La irrupción del coronavirus trastocó todas las rutinas y el consumo no fue ajeno a esa imposición. Las marcas se lanzaron a realizar anuncios muy similares, todos ellos apelando al sentimiento de estar separados y relacionados a la situación que se vive desde marzo de 2020. Al principio, estos mensajes causaban el impacto que se pretendía en el público, pero la sobresaturación de contenido está provocando el efecto contrario en los espectadores.
La influencia que tenía la publicidad desde el minuto uno sobre concienciar a los ciudadanos pasó a un segundo plano e hizo que estos se olvidasen de los mensajes sobre la covid y se centrasen más en los nuevos productos que se lanzaban al mercado, durante esos meses que se encontraban encerrados en sus casas.
La población pasó a estar conectada las 24 horas del día, entreteniendo su mente a través de los contenidos digitales, pero sobre todo se entretuvo con el consumo online. "Uno de los grandes beneficiados han sido las cadenas de entretenimiento, el consumo de internet durante el confinamiento provocó el alcance de picos de consumo en e-commerce a nivel mundial", comenta el socio fundador y CEO de la agencia Iconweb, Alberto Garnil. Con la llegada de la nueva normalidad, se detectaron unos cambios que llegaban para quedarse.
Cada vez son más las empresas que han implantado el teletrabajo. Dentro del sector de la publicidad esta nueva forma de trabajar no ha sido un sistema complicado, ya que se trata de una labor que precisa el consumo de formatos digitales la mayor parte del tiempo.
El mayor problema que ha sufrido el sector ha sido la relación con los clientes, que actualmente sigue sin poder ser presencial. "Además, también ha influido la pérdida de clientes pertenecientes a los sectores más afectados como la hostelería, el ocio y el turismo", comenta Alberto Garnil.
Los formatos online se han implementado en la mayor parte de los trabajos. Todas las acciones han pasado a ser a través de una cámara y un ordenador, un hecho que a veces puede ser una ventaja, ya que a través de la conexión online se puede contar con personas de cualquier parte del planeta, sin necesidad de desplazamientos.
Pero todo aquello de lo que se abusa acaba aburriendo, algo que actualmente está pasando con el teletrabajo y los formatos online. Las retransmisiones en streaming han perdido visualizaciones porque la gente está cansada.
"Al principio, todos nos lanzamos a asistir a los eventos online, pero ahora ya seleccionamos a cuál nos interesa más asistir. Todo esto es por que al final es una forma de relacionarnos mucho más fría, es decir, cuando una conferencia acaba la conversación finaliza con ella. Se trata de uno de los grandes problemas que tienen estos formatos, por muchos chats que existan la comunicación no es personal. Por lo que, acaba cansando y deja de impactar. Aún así, entendemos que se realiza por seguridad pero no quita que todos estemos hartos del teletrabajo", comenta Alberto Garnil.
"Los mejor posicionados son los que ya contaban con una buena venta online de la marca, como por ejemplo Zara", comenta Alberto Garnil.