Silvia Aguete: "Es la leche ver a gente con tu camiseta"

Desde que se puso por primera vez debajo de los palos de una portería, defendiendo a los equipos de la AECC, acaparó la atención de todos. Las previsiones se superaron porque se transformó en la mejor portera de la historia del fútbol sala femenino español. El 6 de junio recibirá el Premio Pontevedreses en la categoría de deportes
Silvia Aguete. GONZALO GARCÍA
photo_camera Silvia Aguete. GONZALO GARCÍA

Cuando ya no esté en activo se le echará de menos porque Silvia Aguete (Pontevedra, 1987) está haciendo historia. La santa del fútbol sala español emprenderá este verano una nueva aventura.

¿Qué queda de aquella niña que a principios de siglo acaparaba las portadas del suplemento HQR! soñando con ser la mejor de España?
¡Mimá! Queda la misma ilusión. Sigo teniendo la misma pasión por el deporte que practico.

¿Y cómo se mantiene la ilusión para describir una trayectoria tan larga?
Es verdad que fui muy exigente desde pequeñita. Siempre fui muy competitiva y tuve la necesidad de mejorar, mejorar y mejorar. Eso genera un desgaste, pero también es la única manera de poder llegar a la élite y estar tantos años en ella. La exigencia es complicado mantenerla, sin embargo, una de las cosas que me atrae del deporte es la posibilidad de estar siempre al 200 por cien. Una no se puede relajar. Cada partido es una reválida. Si no pudiera estar al nivel al que estoy ahora, me hubiera retirado hace tiempo. Jugaré hasta que pueda dar lo que yo me exijo. En el momento que vea que estoy por debajo de mi nivel, lo dejaré; mientras tanto seguiré. Me gusta mucho el fútbol sala, me gusta mucho ser portera y estaré jugando todo el tiempo que pueda.

¿Esa exigencia fue la que le hizo dar un paso atrás hace unas temporadas?
Sí (con rotundidad) porque a veces la cabeza no está donde tiene que estar. Cuando lo dejé es porque estaba muy saturada. A veces cuesta compaginar estar en la élite de un deporte y estudiar y yo me saturé. No podía hacer todo al cien por cien y preferí dar un paso atrás.

En las últimas temporadas la selección española ha crecido y sus convocatorias pasaron de ser una anécdota a ser habituales, ¿eso también influyó para que volviera?
Puede ser. Para mí el Europeo (el primero se celebró en 2018) fue un plus. Yo no sabía ni que se iba a jugar. Cuando empecé no había casi competiciones oficiales y a la selección española ni la conocía, prácticamente no sabía ni que existía, pero estamos en el 2023 y es el tercer Europeo, que soy muy poquitos y el Mundial no tiene fecha. Disputarlo me motiva, pero que haya tantas incógnitas me tira para atrás. Me gustaría disfrutarlo, pero no se si llegaré a jugarlo porque me parece muy lejano, demasiado.

¿Disputar un Mundial es su próxima gran ilusión y a la vez un motivo de preocupación al no estar clara su celebración?
Es frustrante. Cuando lo anunciaron fue un bombazo y, de hecho, nadie se lo esperaba. Había muchas conjeturas y rumores, pero nada claro. El anuncio era como un paso de gigante, pero desde ese día no se sabe nada más. Se dice que hay federaciones (nacionales) que están empezando a trabajar, pero hacerlo sin un plazo de tiempo es como no hacer nada.

¿Tiene la sensación de que el anuncio de FIFA fue una cortina de humo para cortar las quejas de ustedes?
Espero que no. Prefiero pensar que su voluntad es hacer el Mundial y que están comprometidos con nosotras. Lo cierto es que parece que nos tenemos que poner en las patas de atrás para que tenga repercusión lo que hacemos. Cada avance es una conquista. Cuando ganamos el primer Europeo creíamos que iba a tener mucha repercusión y, sin embargo, todo se diluyó muy rápido. Pensábamos que sería un gran salto para las generaciones futuras, pero no ha sido así. Es mucho esfuerzo para muy poca recompensa.

