"Tenemos que trabajar mucho durante verano para sobrevivir el resto del año"

"Ser feriante no es solo un trabajo, es más bien un estilo de vida"

Este lunes, Día del Niño, las atracciones de la Alameda y Raíña Vitoria se despiden de Pontevedra y continuarán su periplo allá donde haya fiesta
José Manuel, ante uno de los hinchables instalados en estas fiestas
photo_camera José Manuel, ante uno de los hinchables instalados en estas fiestas

Este lunes es el último día en que se podrá disfrutar de las atracciones y barracas de la Alameda y Raíña Vitoria. Mientras que para los pontevedreses las Festas da Peregrina rematan ya con el Día del Niño, para los feriantes simplemente es una parada más en su ‘viaje de negocios’ constante. Siguiendo las fiestas patronales de las diferentes ciudades españolas y huyendo de las lluvias y el mal tiempo, los feriantes viajan por todo el país animando los lugares por los que pasan.

Es el caso de muchos de los empresarios que han estado instalados en el parque de atracciones provisional situado en la Alameda y Raíña Vitoria. José Manuel, por ejemplo, ha traído hasta Pontevedra su hinchable de Mario Kart y Bob Esponja, junto con un par de atracciones infantiles más. "A lo largo del año nos movemos por toda España. Siempre hay fiesta en algún sitio. Este año, por ejemplo, hemos estado por Madrid, Barcelona, Alicante, Málaga, Valencia... ¡y lo que queda!", comenta mientras se encarga del mantenimiento del único hinchable que hay en toda la feria.

Pero es que las atracciones no sólo se quedan en la Península. "Nuestra parada favorita del viaje es las Islas Canarias, ahí sí que saben...", aseguran Oswald y Vasil, responsables de la Noria Sánchez, la más grande de España y el icono más representativo de toda feria que se precie.

"Lo mejor de dedicarte a esto es ver a la gente pasándolo bien. Vienen tantas personas de fiesta que al final te animas tú también" 

Da igual que sea invierno o verano, siempre hay algún lugar a donde ir. Aunque bien es cierto que durante los meses estivales el tiempo acompaña un poco más, nunca se puede estar tranquilo del todo. "Cuando llueve es un fastidio. Esta semana nos hemos llevado algún susto, la verdad, nos daba miedo que lloviera todos los días. Pero es lo de todos los años, ya sabemos cómo es el tiempo en Galicia", asegura José Manuel.

Aunque ir viajando de fiesta en fiesta, animando a familias enteras, parezca un trabajo divertido, la realidad es que el oficio exige mucho sacrificio a aquellos que se dedican al mismo. "La vida del feriante es muy dura", lamenta José Manuel. "Es muy bonita desde fuera, desde dentro es más difícil de lo que pueda parecer. Pero es lo que hay, tienes que agarrarte a lo que encuentres, hoy en día no puedes decir ‘me gusta esto, quiero hacer lo otro", explica.

José Manuel lleva más de 40 años en este mundo y afirma que "no es tan fácil como parece. A veces ves a gente que dice ‘hala, venga, yo también quiero ser feriante y dedicarme a vivir de fiesta’. Pero no es tan fácil. Después de tanto tiempo yo ya me conozco cómo funciona este mundo, pero no todos pueden decir lo mismo", recuerda el empresario, que, a la vez, es optimista: "Tienes que acostumbrarte, eso es lo difícil. Cada uno tiene sus negocios, y esto es así. Ser feriante no es sólo un trabajo, con horario de ocho a tres. Es más bien una forma de vivir".

Sin embargo, Oswald y Vasil lo ven de una manera diferente. Llevan en esto "toda la vida" y, al preguntarles qué es lo más duro de este trabajo, no dudan en responder: "¡Nada! Esto no es un trabajo, es una forma de vida. Lo mejor de dedicarse a esto es ver a la gente pasándolo bien. Viene tanta gente que está de fiesta, de celebración, que al final, ¡te animas tu también!". En esto José Manuel también está de acuerdo. "Sí que es verdad que, aunque hay partes muy duras, como montar y desmontar las atracciones, también hay momentos divertidos, como cuando nos vamos por ahí de parranda, a disfrutar de las fiestas".

FAMILIA. Compaginar la vida de feriante con la familiar es algo que, en ocasiones, puede resultar complicado. "Nunca sabes dónde vas a estar, dónde te va a llevar este trabajo. Ese es uno de los sacrificios que tenemos que hacer", comenta José Manuel. A pesar de ello, en muchos casos "el negocio queda en familia" y viajan todos juntos persiguiendo las fiestas.

Para Oswald y Vasil es más fácil: "Si la familia ya está fuera de todas formas, nosotros sólo tenemos que encargarnos de pasarlo bien y conseguir que la gente que venga aquí también disfrute lo máximo posible». La realidad es que, aunque este ‘estilo de vida’ exija muchos sacrificios, esta pareja lo tiene claro. Si pudieran dedicarse a cualquier otra cosa... elegirían "hacer exactamente esto, sin duda".

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