De las más de 1.900 últimas denuncias por violencia de género tramitadas en Pontevedra solamente dos resultaron ser falsas. Una de las mujeres ya fue condenada y la otra está a la espera de juicio.
Este fue uno de los datos ofrecidos por Rosalina Carrera Cotado, fiscala delegada de Violencia sobre la Mujer en la comunidad gallega, que este martes impartió una charla informativa en el local de la Asociación de Vecinos San Roque.
Carrera (que estuvo acompañada por la comisaria provincial de la Policía Nacional, Estíbaliz Palma) explicó nociones para desterrar falsas creencias, entender mejor el procedimiento judicial y aclarar conceptos en torno a la violencia de género, y para ello empezó diferenciándola de la violencia doméstica, que es aquella que se produce dentro del hogar entre miembros de la familia o personas que convivan en esa casa, aclaró.
"Es necesaria prevención educacional y también que las mujeres nos exijamos preparación e independencia económica"
A diferencia de esta, la violencia de género es la cometida por un hombre contra una mujer con la que tiene o tuvo una relación sentimental y, precisamente, indicó que a lo que tiende la legislación nacional es a no circunscribir dicha consideración solo al contexto de las relaciones sentimentales, sino a que englobe cualquier tipo de violencia contra una mujer por el hecho de serlo independientemente del ámbito en el que ocurra.
Rosalina Carrera subrayó que España "no está entre los peores países de Europa", puesto que aquí "las mujeres cuentan con leyes y medios para protegerlas, con fuerzas y cuerpos de seguridad y jueces y fiscales que están haciendo su trabajo" y, de hecho, "la mayor parte de las denuncias terminan en condena", dijo.
La fiscala indicó que es necesario seguir luchando contra la lacra de la violencia de género y, para ello, señaló como factores primordiales la "prevención tanto educacional como de rehabilitación" de los hombres condenados para evitar que reincidan y también "que las mujeres nos exijamos preparación e independencia económica", pues estas reducirán las barreras que frenan a algunas víctimas a la hora de denunciar.
"En Pontevedra solo hay un punto de encuentro familiar y está saturado"
Asimismo, señaló que las campañas de sensibilización y el trabajo realizado han ido aumentando los casos que se denuncian, un hecho al que contribuyen todas las medidas de protección de las víctimas. Entre ellas, citó los puntos de coordinación de las órdenes de protección, los puntos de encuentro familiar (aunque precisó que "en Pontevedra solo hay uno y está saturado"), las oficinas de atención a las víctimas ("que están empezando a andar"), el sistema de seguimiento integral en los casos de violencia machista VioGén, el Observatorio Galego de Violencia de Xénero o las pulseras telemáticas de control de los maltratadores, que en Pontevedra portan 15 hombres.
No obstante, también precisó que entre los menores de edad el número de casos denunciados es bajo ("en los tres primeros meses del año en la provincia solo hubo once denuncias y solo cinco llegaron a juicio"). También son pocas las interpuestas por familiares de las víctimas. De hecho, subrayó que "son las propias agredidas las que más denuncian", así como los agentes de los cuerpos de seguridad tras ser alertados por vecinos, una colaboración que calificó como "fundamental".
Otra de las cuestiones a solucionar es el "tapón" que se produce cuando "la víctima se acoge a su derecho a no declarar al llegar al juicio" y el juez se queda "sin pruebas" ya que "la presunción de inocencia se tiene que respetar".
