La Xunta prevé solucionar el problema en breve

Los juzgados de lo Contencioso, sin luz, teléfono ni calefacción

Los funcionarios tienen que escribir a mano y los abogados emplean las linternas de los teléfonos móviles ► Un juicio tuvo que repetirse este martes ante los fallos en el sistema de grabación
Uno de los funcionarios, ante un ordenador sin corriente y abrigado para evitar el frío
photo_camera Uno de los funcionarios, ante un ordenador sin corriente y abrigado para evitar el frío

"Tenemos la misma potencia contratada que en un piso, imagínese". Marisol, una de las funcionarias públicas que desempeña su labor en el edificio judicial de Xermán Adrio, sede de los juzgados de lo Contencioso-Administrativo de Pontevedra, puso este martes el grito en el cielo en nombre de sus compañeros ante la situación que, según asegura, "llevamos viviendo desde el mes de septiembre, cuando instalaron los contadores inteligentes".

Los empleados sufren desde entonces continuos cortes de luz que les obligan a trabajar en la penumbra y que repercuten sobre los sistemas informáticos, que, además de apagarse, sufren las consecuencias cada vez que "salta el automático".

La gota que colmó el vaso de la paciencia de los trabajadores de la sede judicial pontevedresa (que, si todo marcha según los planes de la Consellería de Xustiza, pasará a ubicarse en el nuevo edificio de A Parda que se construirá en el próximo bienio junto al actual) tuvo lugar este martes, cuando los cortes afectaron a la luz, al teléfono (este periódico tuvo serios problemas para contactar con la sede judicial), a la calefacción y a los propios juicios, teniendo que repetirse una vista oral casi en su integridad ante el fallo en los sistemas de grabación.

CON ABRIGOS. "La calefacción, que es eléctrica, la tenemos inutilizada, por lo que tenemos que trabajar con abrigos", declararon los empleados, que añadieron que "durante un juicio, uno de los funcionarios tuvo que alumbrar con su móvil a los miembros del equipo judicial para poder continuar", y añadieron que "en lugar de grabar o transcribir en los ordenadores, se tiene que escribir a mano, como se hacía hace 20 años".

"Es un problema para trabajar y lo estamos padeciendo constantemente", puntualizó Marisol, que añadió que "se enviaron varios escritos a la Xunta de Galicia para que nos diese una solución. Por ahora, sin embargo, seguimos igual".

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