Sindicalistas gran reserva al pie del cañón

Las movilizaciones sindicales han descendido en número y gran parte de las que se celebran tienen en primera línea a sindicalistas veteranos, que lamentan la falta de relevo ? Diario de Pontevedra ha reunido tres ejemplos
Manifestación de los sindicatos. DP
photo_camera Manifestación de los sindicatos. DP

Las movilizaciones cayeron un 27,3% en el último año, pasando de las 1.156 manifestaciones celebradas en la provincia en 2018 a las 840 de 2019. Las fuerzas sindicales atribuyen el descenso a la coincidencia con un año repleto de elecciones sindicales, que restaron tiempo y recursos a la organización de protestas. La CIG incluso niega el bajón (que arrojan los datos oficiales aportados por la Subdelegación del Gobierno) e insiste en que su actividad en la calle mantiene el peso de otros años.

Sin embargo, la percepción social a pie de calle es bien distinta. Las manifestaciones convocadas al hilo del 1 de mayo, Día del Trabajador, son un buen barómetro. El respaldo social ha ido a menos y ahora casi son más los participantes en el concurso de mayos que se congregan en A Ferrería que los participantes en las protestas convocadas por las grandes centrales sindicales.

Las manifestaciones cayeron en la provincia un 27,3% en el último año, pasando de las 1.156 de 2018 a las 840 de 2019

Otro de los cambios perceptibles es la edad de los que están al pie del cañón, que cada vez va más en ascenso. Sindicalistas veteranos y particulares de edad avanzada están corriendo a cargo de reivindicaciones de peso, como las revalorización de las pensiones y la sanidad pública, derechos que conquistaron en su día y que ahora ven en peligro.

Diario de Pontevedra ha reunido tres ejemplos de tres afiliados de entre 69 y 78 años cuyos testimonios coinciden al señalar que las movilizaciones han ido a menos, casi en la mismo proporción que la implicación de las generaciones más jóvenes.

Las quejas han saltado a las redes sociales y, al mismo tiempo, las luchas laborales se han fragmentado. Ahora abundan más las protestas de colectivos específicos que exigen la mejor de demandas específicas. La sanidad es un fiel reflejo. Las manifestaciones por un sistema pública han dado paso a las movilizaciones particulares de enfermeras eventuales, auxiliares de enfermería, celadores o personal de Urxencias.

Xosé Muíños González, afiliado CIG: "Estamos pelexando polas pensións catro vellos, a xuventude non se involucra"

A sus 78 años Xosé Muíños González juega un papel activo dentro de la CIG. Su incursión en la acción sindical comenzó hace más de treinta años y tras pulsar distintas opciones acabó en las filas del sindicato nacionalista, donde actualmente forma parte del colectivo de jubilados. Participa en la organización de distintos actos y movilizaciones, y desde hace un tiempo está centrado en la defensa de unas pensiones dignas. Lo que más le molesta es que sea una lucha tan poco respalda, sobre todo por parte de las generaciones más jóvenes. "A xuventude non se involucra moito no tema. Somos catro vellos os que estamos pelexando polas nosas pensións e polas deles, cando a realidade é que a xente nova teno bastante feo para cobrar unha pensión digna. Se non se moven, cobrarán nada ou unha miseria". 

A su juicio, la acción sindical era mucho más intensa a finales del siglo pasado, cuando él y muchos otros trabajadores lograron a golpe de huelgas y protestas mejorar las condiciones laborales. Entonces, algunas de las grandes reivindicaciones fueron "a mellora dos salarios e da xornada, porque daquela aínda se traballaba os sábados pola mañá". 

Xosé está convencido de que antaño "había máis mobilizacións" y de que ahora la ciudadanía "perece que ten medo". "Delega nos demais e pensan que, aínda que non vaian, non pasa nada. Ás veces nin sequera se mobilizan os delegados, que deberían estar moito máis concienciados. Dan a batalla por perdida e así non conseguimos nada. Deberiamos facer como os vascos, que están todas as semanas nas rúas, pero aquí somos máis pasotas. Así nos vai".

 

J. Manuel Moreira Hermida, afiliado a UGT: "Hace falta relevo porque, si el trabajador no participa, el sindicato no tiene fuerza"

José Manuel Moreira Hermida, natural de Campañó y residente en Campo Lameiro, está "camino de los 71 años" y lleva más de media vida peleando por mejorar los derechos laborales. Se afilió a finales de los 70 a UGT, por los vínculos que mostraba "con el Partido Socialista" y, desde entonces, ha jugado un papel activo en la formación. 

Por aquel entonces trabajaba en un concesionario de tractores y, al igual que otros compañeros, pensaba que "era necesario unirse al sindicato para solucionar los problemas que pudieran surgir". José Manuel ayudó a sentar las bases de organización y participó en las arduas negociaciones de los convenios del metal. Al principio eran movilizaciones leves, pero conforme avanzó la democracia fue testigo de "huelgas muy duras, de más de 20 días", para mejorar derechos de tipo social y económico. "Por ejemplo, para que las bajas se pudieran cobrar al 100%". 

Su implicación con la acción sindical también le llevó a participar en movilizaciones en Madrid, "desde la Castellana hasta el Gregorio Marañón". Y, aunque lleva más de diez años jubilado, sigue sin perderse las convocatorias importantes. El 1 de mayo es una de las fechas marcadas en color rojo en su calendario. "Ese día no falla". 

A su juicio, las conclusiones que arrojan las estadísticas están en lo cierto. Cree que "las manifestaciones tienen poca asistencia" y que, en gran parte, se debe a la falta de compromiso de las generaciones más jóvenes, "a pesar de que sufren mucha precariedad y contratos basura". "Sin duda hace falta un relevo porque, si el trabajador no participa, el sindicato no hace milagros, no tiene fuerza".

 

Luis Camiña, secretario pensionista CCOO: "Houbo que loitar para ter a calidade de vida dos 90. Non foi unha loteria"

Luis Camiña, 69 años y vecino de Cantodarea (Marín), se adhirió a las filas de un sindicato hace 40 años. Como profesional de la náutica, la primera formación a la que recurrió fue el Sindicato Libre Marina Mercante, pues consideraba que era el que mejor representaba sus reivindicaciones. "De alí a uns anos integrouse por motivos económicos en CC OO e dende entón estou como afiliado na formación". 

Su compromiso con las siglas va mucho más allá de pagar una cuota para cubrirse las espaldas ante un posible problema laboral. "É por un tema de conciencia política e de traballo, que naqueles momentos levounos a mobilizarnos e que agora continuamos moitos en idade de xubilación porque cremos que hoxe case é mais necesario que na nosa época de xuventude". 

Camiña secunda la opinión de sus colegas veteranos y cree que las conquistas laborales están en declive por falta de implicación de las generaciones novel. "Ou os mozos se durmiron ou ninguén lles dixo que houbo que loitar día a día para ter a calidade de vida que conseguimos nos 90. Non foi unha lotería". 

Actualmente Luis ejerce como secretario de la Federación de Pensionistas de CC OO y, salvo compromiso ineludible, acude al edificio de sindicatos "case todos os días". Organiza protestas, charlas y reuniones, y trata de disipar las dudas que acechan a los que visitan Pasantería. Además, participa en todas las movilizaciones, sean de la rama que sean, "porque os pensionistas somos extraballadores de múltiples sectores. Os que temos unha idade perdemos a forza, pero non a maña".