SOS en las aulas... de la Naturaleza

Cerca de 200 empresas gallegas relacionadas con las granjas escuela o las aulas de la Naturaleza piden auxilio
Uno de los campamentos de verano organizados por la granja escuela El Kiriko, en Fornelos de Montes. DP
photo_camera Uno de los campamentos de verano organizados por la granja escuela El Kiriko, en Fornelos de Montes. DP

Los colegios están operativos, las escuelas deportivas también. Los parques de ocio han reabierto con precauciones y restricciones. Pero las granjas escuela o las aulas de la Naturaleza, donde cada año disfrutan de un tiempo libre pedagógico y controlado más de 70.000 niñas y niños en Galicia, y que aglutinan a cerca de 200 empresas, siguen cerradas a cal y canto. Llevan así un año... y no aguantan más.

Unidas, han optado por crear una coordinadora gallega desde la que hacer pública su desesperación y demandar "soluciones urgentes" a las administraciones. "Nuestros animales no tienen ERTE", señalan los portavoces de esta plataforma, que afirman que la situación "es ya insostenible".

Nuestro colectivo está siendo sin lugar a dudas de uno de los más damnificados por la pandemia tras más de un año con ingresos cero

Su foto fija es, cuando menos, paradójica. Cada semana les llegan decenas de llamadas y correos de colegios tanto gallegos como de otros puntos de España y Portugal, interesándose por las tradicionales estancias y excursiones para sus alumnos. Familias que han vivido experiencias de fin de semana en estas granjas escuela telefonean para saber cuándo podrán repetir estas escapadas. Los psicólogos no cesan de recomendar actividades seguras y al aire libre para contrarrestar el estrés del confinamiento, especialmente duro entre los más jóvenes. Y sin embargo las granjas escuela gallegas siguen cerradas. Llevan así algo más de un año.

Las exigencias para recuperar la actividad son, según indican los profesionales, "inasumibles". Algunas, como la necesidad de contar con un monitor por cada cuatro visitantes, no tiene parangón con ninguna otra actividad educativa, deportiva o de ocio.

Miguel Fernández, socio de la granja escuela El Kiriko, de Fornelos de Montes, y miembro de la Coordinadora Gallega de Granjas Escuela y Aulas de Naturaleza de Galicia, considera que "después de un año en el que los centros de educativos no han realizado excursiones, y ante las previsiones de que este año 2021 siga la misma tendencia, con cero ingresos, nuestro colectivo está siendo sin lugar a dudas uno de los más damnificados por la pandemia".

Creamos trabajo, riqueza y fijamos población en el entorno rural en el que nos asentamos porque trabajamos con proveedores locales

"A los altísimos costes del mantenimiento de nuestros animales y nuestras amplias instalaciones hay que sumarle los asociados a los ERTE y los préstamos que hemos tenido que solicitar para sobrevivir", comenta Miguel.

Juntos, reivindican ser "empresas dinamizadoras de las zonas rurales" en las que se encuentran asentadas. "Creamos bolsas de trabajo y fijamos población en nuestro entorno, además de generar riqueza y empleo al abastecernos principalmente de productos locales".

Para los portavoces de la coordinadora, que demandan a la Xunta "facilidades para trabajar de forma segura, pero viable", este sector es "más necesario que nunca en una era virtual, y más aún después de un año de pandemia con confinamiento, restricciones a la movilidad y contacto social".

También consideran que los jóvenes y las jóvenes de Galicia necesitan que este tipo de instalaciones no desaparezcan porque "no existe ningún sustituto que lleve a cabo la labor educativa desarrollada en las granjas escuela o en las aulas de la naturaleza". 

Hasta el momento, los contactos mantenidos con distintos estamentos en la Xunta han resultado infructuosos. Pese a las muestras de comprensión y las buenas palabras, la realidad es que no se han adoptado decisiones respecto a las propuestas concretas que la coordinadora ha trasladado y que considera "indispensables" para no llevar a la quiebra a decenas de empresas de un sector hoy por hoy irremplazable en Galicia.

Solicitamos mayores facilidades para trabajar de forma segura pero viable y ayudas para dinamizar nuestra actividad en este momento tan delicado

Las nueve claves de la continuidad
Estas son las peticiones que la Coordinadora ha trasladado recientemente a la Xunta de Galicia para "paliar los graves efectos de la pandemia" en este sector, donde se localizan cerca de 200 empresas implicadas con más de 3.000 empleos en juego.

1º) Creación de programas dirigidos a escolares como complemento del currículo académico.

2º) Inclusión de estos centros en la campaña de verano de la Dirección Xeral de Xuventude de forma permanente.

3º) Creación de un programa de intercambio intercultural con jóvenes de otras comunidades y otras nacionalidades.

4º) Elaboración de un protocolo sanitario específico para el sector.

5º) Ayudas directas por considerarse un sector ultravulnerable.

6º) Vacunación del personal como uno de los grupos prioritarios.

7º) Mayor concreción en el Decreto de Xuventude para distinguir los requisitos en las visitas con pernocta y en las visitas de día.

8º) Campañas de difusión institucional sobre la importancia socioambiental de estos equipamientos, dirigidas a escuelas y familias.

9º) Más formación y creación de una especialización dentro de la titulación de Monitor de Tiempo Libre, como fórmula para profesionalizar todavía más al sector. 

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