La Guardia Civil 'limpia' su casa: "Fontán se llevaba bien con todos porque manejaba información"

La Audiencia acogió este martes el inicio del juicio contra dos guardias civiles y su presunto enlace con los narcos por pasar datos secretos a traficantes gallegos. Ninguno de los procesados reconoció los hechos que les atribuyó la Fiscalía ▶Javier López, del ECO Galicia, reconoció haberle pasado "solo un pendrive" a Fontán, del EDOA, "por amistad". Éste señaló que el anterior le filtró cientos de archivos pero que él no los vio

Juicio a los guardias civiles. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Juicio a los guardias civiles. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Una filtración masiva y en cadena que partía del corazón de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra y acababa en los ordenadores de algunos de los narcotraficantes más poderosos de las Rías Baixas. Eso es, en esencia, lo que se juzga desde este martes y durante toda esta semana en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con tres de sus supuestos responsables en el banquillo: Javier López, exagente del ECO (Equipo contra el Crimen Organizado) Galicia y de cuyas manos partían los datos secretos, según la Fiscalía; Diego Fontán, exmiembro de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que, a ojos de la acusación, actuaba de enlace entre López y el tercer procesado, Juan Carlos Santórum, persona investigada en numerosas ocasiones por su relación con el narcotráfico aunque, al menos por el momento, jamás condenada por ningún delito contra la salud pública.

"El que tiene información tiene el poder, por eso le pasé a Fontán el listado de fuentes". Javier López reconoció haber entregado al también guardia civil Diego Fontán un pendrive con el listado de fuentes vivas de la unidad ECO Galicia, aunque negó que lo hiciese por encargo ni para recibir contraprestación alguna por parte de terceros. "Hasta donde yo sé, era para uso exclusivo de la Guardia Civil".

López negó, sin embargo, ha ber sido el artífice de la filtración masiva que le atribuyó la representante del Ministerio Fiscal, Marta Durántez, que puso sobre la mesa la existencia de más de 2.000 archivos que circularon desde el cuartel general del ECO Galicia hasta la vivienda de Juan Carlos Santórum, previo paso por el domicilio de Diego Fontán.

Los dos agentes se contradijeron entre sí pero ninguno de ellos acusó de nada a Juan Carlos Santórum

 

Sobre ello, Fontán dejó en evidencia a su excompañero al decir que "apareció (López) en mi casa con toda esa información. Yo le dije que lo introdujera en mi ordenador y que ya le echaría un vistazo, pero en ese momento no lo vi. Javier me pasó un montonazo de información, había tantas carpetas...". El exmiembro de la sección de Patrimonio de la PJ de la Comandancia añadió que "lo que hizo allí solo lo sabe él", al tiempo que aseguró que el disco duro que fue hallado en su casa también lo llevó el entonces miembro del ECO Galicia.

Juan Carlos Santórum, el último en intervenir, solo contestó a las preguntas de su propio letrado, y aseguró que "nunca" recibió "información sensible" de la Guardia Civil, aunque sí reconoció que Fontán "me dejaba notas porque quería que me convirtiese en su confidente", algo a lo que él se negó, según declaró.

cuestiones previas. La vista oral se inició con un turno de cuestiones previas en el que la fiscal del caso, Marta Durántez, puso sobre la mesa una prueba que puede resultar esencial: la lectura del testimonio durante la fase de instrucción de Julio Javier Iglesias, narcotraficante fallecido que, según pudo saber este periódico, dijo haber comprado información confidencial a algunos de los investigados.

Los letrados de las defensas siguieron la línea habitual de todos y cada uno de los juicios relacionados con el narcotráfico en Galicia: solicitaron la nulidad de todas las actuaciones por supuestas irregularidades en el inicio de las mismas.

"El ECO se dio cuenta de que había determinados datos que sabían los narcotraficantes que solo podían venir de dentro", explicó la fiscal. "Comentarios de las escuchas, de confidentes, apuntaban a López, y su conexión de amistad con Fontán fue otro indicio", añadió.

El primero en declarar fue el agente Javier López, que ha vuelto al servicio activo de la Guardia Civil a pesar de estar siendo procesado por un caso de esta magnitud. "Estoy en Potes, en Seguridad Ciudadana", reconoció.

La Fiscalía pide penas de once años y medio de cárcel para los guardias y de siete años para el presunto enlace de narcotraficantes

 

López, que llevaba en el ECO desde su creación en 2006, explicó que en la declaración que realizó tras ser detenido por estos hechos (en julio de 2013) "no sabía lo que decía, llevaba dos días sin dormir".

El agente reconoció su amistad con Diego Fontán, el segundo funcionario investigado, "desde la academia", aunque indicó que "a raíz de esto se ha deteriorado".

Sobre sus contactos en relación con operativos del ECO, Suárez dijo que "verbalmente comentamos muchas veces esos temas, y físicamente le pasé una vez un pendrive con el listado de fuentes".

López reconoció que extraía información de las operaciones y la llevaba a su domicilio, pero que lo hacía por motivos de trabajo. "No se lo pasaba a Diego de forma masiva", añadió. Este extremo, sin embargo, fue desmentido por su amigo, que, como se ha dicho, relató que Suárez le aportó una ingente documentación en su propio domicilio.

Sobre la autorización para acceder a los datos confidenciales del ECO, dijo que "todos estábamos autorizados a ello".

La fiscal del caso le preguntó por los "2.000 documentos con el mismo rastro que los presentes en los equipos del ECO Galicia", a lo que respondió que "es posible que hubiese alguna información más que la de los confidentes".

Respecto a Fontán, el exmiembro del ECO dijo que "tenía muchas más fuentes que yo en la zona de O Salnés", y añadió que "se llevaba muy bien con todos porque manejaba mucha información. Colaboraba con el ECO, con el Edoa (Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil) y con el Greco (Grupo de Respuesta Especial Contra el Crimen Organizado de la Policía Nacional)". En concreto, Suárez dijo que "el teniente del ECO era su amigo y también le pasaba información, igual que al Greco y a otra gente".

A preguntas de su propio letrado, el acusado repitió que Fontán "era un privilegiado, igual que su padre (guardia civil fallecido), por la información que manejaba", y añadió que tenía una relación "tirante" con el teniente, porque "no era un pelota", llegando a señalar que Santórum, el tercer procesado, "podría ser un confidente del teniente". Sin embargo, no se atrevió a asegurar este extremo. "Lo dudo", matizó.