La Escola de Educación Infantil Crespo Rivas y el CEIP A Xunqueira 2 son los únicos centros de Pontevedra que tendrán que baremar en cuarto de Educación Infantil -el alumnado de tres años, que iniciará su escolarización el próximo mes de septiembre-, al recibir más solicitudes que plazas ofertadas. Es prácticamente una anomalía en un contexto de continuo descenso de la natalidad que se traduce en una reducción de las solicitudes en mayor o menor medida, aunque, sin embargo, hay centros que han aumentado su demanda respecto al año pasado.
En total, los 19 centros públicos (16 CEIP y tres escuelas de Infantil) y los cinco privados sostenidos con fondos públicos (concertados) del municipio suman 547 solicitudes, de las que el 79,5% corresponden a los primeros. El padrón municipal refleja que fueron 529 los niños nacidos en 2020, el año de la pandemia. Aunque no es matemático, el dato evidencia que la ciudad acoge a alumnado de otros municipios por razones de conciliación laboral.
Los datos, aportados este martes por todos los centros que imparten Infantil en la ciudad, son ya definitivos, pues el plazo de admisión de solicitudes se cerró el pasado lunes. En todo caso, esto no significa que sean sinónimo de matrículas consolidadas ni que supongan la última palabra en cuanto al hipotético desdoble o supresión de aulas. ¿Por qué? Porque de aquí a septiembre pueden pasar muchas cosas. En primer lugar, que las familias que tienen plaza en un centro acaben decantándose por otro, y, en segundo, que en los próximos meses puede incorporarse alumnado nuevo fuera de plazo o por motivos de traslado familiar.
EEI Crespo Rivas, la escuela más demandada

En todo caso, con este primer dato, ya cerrado, la cosa queda así. El centro más demandado es la EEI Crespo Rivas, en Campolongo, que superó las 75 plazas ofertadas. Era, tradicionalmente, un centro que solía baremar, aunque no ocurrió el año pasado, y ahora volvió a lo que venía siendo habitual.
El caso del CEIP A Xunqueira 2 es paradigmático, pues hasta el curso pasado ofrecía 50 plazas en cuarto de Infantil. El año pasado recibió 26 solicitudes pero finalmente se quedó en 21 matrículas, por lo que acabó perdiendo una unidad. Este año ofertó 25 plazas y recibió 27 peticiones. Ahora, en principio tendrán que baremar, explica su directora, Patricia Acuña. "Non temos moita esperanza de que se desdobre a aula. Dinnos que dependerá de se chegan máis peticións fóra de prazo, dos demais colexios... Estamos contentos co número de reservas, pero non se non nos deixan desdobrar".
Autobús escolar, un servicio decisivo
A solo unos metros, el CEIP A Xunqueira 1 recibió doce peticiones. Su directora, Susana Diéguez, tiene la clave para esta diferencia con el centro con el que comparte nombre: las líneas de autobús escolar, un servicio fundamental para estos centros que reciben alumnado de la periferia y del rural. "Nosotros tenemos una sola línea de la ruta por Lérez y, además, la última parada es en Médico Ballina, y A Xunqueira 2 tiene dos", así que las familias de la zona de Juan Bautista Andrade o Pasarón que necesitan el bus lo tienen claro. "Llevamos tiempo reclamando otro bus pero nos dicen que viven a menos de dos kilómetros y que no tienen derecho a él. Nos sentimos perjudicados". En todo caso, el curso pasado empezaron con 12 y acabaron con 19 matrículas, destaca.
"No límite". Así se quedó el CEIP Manuel Vidal Portela, que recibió 24 solicitudes para 50 plazas, explica su director, Arsenio Núñez. Fue un importante aumento respecto al "sorpresivo, para mal" dato del año pasado, que los dejó con una única aula en cuarto de Infantil. Dos años consecutivos con menos de 25 alumnos podrían ser definitivos par perderla, pero la esperanza está ahí. Solo necesitan afianzar esas matrículas y lograr dos más, ya sea de segundas opciones o de incorporaciones fuera de plazo. Hasta el plazo de matrícula, a finales de junio, y hasta la comisión de escolarización, en julio, no está nada cerrado.
En el CEIP Froebel, que sí baremó el año pasado, culpan al descenso de natalidad del menor interés suscitado en esta ocasión, sobre todo tras el éxito de las jornadas de puertas abiertas. "Agora as familias buscan e seleccionan máis", señala Pedro Mariño, su director, que se confiesa "desconcertado" por los números, sobre todo "despois do que choveu enriba" y no solo metafóricamente. El edificio, tras ser "parcheado", está pendiente del proyecto definitivo para eliminar humedades y goteras.
Impulso en el rural
Otro de los centros que acostumbraba a baremar pero que ya no lo hizo el año pasado fue el CEIP Vilaverde-Mourente. Este año se quedó al borde, con 49 solicitudes para 50 plazas. Tanto el de Ponte Sampaio, como en el de A Carballeira (Lourizán) y el de Parada-Campañó subieron tres más, algo destacable en colegios rurales. "É moi positivo -apunta el director del primero, Avelino Cabaleiro, sobre todo un centro rural nunha zona onde nos comen o Santiago Apóstol e o Padín Truiteiro de Soutomaior, e Vilaboa esá moi preto tamén". En Lourizán "podemos estar contentos dada la casuística de nuestro centro, en un barrio que ni es Pontevedra ni Marín", señala su directora, María Gómez.
También están de enhorabuena en el CEIP de Marcón, que casi duplicó el interés en un año, al pasar de 9 a 17 solicitudes, lo que supone consolidar una buena racha. "Levamos tres anos mellorando", destaca, con satisfacción, Silvia Puga, jefa de estudios.