El barrio de A Seca, lugar de residencia de 150 familias que habitan las viviendas que el antiguo Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) les entregó en 1956, ha decidido dar un golpe en la mesa. El vecindario asegura que se le he agotado la paciencia tras "17 años de desamparo" y "abandono" por parte del Concello.
La presidenta de la asociación vecinal, Adela Rojo (conocida como Blanca), asegura que las necesidades de esta emblemática zona del casco urbano se mantienen e incluso agravan con el paso de los años porque la Administración local están haciendo "oídos sordos" a las reivindicaciones que "ya conoce de sobra".
"Han pasado casi dos décadas desde que el Concello destinó la última inversión a actuaciones de mejora del barrio. En lo que llevamos de 2022 la Administración local no ha destinado ni un solo euro a solventar las carencias de A Seca", apostilla la portavoz del colectivo vecinal.
La cubierta de la vía del ferrocarril fue la última actuación que ejecutó el Concello en el emblemático barrio, con la intención de dotarlo de un parque infantil y de una zona de recreo. "Había un proyecto del que nunca más se supo. Tras la eliminación de una zona de juegos que estaba situado en medio de las casas no ha habido otro parque alternativo en el que pudieran divertirse los más pequeños", indica Blanca.
Entre las mejoras que urgen los residentes se encuentra el repintado de las líneas que delimitan las plazas de aparcamiento, que con el paso del tiempo se han ido borrando. "Cada cual estaciona como le da la gana, sin orden ni concierto. De hecho, incluso hay gente que tiene que dejar el coche fuera del barrio porque no encuentra un sitio para aparcar cerca de su domicilio", lamenta la dirigente vecinal.
En la amplia relación de quejas también figura la "peligrosa pista de patinaje" en la que se ha convertido la calle Francisco Añón (que comunica el barrio con la Rúa da Seca), cuyo estado ha provocado la caída de varias personas.
La eliminación de la suciedad acumulada en las aceras y los patios (que son titularidad del Concello) también está considerada como una prioridad en la lista de reivindicaciones de los residentes, que echan en falta "un manguerazo" de vez en cuando por parte del Servizo Municipal de Limpeza, del que es adjudicataria la firma Prezero (antigua Cespa).
En este sentido, la portavoz vecinal explica que hay un descontento con la labor que está realizando el barrendero asignado para el barrio. "A las papeleras –la mayoría de las cuales están rotas– no le pone bolsas de plástico. Incluso los propios vecinos hemos instalado una en la que poder depositar la basura y que el barrendero no vacía", subraya Blanca.
"A Seca tiene muchas deficiencias en servicios considerados básicos, por lo que reclamamos al Concello un plan de actuación urgente con el que poner solución a las deficiencias acumuladas año tras año", subraya.
La proliferación de la maleza, "nido de ratas", también forma parte de la estampa de un barrio que "está dejado de la mano de Dios". "El año pasado fuimos los propios vecinos quienes nos encargamos de desbrozar la selva que nos estaba invadiendo", recuerda la representante vecinal. Además, hace hincapié en la necesidad de efectuar la desratización de esta zona del casco urbano.
"El ninguneo con el que nos trata el Concello nos ha obligado a dar a conocer a la opinión pública todas estas carencias, las de un barrio maltratado", sentencia Blanca.
