Quienes viven a orillas del Lérez saben de las dificultades que están pasando muchos de sus vecinos, asfixiados por los tentáculos de la pandemia. "Pontevedra es una ciudad especial, es supersolidaria". Interviene Marcos Rey, edil de Benestar Social. "Estamos entregando 25 toneladas al mes, un 40 por ciento más que normalmente, y aún así tenemos reservas hasta primavera", asegura José Luis Doval, responsable del Banco de Alimentos. "Sacamos entre 160 y 170 menús cada día, cifras nunca vistas, y estamos bien de suministros". Palabra del padre Gonzalo, alma mater del comedor de San Francisco, la principal alternativa alimentaria para las personas que se hallan en un momento de necesidad. En un panorama de lo más complejo en el que todos los organismos especializados en la materia anuncian un acusado incremento de familias pobres o en riesgo de exclusión social, la Boa Vila se revuelve, y ayuda. Desde grandes empresas hasta autónomos y particulares. Muchos son los que han percibido la gravedad de los tiempos que corren y han decidido arrimar el hombro.
Para alcanzar el primer punto de referencia para calibrar el estado de las cosas hay que subir la escalinata de Cobián Roffignac para encaramarse al comedor social del convento franciscano. Allí nos atiende el padre Gonzalo, que, con el apoyo del personal de cocina (dos mujeres) y de la asistenta social, ofrece un plato de comida (ahora un táper) a todo aquel que lo necesita. "La media antes de todo esto estaba en 120 o 130 comidas. Ahora no bajamos de 160 o 170. Y eso que en días de lluvia, hay gente que se retrae", añade Gonzalo. Pese a ello, el sacerdote explica que cuentan con una despensa razonable y que pueden aportar algún producto extra a quienes acuden al comedor. "Antes les dábamos café con leche. Ahora, cuando podemos, le damos un litro de leche a cada uno, porque con esto de la covid no podemos darles el café". A partir de las 12.30, las bolsas y los túpper de San Francisco hacen un poco más fácil la vida a quienes más lo precisan.
Marcos Rey: "Pontevedra es una ciudad supersolidaria; por suerte, tenemos más cómplices que personas necesitadas, y eso es una gran suerte"
"Veo el tema muy negro, pero entiendo que hasta primavera aguantaremos bien. Subió mucho la demanda, en torno a un 40 por ciento, pero en Pontevedra, afortunadamente, contamos con gente empática y generosa". José Luis Doval, responsable de la delegación pontevedresa de Banco de Alimentos, sin embargo, no se conforma. "Pedimos que esto siga siendo así, aunque estemos, dentro de lo que cabe, bien".
Sobre la situación actual, Doval alerta de que cada vez tienen un censo mayor de personas y entidades a las que prestar ayuda. "Desgraciadamente la situación de necesidad se está haciendo crónica para muchas personas, en especial para gente de más de 50 años que se ha quedado sin trabajo y que ahora tiene muy difícil reintegrarse en el mundo laboral".
José Luis Doval: "Subió mucho la demanda, calculamos que en torno a un 40 por ciento, pero aquí contamos con gente empática y generosa"
Las seis personas que trabajan diariamente en la entidad entregan los lotes a distintas entidades, evitando así la estigmatización de las colas del hambre que se ven en otros entornos. "Pienso que es lo mejor". Doval ha tenido que redoblar esfuerzos, pues ante el temor de un contagio ha decidido prescindir de forma temporal de algunos de los voluntarios habituales de mayor edad. Cáritas, San Francisco y otras instituciones sirven de nexo entre el Banco y las personas necesitadas.
Y si hablamos de nexo debemos poner sobre el tapete la labor de la concejalía de Benestar Social que dirige el socialista Marcos Rey, hombre experimentado en el tejido asociativo y que ahora coordina un trabajo de vital importancia en los tiempos que corren.
"Una persona, cualquiera, que quiera ayudar, lo tiene muy fácil. Sea un particular o una empresa, solo tiene que contactar con los Servicios Sociales del Concello", explica el edil, que añade que "también pueden dirigirse directamente a otros colectivos, pero nosotros se lo gestionamos".
Cada dos meses, la concejalía reúne a todas las entidades del sector en una mesa de diálogo en la que cada una de ella expone sus necesidades. "De esa forma podemos coordinar esfuerzo y llegamos a más personas".
Marcos Rey: "Si una persona o una entidad quiere ayudar a los demás, lo tiene muy fácil: contacta con nosotros y lo canalizamos"
El último ejemplo fue la entrega de un gran lote de mascarillas que ya están siendo convenientemente repartidas. En total fueron 13.000, recibidas por la concejalía de manos de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra y que irán a parar a las personas más necesitadas de la comarca.
"Pontevedra es una ciudad supersolidaria. Lo dije desde que llegué aquí. Lo que aquí ocurre no pasa en otros sitios. Tenemos a muchos más cómplices que necesitados, y eso es una gran suerte", añade el edil.
El departamento de Benestar Social no solo coordina ayudas materiales sino que también asesora a quien lo precisa a la hora de solicitar ayudas, ya sean municipales, ya sean tipo Risga o de emergencia. Además, está implementando canales solidarios en el rural a través de RedeAxuda. "Tenemos que saber, por ejemplo, si alguien necesita una lavadora, y poder ofrecérsela".
Otras tareas importantes en estos momentos son las que tienen como objetivo servir a quienes están recluidos en sus domicilios víctimas del coronavirus. Es un servicio sin limitaciones en coordinación con Protección Civil, cuyos integrantes acuden puerta a puerta allá donde se les reclame para llevar comida o cualquier otra necesidad.
José Luis Doval: "Desgraciadamente, la situación de necesidad se está haciendo crónica para muchos"
