La sociedad más antigua de Pontevedra

El Liceo Casino desata emociones tan intensas como encontradas. Defendido por unos y cuestionado por otros, nadie duda de su íntima vinculación con la vida social, política, deportiva y cultural de la ciudad ►Sumida en pleno proceso electoral, la entidad trabaja en su progresiva adaptación a los nuevos tiempos, pero sin dejar de lado sus tradiciones

El gran evento social del Casino es el Baile de La Peregrina, al que cada año acuden miles de personas. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera El gran evento social del Casino es el Baile de La Peregrina, al que cada año acuden miles de personas. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Desde Francisco de Castro y Barceló, primer presidente del Liceo Artístico Literario en 1855, hasta Jaime Olmedo Suárez-Vence, titular del cargo en funciones, un total de 49 personas han llevado las riendas de la sociedad civil más antigua de Pontevedra. Sus 163 años de historia le hacen merecedora de este galardón.

Sumida en un proceso electoral que este jueves tendrá su apogeo, con el inicio de la campaña electoral, la entidad no oculta un profundo respeto por sus seculares tradiciones, sobre todo en lo que concierne a los eventos sociales, pero es consciente de la conveniencia de ir adaptándose a los nuevos tiempos, a las nuevas tendencias y a las nuevas demandas. De hecho, hacerla más atractiva para que los jóvenes garanticen el relevo generacional es una de sus asignaturas pendientes.

Tanto Jaime Olmedo, que quiere sumar su tercer mandato, como el otro aspirante, Alejandro Regueiro, deben acreditar grandes dosis de sensibilidad para conjugar ambas ideas -lo vintage y lo moderno- sin que ello sacuda los cimientos de la sociedad.

Y es que si algo caracteriza al Casino es su gusto por lo clásico ("que no por lo ñoño", matiza un ex directivo), herencia de sus inicios a mediados del siglo XIX. "Nos gusta respetar las tradiciones, sobre todo si suponen inculcar valores tan cuestionados hoy en día", añade.

El fuego arrasó el Liceo Casino y el Teatro PrincipalCARENCIAS. No obstante, una parte de la savia nueva de la entidad reprocha, precisamente, que esa querencia por la vieja usanza no se haya acompañado de una adaptación a la actualidad, descuidando el presente. De ahí que se haya producido un paulatino descenso de la participación de los jóvenes en el día a día.

"Queremos evitar que la pirámide de socios deje de ser pirámide. Por eso debemos incentivar y promover la asociación de gente más joven", apuntaba el presidente en funciones en una entrevista publicada el pasado domingo en este periódico.

HISTORIA. Nadie niega que decir Casino es sinómino de Pontevedra.

Comenzó sus actividades en un edificio de la Plaza del Teucro, propiedad de la familia García Feijóo, ocupando la planta baja y algunas habitaciones del primer piso. Como el espacio era reducido, las sesiones musicales y los bailes se celebraban en el primitivo Teatro, que desde 1848 estaba instalado en un edificio inmediato, en la calle de Isabel II.

La falta de espacio y el auge de sus proyectos culturales propició el cambio de la sede social. El 2 de junio de 1858 se trasladó a la casa del Conde de San Román, situada en la misma Plaza del Teucro.

Pocos años después, el 23 de mayo de 1864, se inicia la construcción del edificio que, desde su inauguración el 2 de agosto de 1878, alberga la sede social hasta hoy. Un inmueble que suma ya 140 años y que está pidiendo a gritos una profunda remodelación, como subraya Jaime Olmedo. "Modernizar el edificio social debe figurar en cualquier candidatura que se precie, porque las obras son imprescindibles".

LICEO Y TEATRO. Según el acta de entonces, el nuevo edificio sería un Liceo Teatro al servicio de la Sociedad Liceo Casino de Pontevedra. En este documento es la primera vez que aparece el actual nombre de la sociedad.

El inmueble fue diseñado por el arquitecto Domingo Lareu y sus constructores fueron Ramón Romero y Sebastián Regueral. Es uno de los edificios civiles más importantes de la ciudad y está ubicado en el solar que antiguamente ocupaba la iglesia de San Bartolomé el Viejo. De hecho, los textos de la época aseguran que en su construcción se utilizaron parte de las piedras de la Torre de los Churruchaos, sita en la muralla de la ciudad, en donde está ubicado actualmente el Palacete de las Mendoza, y que había sido derribada en 1873.

Con el paso del tiempo, distintas vicisitudes hicieron que el Liceo Casino perdiese la propiedad del Teatro, conservando el edificio destinado a la sede social, en cuyo interior se hicieron grandes reformas, como el pintado del salón artesonado con alegorías de las Artes y las Letras por Demetrio Durán.

En 1930 el Liceo Casino adquirió un Parque de Verano para recreo de sus socios y familiares. En 1965 la sociedad tuvo que adquirir un nuevo parque, situado en A Caeira, en las antiguas posesiones de los Marqueses de Riestra, e inaugurado el 18 de julio de 1965.

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