Un siglo apostando por la enseñanza

El colegio Sagrado Corazón de Placeres inició la celebración de su centenario con un emotivo acto en el que Lulú Vázquez, alumna de la primera promoción, fue la gran protagonista

Numerosas personas se acercaron a la celebración del siglo del Sagrado Corazón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Numerosas personas se acercaron a la celebración del siglo del Sagrado Corazón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Cien años separan exactamente a Lulú Vázquez Figueroa y a Jacobo, el sobrino nieto que le entregó un ramo de flores en el emotivo acto celebrado ayer en el Colegio Plurilingüe Sagrado Corazón de Placeres con el que se iniciaron las celebraciones del centenario de este centro educativo, fundado en 1918 por un grupo de religiosas llegadas desde Madrid en un edificio donado por la familia Montero Ríos en Lourizán.

Lulú, de 108 años, forma parte de la primera promoción de alumnas de un colegio que atravesó el siglo XX con sucesivos cambios hasta llegar a lo que es hoy en día. Ayer recibió un homenaje, al igual que una de las antiguas fundadoras. También hubo momento para escuchar a una exalumna, Laura Otero, que expresó sus vivencias en el centro, y a otra antigua estudiante, hoy embajadora de España en Estonia, Teresa Orjales. El auditorio se quedó pequeño, pero no faltó representación ni de la comunidad escolar antigua y actual, ni de la familia Montero Ríos (estuvieron Paloma y Luis, hija y nieto, respectivamente, de Dolores Montero, descendientes de la familia que donó el edificio), ni de la congregación religiosa. Estuvieron también las fuerzas vivas de Marín y Pontevedra y volvió a entonarse, como en la inauguración de hace un siglo, el Negra Sombra.

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