La de este sábado no fue una Cabalgata de Reis más, especialmente para los vecinos y comerciantes de la avenida de Madrid. Después de varios años olvidada, la comitiva real volvió a atravesar la que es una de las calles más emblemáticas del casco urbano de Sanxenxo. El rediseño efectuado in extremis por el Ayuntamiento, a raíz de las peticiones realizadas por varios residentes pocos días antes de la llegada de los Reyes Magos, surtió el efecto deseado. Un gran número de personas quiso arropar a Melchor, Gaspar y Baltasar en una jornada marcada por el intenso frío (los termómetros no superaron los 4 grados durante buena parte del recorrido). La villa turística de O Salnés es, año tras año, uno de los destinos predilectos de Sus Majestades de Oriente, algo que no es de extrañar, en vista de la gran expectación que despiertan. Prueba de ello fue el aspecto que presentaba la calle Rafael Picó poco antes de las 16.30 horas, momento en el que las carrozas llegaban al núcleo de Portonovo. Allí, los niños tuvieron la ocasión de abrazar y besar a los monarcas, además de pedirles sus regalos.
RUMBO A SANXENXO. Cuando el sol apenas era ya visible en el horizonte y el frío agudizaba, los Reyes Magos y sus pajes pusieron rumbo hacia Sanxenxo, pasando por Baltar, el Paseo de Silgar y el Puerto Deportivo Juan Carlos I. Allí hicieron un nuevo alto para saludar a los vecinos y dirigirse a la Casa Consistorial, donde los recibió el alcalde, Telmo Martín.
Desde ahí, la comitiva se puso de nuevo en marcha para recorrer la avenida Madrid, un hecho que no se producía desde hace casi un lustro. La visita de Melchor, Gaspar y Baltasar concluyó en la calle Progreso. Sus Majestades de Oriente se despidieron con la promesa de volver el año que viene para hacer realidad los sueños de los más pequeños.
