consellería de Sanidade de que este jueves, 10 de junio, y después de 72 años de funcionamiento, finalizase la actividad asistencial en el antiguo Sanatorio Santa María.

La triste efeméride coincidió con la primera de las protestas que la plantilla ha iniciado para pedirle a la Xunta una rectificación a una decisión que considera "totalmente precipitada e injustificada " y evitar así un doble contratiempo: para los trabajadores, por tener que asumir un Erte durante varios meses, y para los pacientes, obligados a regresar con sus familias o a ser realojados de forma provisional.

Hace pocos días había en el Hestia Santa María (que es su actual nombre, tras ser adquirido en 1999 por el grupo catalán) un total de 58 pacientes. "Gente muy mayor, algunos con alzhéimer, otros con problemas sociales, paliativos, pendientes de residencia...", explica Mercedes Rial, auxiliar y delegada de CC OO.

Al mediodía de este jueves solo quedaba una docena y a última hora de la tarde partió del centro una ambulancia con el último de los ancianos que estaban pendientes de ser realojados, con lo que se dio carpetazo definitivo a una actividad asistencial iniciada en 1949 por la familia Fontoira como centro de maternidad. "Allí nacieron varias generaciones de pontevedreses, también mis hijos. Por eso a la gente le da mucha pena ver lo que está ocurriendo", reconoce Mercedes Rial.

"Nosotros teníamos asumido que nos tocaba ir a trabajar a Vigo", explica la portavoz de la plantilla

El Hestia Santa María estaba concertado con el Sergas y hasta ahora se regía por unos criterios sociosanitarios, pero su estatus cambió a hospital, introduciendo nuevos requisitos que el vetusto edificio no puede cumplir. "Nos exigían tener un segundo ascensor y baños en todas las habitaciones, y esas obras son inasumibles además de innecesarias, porque los pacientes encamados, por ejemplo, no necesitan disponer de baño propio", aclara la auxiliar.

MUDANZA PACTADA. Empresa y Sanidade pactaron, el pasado 22 de abril, que en un plazo "de siete u ocho meses" se llevaría a cabo el traslado del personal y los pacientes al centro que Hestia gestiona en Vigo: el San José. Pero para poder aumentar su capacidad, eran necesarias unas obras de ampliación que ni siquiera han comenzado. De ahí que la Xunta, unilateralmente, decidiese el pasado 27 de mayo ordenar el cierre inmediato del hospital pontevedrés y el realojo de sus internos.

"Nosotros teníamos asumido que nos tocaba ir a trabajar a Vigo", explica la portavoz de la plantilla, tras recordar el compromiso de la firma de mantener todos los puestos de trabajo. "Pero estas prisas injustificadas nos han cogido por sorpresa, seguimos sin saber el motivo que las justifiquen ", agrega.

El gerente del área sanitaria, Ramón Gómez, aclaró este jueves que los 10 pacientes dependientes del Sergas que estaban ingresados en el Hestia Santa María fueron reubicados en las últimas horas. "Cinco xa foron remitidos ó seu domicilio ou a unha residencia sociosanitaria, outros catro foron trasladados ó centro La Robleda, en Santiago -también propiedad de Hestia- e o restante quedará ingresado uns días en Montecelo, a onde chegou por un traumatismo e nuns días se lle dará a alta", indicó.

La empresa les ha anunciado el inicio de un Erte en tanto no finalice la mudanza al Hestia San José

La actual plantilla del centro está compuesta por 35 trabajadores, a los que hay que sumar el personal de cocinas, mantenimiento, lavandería... Todos están convocados este viernes a sus puestos de trabajo, aunque ya no tendrán pacientes a los que atender, con lo que la situación será "muy extraña, realmente rara".

La empresa les ha anunciado el inicio de un Erte en tanto no finalice la mudanza al Hestia San José. Durante los próximos meses, su sueldo se reducirá al 70% "y después a la mitad, y con los sueldos tan bajos que hay en la privada, ya me dirás", se lamenta Mercedes Rial.

Mientras aguardan un cambio de postura de Sanidade, mantendrán el calendario de movilizaciones que comenzó este jueves ante la sede de la Xunta. Ante la ausencia de familiares en la protesta, los trabajadores no ocultaban su malestar: "Mucho protestar del trato que habían recibido y la ausencia de noticias, y sin embargo aquí no hay nadie. Mucho decir que nos apoyan pero donde realmente hay que demostrarlo es aquí".

Mudanza | Últimos traslados del material

Los trabajadores que este jueves seguían en su puesto de trabajo en el Hestia Santa María indicaron que durante la tarde se completó el traslado de los internos y que el centro se había quedado vacío. Mientras, varios operarios proseguían con el traslado del material a otros centros.

Mercedes Rial "Llevo ahí más de 40 años y es muy deprimente ver ahora todo vacío"

Sindicalista y auxiliar, lleva más de media vida vinculada al Sanatorio Santa María. "Llevo ahí más de 40 años, empecé con la familia Fontoira cuando era sanatorio. Pasamos un momento delicado e incluso estuvimos a punto de cerrar, porque las listas de espera se las llevaron para el Domínguez. Pero llegó la empresa catalana y reflotó la actividad", explica. Eso explica su profunda pena al decir adiós a este emblemático edificio. "Es muy deprimente verlo vacío".

Rial lo siente, sobre todo, por los pacientes, "porque de la noche a la mañana les dicen que se van a ir a otro sitio, sin oportunidad de prepararlos psicológicamente".

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