Los supuestos autores del asesinato de Pila en Lérez se enfrentan a penas que suman 60 años de prisión

Acabaron con la vida de la octogenaria de Ramallás tras propinarle una brutal paliza en el marco de un robo el 30 de julio de 2016

El lugar por el que entraron los asesinos, en la casa de Pilar. ALBA SOTELO - Asesinato en Lérez
photo_camera El lugar por el que entraron los asesinos, en la casa de Pilar. ALBA SOTELO

Los dos presuntos asesinos de Pila, la octogenaria de Lérez que falleció hace poco más de un año tras recibir una brutal paliza por parte de dos ladrones que pretendían robar en su vivienda, se enfrentan a penas que suman 60 años de prisión. La Fiscalía Provincial, que ha decidido que el proceso se celebre ante un Tribunal de Jurado, acusa a José Manuel G.C. y a Constante S.P. de los delitos de asesinato, robo con fuerza, robo con violencia, robo de vehículo y hurto, cometidos todos ellos entre el 29 y el 30 de julio de 2016.

Pilar Fernández Otero, viuda del histórico líder vecinal Ramón Iglesias, vivía sola en su casa de Ramallás, un lugar muy cercano al monasterio de San Bieito de Lérez y a la rotonda de Médico Ballina, a apenas cinco minutos en coche del centro de Pontevedra. Los ladrones, que conocían la circunstancia de que la anciana, de 87 años de edad, se hallaba indefensa, pusieron sus ojos en su vivienda y decidieron entrar a robarle.
 

Los golpes
Los investigados le rompieron seis costillas a la anciana y la dejaron malherida para sustraerle 35 euros de su domicilio

Su primera aparición en Ramallás, tal y como recoge el escrito de acusación redactado por la fiscal Marta Durántez, fue en la tarde del 29 de julio. "Constante, tras saltar la verja que protegía la entrada de la vivienda, logró acceder a ella a través de la puerta de entrada que da a la cocina. Mientras, José Manuel, tras llamar al timbre, entretuvo a Pilar en la puerta principal. Los acusados consiguieron apoderarse de cuatro anillos y una pulsera de oro".

Los investigados, que estaban afincados en la Boa Vila, habían planificado volver a casa de Pila en busca de un botín mayor. Para ello, unas horas más tarde, pasada la medianoche, comenzaron por sustraer un Opel Corsa que se encontraba estacionado en la calle Alcalde García Filgueira (en las inmediaciones de los juzgados de A Parda).

Esa misma madrugada, al filo de las cinco, los dos procesados regresaron al domicilio de Pilar en el lugar de Ramallás.
 

La denuncia
Un vecino vio a dos individuos sospechosos horas antes de lo ocurrido, pero no avisó a la Policía. La propia víctima logró dar la voz de alarma

"Ambos acusados se cubrieron el rostro con un trozo de tela para evitar ser identificados. Se prevalieron, además, de que era de madrugada. Sabían que la víctima residía sola en una vivienda unifamiliar y conocían que se trataba de una mujer de edad avanzada, pues contaba con 87 años", explica el Ministerio Público.

La víctima se vio sorprendida por la presencia de los acusados en su domicilio. Ellos, "persistiendo en su ánimo de apoderarse de los objetos de valor que tuviera en su casa y con el fin de que les dijese donde los guardaba, la golpearon reiteradamente", añade Durántez, que deja claro que la víctima "no tuvo oportunidad alguna de defenderse". La mayoría de las agresiones fueron "en el tórax y en el abdomen, sin importarles acabar con su vida, dejándola allí malherida y abandonada a su suerte". El botín, además, fueron apenas 35 euros.

Dos veces
Los acusados habían entrado en la vivienda durante la tarde y volvieron de madrugada
 

LA PALIZA. Fruto de los golpes, los presuntos asesinos le reventaron el bazo a Pila al tiempo que le rompían seis costillas, con las correspondientes consecuencias orgánicas, que resultarían fatales. La víctima fue trasladada a Montecelo, donde falleció tras cinco semanas de agonía, producto de un shock hemorrágico a consecuencia de las lesiones antes descritas.

Los hechos, de los que dio cuenta este periódico, provocaron una gran alarma en toda la ciudad. Fue la propia víctima la que, malherida, consiguió telefonear a los servicios de emergencias una hora después de lo sucedido.

Un testigo vio a los dos sospechosos durante la tarde, a la hora que cometieron el primer asalto. "Dos personas desconocidas estuvieron merodeando y se ocultaban cuando veían que alguien se fijaba en ellos".

Constante fue detenido el mismo día de los hechos, pero fue puesto en libertad (la anciana aún no había fallecido). Ambos fueron arrestados poco después de la muerte de Pilar.

En prisión preventiva desde el fallecimiento

El arresto de los dos encausados, a cargo de la Policía Nacional de Pontevedra, se produjo en las horas posteriores a la muerte de la octogenaria, si bien Constante pasó por los calabozos inmediatamente después del suceso. Uno y otro fueron sospechosos desde el primer momento, dado su historial delictivo y los indicios que pesaban contra ellos. El citado Constante acababa de ser condenado por un delito de robo (cuatro meses antes de los hechos). José Manuel tenía a sus espaldas siete condenas por robos con fuerza y con violencia cometidos en Gijón y en Pontevedra.

LAS PENAS. La fiscal del caso, Marta Durántez, atribuye a los investigados cinco delitos. Añade, además, las circunstancias agravantes de reincidencia, de disfraz y de abuso de superioridad en los tres robos que cometieron en el marco de la espiral delictiva.

Así, el Ministerio Público pide tres años y medio de prisión por el primero de los asaltos; nueve meses de multa por el robo del Opel Corsa; cinco años de prisión por el segundo de los robos, cometido con violencia e intimidación; 20 años y un día de cárcel por el asesinato y dos meses de multa por el hurto cometido en el interior del vehículo.

LAS INDEMNIZACIONES. En cuanto a la responsabilidad civil, y dado que la víctima estaba viuda, la Fiscalía Provincial reclama que los procesados indemnicen a los dos hijos de Pilar en la cantidad de 25.000 euros (para cada uno). Además, deben devolverles los 35 euros que le sustrajeron en el asalto. Por otra parte, el Sergas reclama 35.552 euros por los gastos sanitarios que precisó la anciana, y el dueño del coche robado 1.274 euros.

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