Pablo Fernández (Pontevedra, 1984) será nombrado nuevo presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Pontevedra el próximo jueves. Su candidatura ha sido la única presentada para tomar las riendas de la entidad, dirigida desde 2013 por la todavía presidenta de la entidad, Lucía Pedroso. Su currículum revela que cursó los estudios básicos en Pontevedra y que posteriormente se formó en Inxeñaría Técnica Industrial por la Universidade de Vigo e Ingeniería Superior Industrial por la Uned. Entró en la AJE hace unos cinco años, "cuando era presidente Pepe Valenzuela", y poco después de poner a rodar Neoinxenia, una empresa local dedicada a temas de ingeniería y arquitectura. En 2011 accedió al grupo municipal del PP como concejal. Cuatro años después, en abril de 2015, comparecía en el Concello visiblemente emocionado para anunciar que no repetiría en las listas populares, dadas sus obligaciones con "la empresa" y "la familia". Ese mismo año entró en la directiva de la Asociación de Jóvenes Empresarios, que en cuestión de días caminará bajo su batuta.
¿Con qué objetivos toma las riendas la asociación?
Por un lado, dar continuidad al trabajo hecho por Lucía Pedroso (actual presidenta), porque considero que el trabajo que venía desarrollando ha sido muy beneficioso. Por otro lado, queremos dar un soplo de aire fresco a través de la incorporación de tres personas nuevas a la directiva. Nuestro principal objetivo es ofrecer los servicios que necesita el asociado e intentar hacer un poco de músculo mediante la captación de socios nuevos.
¿Quiénes son los nuevos miembros de la directiva?
Entran Lucía Montes, de la empresa Montes; Iago Barbeito, que es consejero de Setga, y José Ramón Sánchez, un asesor de exportaciones con el que queremos dar impulso al espacio que abrimos en la Autoridad Portuaria de Vilagarcía de Arousa.
"Veo la actividad municipal desde la barrera, me gusta seguirla pero no la echo en falta. Es una etapa superada"
¿Qué cambios pretenden aplicar en el rumbo de la asociación?
Lo primero que vamos a hacer es llamar a los socios uno por uno para pulsar su opinión sobre la asociación. Queremos saber en qué estamos fallando y qué se puede hacer mejor. Se trata de darle sentido a la asociación e intentar ofrecer un abanico mayor de servicios. Tenemos un fin muy concreto, que es apoyar a los jóvenes empresarios y favorecer la consolidación de las empresas, pero todo lo que venga a mayores seguro que se valora positivamente.
¿La presidencia es una decisión propia o alentada?
Bueno, en realidad las dos cosas. Los compañeros de la directiva me alentaron un poco y, al mismo tiempo, es una responsabilidad que me hace ilusión. Es un orgullo ser presidente de la AJE.
¿Hay algún servicio en concreto que está previsto implantar?
Ahora mismo nuestro principal cometido es ofrecer información, formación y asesoramiento, así como velar por la defensa de los derechos de los asociados. No obstante, escucharemos a los socios, que son los que nos van a guiar sobre por dónde iremos los próximos años.
Fuera del círculo de la asociación, ¿cuáles son las necesidades más urgentes que tienen actualmente los jóvenes empresarios?
Creo que es muy importante apoyar la fase de consolidación. En los últimos años se ha apostado mucho por el emprendimiento y se ha animado a los jóvenes a que montaran su empresa, pero quizás se ha olvidado un poco esta cuestión. Hay muchos autónomos y jóvenes empresarios a los que les cuesta mucho hacer su primera contratación y creo que tanto la Administración como el entorno empresarial deberían trabajar en este sentido.
Lucía Pedroso reclamó en los últimos premios de la AJE un mayor apoyo por parte de la Administración. ¿Comparte sus reivindicaciones?
Sí, creo que la Administración debería intentar arrimar un poco más el hombro y escucharnos un poco más. A lo mejor, lo que necesitamos ahora mismo no es tanto una subvención, sino facilidades para realizar contrataciones.
Fue concejal del grupo municipal del PP durante cuatro años, entre 2011 y 2015. ¿Echa en falta la actividad municipal?
Para nada. La veo desde la barrerra y me gusta seguirla, pero no la echo en falta. Es una etapa superada en mi vida, en la que creo que aprendí mucho. Gracias a ello se me abrieron puertas y creo que fue una etapa útil, pero superada.
