De las 'smart cities' a una ciudadanía inteligente y urbes humanizadas

El Fórum RIES18 reunió el jueves en el Pazo da Cultura a un panel de expertos mundiales

Momento de la inauguración oficial del evento. CHRISTIAN FERNÁNDEZ
photo_camera Momento de la inauguración oficial del evento. CHRISTIAN FERNÁNDEZ

PONTEVEDRA. «Las ciudades son comunidades vivas que necesitan agua, sombra, aire, tiempo y silencio». Las palabras de Carlos Moreno, profesor de la Universidad Paris I-Pantheon Sorbonne, durante su ponencia sirvieron para inaugurar la jornada central del Fórum RIES18, que se celebró ayer en el Pazo da Cultura y que atrajo a Pontevedra a más de 300 profesionales internacionales del mundo de la salud. Sin embargo, el experto no duda en admitir el gran conflicto que existe en las urbes actuales a la hora de recuperar los espacios públicos para los ciudadanos, como «lugar estratégico en el que encontrarse, mezclarse generaciones y salir del ritmo de vida apresurado».

Tras su conferencia, bajo el título "Nuevos desafíos de las Smart, Healthy & Friendly Cities en el mundo", tuvo lugar la intervención de la fundadora y presidenta del Israel Smart City Institute, Edna Pasher, que analizó cómo las tecnologías de las "smart cities" se van a aplicar a la mejora de la salud y las áreas de actuación que tiene que abordar una urbe para una estrategia de salud inteligente.

El relevo lo tomó un panel de expertos formado, además de por ellos dos, por el vicepresidente de la Deputación, César Mosquera; el director del CCO Innova+ de Oporto, Gil Gonçalves; la responsable de Health Technology Division Connected Health Cluster Manager de Tallin, Piret Hirv, y moderado por el director de ECHAlliance, Joan Cornet, que hablaron de los ejemplos de lo que se está haciendo en la actualidad.

«Hace unos años teníamos la impresión de que por tener tecnología y estar conectados ya teníamos "smart cities", pero no», explicó Gil Gonçalves. Así, el experto considera que la tecnología es un «habilitador» y hay que centrarse en las «piezas del puzle», siendo las personas la más importante en la ciudad, por lo que los ciudadanos deben «participar y entrar en la discusión» sobre el cambio que se debe producir en las urbes.

En Estonia, el 99% de los servicios públicos son online y la conexión a Internet se considera un derecho social

En la misma línea se manifestó Piret Hirv, que habló de la experiencia de Estonia, país en el que el 99% de los servicios públicos son online y en el que la conexión a Internet se considera un derecho social. Allí, los ciudadanos tienen voz incluso en los presupuestos locales. «Una parte de los mismos es participativa y la gente puede mandar sus ideas y después se abre un periodo de votación para saber qué quieren los ciudadanos».

«Las personas necesitan más, necesitamos darles las herramientas para que se involucren y tengan la ciudad en la punta de sus dedos», corroboró Gonçalves, y no «depender de las autoridades públicas para hacer todo el esfuerzo».

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