Las segundas residencias concentran las reformas de las viviendas de Pontevedra

La prohibición de realizar obras en inmuebles habitados para evitar contagios por Covid-19 limita los trabajos a hogares sin moradores, bares y hoteles cerrados desde el 26 de marzo
Juan Carlos González realizando reformas en un hotel que permanece cerrado. DP
photo_camera Juan Carlos González realizando reformas en un hotel que permanece cerrado. DP

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado 12 de abril una Orden Ministerial en la que suspenden las obras de intervención en edificios en los que hayan personas ajenas a la construcción para evitar el contacto entre trabajadores y habitantes y reducir así el riesgo de contagio por coronavirus. La orden –que excluye de la prohibición a las reparaciones urgentes como averías– explica que "la concentración de personas en edificios" en los que se desarrollan obras en la que "los trabajadores deben compartir determinados espacios comunes con residentes u otros usuarios" implica un "incremento del riesgo de contagio por Covid-19".

En Pontevedra esta limitación está haciendo que las reformas de las viviendas se estén centrando en las segundas residencias, bares y hoteles (el Gobierno ordenó que los establecimientos hosteleros debían cerrar antes del 26 de marzo y desde entonces permanecen sin actividad). Juan Carlos González Martínez, que dirige la empresa Decoraciones Carluis, es uno de los autónomos que en plena crisis sanitaria está trabajando en el acondicionamiento del interior de este tipo de edificaciones. "El mal tiempo no nos permite realizar obras en el exterior de los inmuebles. La lluvia no nos deja pintar las fachadas", explica.

Juan Carlos González: "Durante la pandemia el nivel de trabajo ha caído un 70% con respecto a años anteriores"

En la actualidad Juan Carlos González está efectuando la reforma de un hotel y trabajos en segundas viviendas. "Estoy teniendo suerte porque me van surgiendo estos trabajos, pero conozco a compañeros de profesión que están totalmente parados", subraya. "Además –añade–, mucha gente que pertenece a grupos de riesgo de contagio evita encargar reformas para que no entre en su casa gente que pudiera infectarles".

Con el estado de alarma decretado por el Ejecutivo, entre cuyas medidas incluye el confinamiento de la población, muchas personas están aprovechando el tiempo para realizar ellas mismas las reformas en el domicilio en vez de encargárselas a profesionales. De hecho, recurren a algunos de ellos para poder hacerse con el material necesario para la realización de los trabajos (como puede ser la pintura, ya que los establecimientos especializados no le venden este producto a particulares, o el panel sandwich teja para techos, que se emplea para conseguir un acabado elegante en todo tipo de techos).

"La gente ya sabe que el resultado de sus trabajos no tiene nada que ver con la calidad del trabajo que realizamos quienes nos dedicamos a la reforma de viviendas, pero en vez de estar aburrida en el sofá prefiere hacer chapuzas y pintar una puerta o una habitación", subraya el propietario de Decoraciones Carluis.

En su caso, la carga de trabajo que está teniendo desde la declaración del estado de alarma por Covid-19 ha caído un 70% con respecto a años anteriores. "Los pintores solemos tener muchísimos encargos en el mes de marzo. Algunos de mis colegas están a cero en la actualidad, mientras que yo estoy teniendo algo de suerte porque en mi cartera de clientes tengo gente que es propietaria de segundas residencias. Por contra, tengo pendientes trabajos en comunidades que no puedo realizar en estos momentos".

Emplear panel sandiwich para conseguir un acabado elegante en todo tipo de techos

Temor a la aparición de competencia desleal
La prohibición de realizar reformas en el interior de las viviendas ocupadas supone una caída en los ingresos que obtienen los profesionales que acometen este tipo de actuaciones. En el caso de Juan Carlos González, propietario de Decoraciones Carluis, puede hacer frente a las facturas "gracias a una buena administración", con fondos que ha ido ahorrando para hacer frente a contingencias como la ocasionada por el coronavirus. "He ido guardando para la llegada de los tiempos de vacas flacas", puntualiza.

En todo caso, Juan Carlos González ve el futuro "con mucha incertidumbre". Teme que en la actual situación de falta de trabajo vaya a haber muchos autónomos de negocios relacionados con las obras en edificios que se vayan a dar de baja y que comience a surgir la competencia desleal.

Control
Ante este panorama, el gerente de Decoraciones Carluis confía en que la Administración efectúe el control de las personas que se dedican a realizar trabajos de acondicionamiento y rehabilitación de edificios. "No sería de recibo que quienes tenemos que hacer frente a unos gastos fijos mensuales –el pago de gestoría, autónomos, local y medio de transporte– tengamos que perder trabajo por la competencia que nos encontremos con gente que de forma ilegal realiza trabajos en los que cobra más barato y con un margen de ganancia mucho mayor que el nuestro".