El respeto, un buen punto de partida para el diálogo

Tauromaquia: ¿tortura o patrimonio cultural que se debe proteger?

Pocos festejos levantan tantas ampollas como los toros. Mientras unos consideran las corridas un evento cultural, otros afirman que la fiesta nacional no es más que tortura. Esta polémica llega también a Pontevedra cada mes de agosto. El presidente de la Coordinadora de Peñas Taurinas y un miembro de Touradas Fóra hablan sobre ello.
David Souto (izquierda) de Touradas Fóra y Juan Ribeiro de Peñas Taurinas.
photo_camera David Souto (izquierda) de Touradas Fóra y Juan Ribeiro de Peñas Taurinas.

"¡TE HACÍA con barba!", exclama Juan Ribeiro –presidente de la Coordinadora de Peñas Taurinas de Pontevedra y amante de los toros– al ver a David Souto –activista de Touradas Fóra de Pontevedra–. Se conocen de antes, de verse en los medios o en algunas protestas, pero nunca se habían sentado a charlar. Se presentan y, sin que nadie pregunte nada, empieza el debate. "Yo estoy interesado en hablar con todo el mundo, lo que no me gustan son las descalificaciones. En alguna ocasión me han llamado asesino y eso me sentó muy mal", cuenta Juan. "¡No te preocupes! Yo, ante todo, soy respetuoso y no creo que insultando se llegue a ningún lugar", contesta David. 

David: "Tenemos que pararnos a pensar si el hecho de encerrar a un animal para matarlo con sufrimiento es normal"

¿Qué es una corrida de toros? 

JUAN: Es una fiesta en la que se lidia a un toro a pie o a caballo mediante un reglamento y un protocolo aprobado. Durante este espectáculo, se producen una serie de sentimientos, de reacciones al mismo por parte del público. 

DAVID: Para mí es una situación de tortura a un toro en la que se gasta dinero público y además se visibiliza el maltrato animal en horarios infantiles. Las personas que van a ver los toros tienen todo el derecho de hacerlo, porque en este país las corridas de toros son legales. Al igual que los toreros, que también tienen derecho a trabajar mientras la ley no diga lo contrario. 

Sin embargo usted, Juan, explicaba que en alguna ocasión se sintió insultado por personas del movimiento antitaurino. 

J: Yo no tengo nada en contra del movimiento antitaurino. Siempre hay enfoques distintos y no pasa solo con esto, sino con otras cosas. Yo soy amante de los animales, tengo tres perros y un loro. Me parece perfecto y muy respetable que exista gente que piense diferente a mí; en el fondo no estamos tan lejos el uno del otro. Lo que no me gusta es que haya malas palabras o amenazas, porque no es civilizado y se pierde toda la razón. Se pueden defender unas ideas de forma respetuosa sin ofender a nadie. 

D: Estoy de acuerdo. Atacar personalmente a alguien por cómo decide pasar su tiempo libre es una forma de perder la batalla. Ni por un lado ni por el otro. Está mal que los antitaurinos se sientan atacados por taurinos y viceversa. Eso empaña el trabajo de la gente que de verdad se implica en ambos bandos. 

Juan: "Se puede estar de acuerdo o no con que el toro sufre, pero la ley dice que la tauromaquia es cultura"

¿Los toros son cultura? 

J: Sí. