El sector cultural ante el abismo de la incertidumbre

Las empresas del ámbito de la cultura encaran el tramo final de 2020 muy afectadas por la crisis derivada de la pandemia y con perspectivas desiguales
2020092011493997641
photo_camera Una clienta en una librería. DAVID FREIRE

En los sectores asociados al turismo, el ocio y la cultura en España, la actividad caerá en 2020 un 35,5%. El dato aparecía en el último informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), hecho público el pasado 15 de septiembre y que constata el golpe que la crisis sanitaria ha supuesto para las industrias culturales. Desde Pontevedra, representantes de diferentes empresas del sector encaran con preocupacion desigual el tramo final de 2020: mientras en el ámbito de la música el año se da directamente por perdido, en el editorial se espera al tirón navideño para hacer un balance definitivo de lo que ha supuesto la pandemia. En medio quedarían otros ámbitos como el de las salas de cine o el escénico, que han pasado por un verano irregular. Dicen que el vértigo que genera no saber a qué atenerse en este último trimestre de 2020 es algo que les devuelve a los primeros días del estado de alarma.

Incertidumbre es la palabra que repiten unos y otros. "Es que no tenemos ni idea de lo que va a pasar", dice una portavoz de la empresa Galicine (que prefiere que no aparezca su nombre), responsable, entre otras, de las salas Cinexpo de Pontevedra. "Es imposible intentar adivinar cómo va a acabar el año y mucho menos cuántos cines tendrán que cerrar y cuántos sobrevivirán. Vemos semana a semana cómo va todo. Y así vamos tirando. Yo personalmente confío en que el verano que viene tengamos todo esto superado y podamos volver a una cierta normalidad. Si no, la situación se va a volver insostenible para nosotros y para muchos otros".

SANTIAGO SEGURA. El balance que hace Cinexpo de este verano es accidentado. "Creo que se ha visto recompensado el enorme esfuerzo que hicimos en las salas de cine, pero ligeramente". Que las distribuidoras no se animasen a estrenar títulos importantes, aplazándolos o trasladándolos a plataformas digitales (como hizo Disney con Mulan), no les ha ayudado. Cuando se estrenaron títulos potentes, como Tenet, la última película de Christopher Nolan, el público respondió. «Bueno, Tenet ha tenido un éxito relativo. Los cines de España al que debemos la vida es a Santiago Segura. El gran título del año ha sido Padre no hay más que uno 2 con muchísima diferencia. Hizo una apuesta complicada adelantando el estreno a julio, pero le salió muy bien. Ya digo, nos salvó la vida".

"Es imposible intentar adivinar cómo va a acabar el año y mucho menos cuántos cines tendrán que cerrar"

La portavoz de Galicine cree que ir a las salas no puede considerarse una actividad de riesgo. "No se conoce ningún caso de contagio ni en un cine, ni en un teatro... Yo entiendo que somos los últimos del escalafón cuando llega una crisis como esta. Primero están la salud, la alimentación, etc. Pero también hay que reconocer que somos un sector que ha tomado medidas muy contundentes: separación de butacas, uso de viricidas, uso de mascarillas... Creo de verdad que aplicamos protocolos de máxima seguridad para los trabajadores y para los clientes. Pero, claro, el miedo es libre. Es lógico. Hay campañas que insisten en evitar lugares cerrados. Quizás sería conveniente diferenciar un teatro o un cine de una comida familiar en una casa".

