Situación límite en el penal de A Lama tras obtener la baja 28 funcionarios

Los sindicatos alertan de la situación de colapso y niegan que sea una huelga encubierta

Acceso principal al penal de A Lama, única cárcel provincial con reclusos internos. DAVID FREIRE
photo_camera Acceso principal al penal de A Lama, única cárcel provincial con reclusos internos. DAVID FREIRE

PONTEVEDRA. El centro penitenciario de A Lama se encuentra bajo mínimos. Veintiocho de los funcionarios que prestan servicio en la prisión provincial se hallan fuera de servicio por distintos problemas de salud, lo que está acarreando problemas a la hora de ofrecer un adecuado servicio en las instalaciones. Patologías relacionadas con el estrés y la ansiedad están aflorando entre los trabajadores en vista de que el conflicto social y laboral en el que se hallan enfrascados se mantiene enquistado, lo que se traduce en una situación difícil que se ha revelado no solo en la cárcel pontevedresa, sino también en las del resto de España.

La situación ha provocado la suspensión de las principales actividades previstas con los internos durante toda la jornada de ayer

Las consecuencias de la falta de personal prolongada en el tiempo pueden estar detrás de esta nueva situación que, con la acumulación de bajas, ha provocado la suspensión de las principales actividades que estaban previstas con los internos durante la jornada de ayer. Fuentes sindicales, que niegan cualquier tipo de huelga encubierta, aseguran que algunos funcionarios han tenido que realizar turnos de 24 horas y anuncian que se esperan días difíciles, al menos para este martes y el miércoles.

Los funcionarios han venido denunciando la situación en el Situación límite en el penal de A Lama tras obtener la baja 28 funcionarios penal de A Lama y reclamando mayores retribuciones y refuerzo de personal. Así, el pasado 20 de noviembre, más de medio millar de funcionarios de centros penitenciarios de Galicia y de otras comunidades autónomas se manifestaban por las calles de Pontevedra con el objeto de denunciar el «inmovilismo» del Ministerio del Interior para la negociación de la mejora de sus condiciones laborales. Los trabajadores exigían entonces, junto con mejoras retributivas que «compensen» la pérdida de poder adquisitivo de los últimos años, un incremento de la plantilla que cubra las vacantes que hay -unas 50 solo en el penal pontevedrés de A Lama-. Además, reclaman nuevos protocolos de actuación ante las agresiones de presos a funcionarios, que los sindicatos cifran de una al día.

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