El miedo al contagio que estalló con la llegada de la pandemia se ha ido diluyendo con el paso del tiempo y la retirada progresiva de las medidas de prevención. La ansiada normalidad ha recuperado su terreno y uno de los efectos más visibles en estos momentos es que las vacunas que tanto se reclamaban hace tres años han quedado relegadas a un segundo plano.
En la última convocatoria, programada para administrar la cuarta dosis, ya se detectó un bajón importante en la población menor de 60 años, pero ahora también se percibe un descenso en los mayores, los que a priori son más vulnerables frente a la infección.
Según datos facilitados por el Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés (correspondientes al balance realizado a principios de semana), en los mayores de 85 años la tasa de vacunación frente al covid y la gripe se sitúa en el 65%, en la población de 80 a 85 años en el 68% y en la de 70 a 79 años en el 60%.
Todas estas franjas etáreas siguen teniendo abiertas las puertas del sistema sanitario para protegerse frente a estos virus, pero lo cierto es que la mayoría ya han sido citados por Sanidade y, en comparación a las cifras del año pasado, se puede ver un importante descenso en el nivel de cobertura. Concretamente, de un 20% en relación a la población mayor de 70 años que el año pasado ya estaba vacunada a estas alturas de la campaña.
Frente a esta situación, Chelo Rodríguez, coordinadora de Enfermería en el centro de salud de A Parda, es una de las voces del Área Sanitaria que insta a la población a reflexionar y a inocularse ambas vacunas. "Tanto en consulta como en el vacunódromo estamos viendo que la gente es más reacia a vacunarse, pero es algo fundamental. La única manera que tenemos para protegernos frente a los virus es mediante las vacunas y no solo nosotros, sino a nuestro entorno", defiende la sanitaria.
Rodríguez insiste en que "no vale de nada" que se vacune un porcentaje pequeño de la población, porque eso significa "dar más cancha" a los virus y aumenta las posibilidades de que "vuelvan a coger auge". Por el contrario, subraya que una alta tasa de protección frena la transmisión y que "ayuda a que las complicaciones sean menores". "La gente le ha perdido el miedo porque la mayoría de los casos son leves, pero sigue habiendo personas que ingresan con covid y muchas otras que se quedan con secuelas mucho tiempo", alerta
Rodríguez añade que precisamente la vacunación fue la que permitió "que no siguiéramos enterrando gente a montones" y que es la herramienta más efectiva para controlar las infecciones víricas. Y ya no solo de covid o gripe, sino también de enfermedades como la polio, el sarampión o la varicela, "de las que ahora no vemos casos, pero a causa de las vacunas. Disfrutamos de un bienestar que no razonamos de donde viene", defiende.
Los casos de gripe todavía no están monitorizados, ya que los picos suelen ocurrir a partir de enero. A nivel covid, el último parte publicado por el Sergas (con datos recopilados el jueves) recoge que en estos momentos hay en el área sanitaria 80 infecciones activas, de las que 13 están hospitalizadas en planta y una en la Unidad de Cuidados Intensivos (Uci). Sin embargo, se presume que el recuento real de contagios es muy superior, ya que desde hace varios meses Sanidade solo computa los casos que se confirman en laboratorio y que sean realizados en centros públicos.
Los sexagenarios serán citados a partir del lunes
La población de entre 60 y 69 años será citada para recibir la vacuna del covid y la gripe a partir del próximo lunes. ¿Dónde? En los dos recintos que están funcionando como vacunódromos: la delegación territorial de la Xunta de Campolongo en Pontevedra y el Hospital do Salnés en Vilagarcía. ¿Cuándo? En la fecha y hora que sean indicadas en el mensaje que enviará el Sergas a cada paciente.
La campaña de vacunación dará un paso más el próximo 26 de noviembre con la apertura del sistema de autocita para toda la población menor de 60 años a la que se recomienda la inoculación. Se trata, por ejemplo, de los menores con patologías de riesgo, las mujeres embarazadas o en situación de puerperio, y el personal que se dedica a servicios esenciales o que está especialmente expuesto por su tipo de trabajo.
Una de las novedades de la vacunación antigripal es la puesta en marcha de un ensayo clínico que pretende comprobar si la vacuna de alta carga (que ya se emplea en mayores de 80 años) también es beneficiosa en personas de entre 65 y 79 años.