El Supremo confirma la condena a un pontevedrés que abusó de sus hijastras

Cumplirá una pena de doce años de prisión por forzar a las dos menores

El condenado, durante el juicio celebrado en Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera El condenado, durante el juicio celebrado en Pontevedra. GONZALO GARCÍA

La sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rechazado el recurso presentado por la representación legal de Juan José J.A. contra la sentencia que le condenó a doce años de prisión por abusar sexualmente de dos de las hijas de su pareja en distintas localizaciones de Poio, O Grove y Pontevedra. El Alto Tribunal ha estimado que las argumentaciones del dictamen redactado por la Sección Segunda de la Audiencia de Pontevedra se ajustan plenamente a derecho.

La sentencia considera acreditado que el procesado forzó a las dos menores, con las que convivía, desde que tenían ocho años de edad, y lo hizo en cuatro escenarios diferentes: la casa que la pareja tenía en Poio, dos viviendas de su propiedad ubicadas en Pontevedra y O Grove y un garaje alquilado en el primero de estos municipios.

Juan José, según el dictamen, mantuvo una relación con la madre de las víctimas durante ocho años. Las niñas relataron ante el juez que el acusado comenzaba besándolas, apelando a un supuesto juego que no podían revelar a nadie, y posteriormente pasaba a los tocamientos y otra clase de abusos sexuales.

De especial relevancia durante el juicio fue el testimonio de las forenses del Imelga, que concluyeron que el relato de las dos víctimas era "altamente creíble". Una de ellas expuso que "para ellas el acusado era su padre, confiaban plenamente en él. Tenían una relación afectiva muy fuerte. El silencio de estos años es congruente con una situación de abusos". Los hechos se produjeron entre los años 2008 y 2013, pero fueron denunciados tiempo después.

Una de las menores dijo en el juicio que el ahora condenado tenía dos caras. "Delante de la gente se comportaba como el mejor padre del mundo, pero después era otra persona".

Las forenses añadieron que las secuelas que lo ocurrido provocó en las dos menores resultan "impredecibles".

La sentencia, además de las dos penas de seis años de cárcel por sendos delitos continuados de abusos sexuales, incluye el pago de 20.000 euros a cada una de las víctimas en concepto de responsabilidad civil (indemnización por daños morales y secuelas), una orden de alejamiento durante doce años y siete años más de libertad vigilada.