¿El Europeo de 2021, ganado por España, es el momento más importante de su carrera?
Lo disfruté muchísimo porque venía de una mala etapa en el Poio. Gracias a la confianza que me dio Claudia (Pons, seleccionadora española) llegué en un gran momento, tanto físico como mental. Lo disfruté muchísimo por como se dieron las cosas.

El primer Europeo es el primero, pero el segundo para mí fue increíble

¿Cuando piensa en la final de ese segundo Europeo (julio de 2021) con Portugal qué es lo primero que se le viene a la cabeza?
¡Buah! No sé describirlo con palabras porque fue una sensación increíble. La disfruté mucho. El primer Europeo es el primero, pero el segundo para mí fue la leche e incluso para la gente que lo vivió desde fuera. El partido tuvo de todo. Fuimos perdiendo, empatamos, los dobles penaltis, los penaltis... Es de esos partidos que nunca se olvidan. Sufrimos mucho, pero fue la final que más celebramos.

Escuchándole da la sensación de que le da mucha importancia al tercer Europeo (conseguido en el mes de marzo pasado).
No sabíamos cómo iba a salir. Tuvimos muchas lesiones y de jugadoras muy importantes. Había muchas incógnitas y el ambiente no acababa de ser el de otras ocasiones. Había mucha responsabilidad. Esperábamos que fuera en España y nos llevaron a Hungría, a donde apenas pudieron ir aficionados. La semifinal fue la teórica final y la final fue más fácil. Todo fue diferente.

¿Tiene la sensación de que han convertido en normal algo excepcional?
No lo sé. Lo cierto es que parece que es muy sencillo y no lo es. España lleva trabajando muchos años con convocatorias muy continuas y eso se nota.

Parece que nos tenemos que poner en las patas de atrás para que tenga repercusión lo que hacemos

¿Da vértigo saber que es una referencia para muchas niñas y niños?
Personalmente no me siento así, pero soy consciente de que lo soy. Sé que hay muchas niñas que se fijan en mí y me llega su cariño. Es lo que te llevas de todo esto. Incluso que niños se fijen en chicas es un regalo, es la demostración de que las cosas se están haciendo bien. Es excelente que no solo tengan referentes masculinos. Es la leche ver a gente con tu camiseta.

¿Qué le falta por conseguir a la jugadora de fútbol sala española?
Es fundamental equiparar las competiciones femeninas y las masculinas. No es normal que los chicos tengan ahora la Finalísima (campeón de Europa con el de América) y nosotras no tengamos ni Mundial. En nuestra propia casa, igual. Los chicos tienen Copa de España, Copa del Rey y un play-off de ocho, el nuestro es de cuatro y solo tenemos una Copa.

"Tengo la espina clavada de no haber ganado títulos"

Después de una carrera muy larga ha dado el paso de irse fuera, ¿por qué?
A nivel club tengo la espina clavada de no haber ganado títulos. Melilla tiene un propuesta deportiva muy buena y con un entrenador que conozco (Morenín la dirigió en el Poio) y que sé como trabaja porque a estas alturas de mi vida no quiero llevarme ninguna sorpresa. Quería tenerlo todo muy claro. Fui posponiendo mucho irme de aquí y era algo que tenía pendiente. Ahora se dan las circunstancias para hacerlo.

Es decir, se va para ganar títulos.
Es lo que me queda. No quiero retirarme sin ganar títulos importantes en un club, por lo menos aspirar a ellos.

¿Esta temporada ha sido una de las más duras?
La más dura mía fue la última en el Poio (20-21). En el caso del Marín hay que ser consciente del equipo en el que estás. Sabíamos que sería más complicado. A veces puedes estar más cómodo con un entrenador que con otro. Son momentos.

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