La sede del Colegio de Veterinarios de Pontevedra acaba de recibir una mención internacional. El diseño del interior del inmueble, realizado por el estudio de arquitectura pontevedrés Santos y Mera, ha quedado finalista en la edición de 2020 de los premios London International Creative Competition (LICC).
El edificio, que está situado en el Camiño Vello de Castela, cuenta con unos 400 metros cuadrados. Según describe la web de LICC, el interior del mismo destaca la transparencia y también la madera, que es el material que lo define. "Esta madera recorre techos, paredes y suelos, dándoles continuidad, ocultando los espacios de almacenaje y mezclando distintos volúmenes, además de aportar color y calidez al local", señalan.
La sede de la entidad colegial se ejecutó en 2019. "Fue una reforma interior de un local. Creamos un pequeño pueblecito dentro de él, con las oficinas en el medio y unos recorridos en forma de pasillo que llegan hasta el área principal: el salón de actos institucional", explica José Carlos Mera, uno de los artífices de esta obra, que presenta un "uso intenso de mad
era". "Le da un olor especial", destaca.
El del Colegio de Veterinarios de Pontevedra no fue el único trabajo presentado por Santos y Mera. El campo de fútbol de hierba sintética de Campañó también fue seleccionado en el LICC, que es un certamen que desde 2006 celebra la organización Farmani Group para dar visibilidad a la creatividad en todas sus formas. El concurso recibe una media de entre 500 y 600 trabajos en cada edición y divide los galardones en seis categorías: arquitectura, ilustración, interiorismo, fotografía, producto y arte. El jurado está formado por más de una veintena de profesionales de distintos sectores y distintas partes del mundo.
"Son unos premios a los que no llegan muchas propuestas desde España. Pero sí de Portugal", apunta Mera, que recuerda que el proyecto de Campañó ha sido finalista en la última edición de los Premios FAD de Arquitectura e Interiorismo, creados en Barcelona en 1958 e impulsados por el arquitecto catalán Oriol Bohigas, conocido por proyectos como el de la Villa Olímpica de Barcelona 92 o la sede de la Universidad Pompeu Fabra.
"Por el uso que iba a tener, el campo de fútbol de Campañó se hizo como casitas del Monopoly. y pensando en que la primera visión era desde arriba. Jugamos con los volúmenes", subraya Mera.