El caso de la industria editorial es diferente. Ha sido, dentro del ámbito cultural, una de las que mejor ha resistido el embite de la pandemia. Según el director da editorial Kalandraka y presidente de la Asociación Galega de Editoras (AGE), Xosé Ballesteros, "o gran interrogante é que vai pasar co consumo". Lo que más preocupa a los sellos es que se vuelva a restringir la movilidad, algo que bloquearía las ventas a través de las librerías. A pesar de que la demanda on-line ha aumentado de forma considerable durante la pandemia, Ballesteros es un firme defensor de la librería como espacio fundamental de encuentro con los lectores. "Certamente, os hábitos de consumo variaron de xeito importante durante a pandemia e a venda on-line acrecentouse considerablemente, mesmo a través das webs que agora moitas librerías se animaron a poñer en marcha", explica. "Esta tendencia xa non ten volta atrás. Igual que as presentacións de novos títulos, que camiñan cara un modelo híbrido que mesture a presencialidade co streaming. De calquera maneira, o noso soño pasa por apuntalar o tecido cultural do país a través dos libros e das librerías neste final de ano. A miña maior preocupación a día de hoxe é que as librerías poidan seguir abertas os próximos meses".

Ballesteros, que también forma parte de la junta directiva de la Federación del Gremio de Editores de España, estima que, a finales de año, la reducción de la facturación editorial estará entre un 20 y un 25%, "que é unha baixada moi importante, dura de asumir, pero non catastrófica", indica.

PLAN  DE RESCATE. "Nós o que precisamos é un plan de rescate específico para o sector; e logo un plan de recuperación", dice el director de la agencia y productora musical Esmerarte, además de presidente de la Federación de la Música de España, Kin Martínez. "Precisamente o luns pasado estivemos no Ministerio de Cultura para ver se nos daban algún tipo de solución. Porque para nós este ano é un ano absolutamente perdido", comenta al tiempo que revela que la incertidumbre está llevando a al escena musical al límite. "A incertidume é o gran problema que temos agora mesmo. Non sabemos nada do que pode pasar. Pero é que, a maiores, no noso caso, ao carecer de normativas básicas, dunha regulación do sector, quedamos absolutamente desamparados. Xa estabamos en precario e isto veu a rematarnos. Quedamos fóra de calquera cobertura. E isto non pode ser. Non podemos ser só bos para tributar e quedar excluídos de todo o demais. É inxusto que non poidamos obter algún tipo de retorno cando veñen mal dadas".

Kin Martínez recuerda que la industria cultural representa el 3,2% del Productor Interior Bruto (PIB) de España. "Así que penso que non queda máis remedio que atender as nosas necesidades como as de calquera outro sector. Porque estamos falando dun sector estratéxico a nivel económico", comenta, al tiempo que dice que se han dejado de generar más de mil millones de euros este año por parte de las empresas de forma directa, más de siete mil de impacto indirecto. "Contar cun plan de continxencia para 2021 é fundamental para poder traballar". Martínez se muestra crítico con la beligerancia demostrada por la mayor parte de las administraciones con las actividades culturales, sin ningún brote confirmado en ellas, mientras se mostraban más generosas con otros ámbitos. "Na Federación de la Música estamos preparando unha guía moi estrita para poder celebrar actos. Porque o que é completamente inviable que haxa 17 normativas completamente diferentes, á parte das grandes cidades que teñen a súa propia regulación. A nivel organizativo dunha xira de concertos adaptarse a iso é imposible".

EJEMPLARES. Para el director de Esmerarte el comportamiento de las empresas del mundo de la cultura ha sido ejemplar. "Ningún outro sector fixo o esforzo que fixemos nós e demostrou ser tan seguro".

Coincide con él al cien por cien la directora de la compañía de teatro Baobab, Andrea Bayer. "Eu botei en falta na cultura o mesmo apoio que se lle deu, por exemplo, ao sector do turismo"», comenta la dramaturga que reconoce que el verano permitió a las compañías recuperar sus espectáculos. "E sen ningún problema e ningún lado! Pero agora estamos vendo como comezan a volver a cancelarse cousas e xa non sabemos a que aternos. Definitivamente este é un ano raro e moi complicado", di Bayer. "É inevitable pensar en por que me cancelan a min, pero non hai problema en ter o bar aberto. Quizais é necesario que a sociedade faga unha reflexión. Hai que ser moi valente para querer adicarse á cultura neste país".

Comentarios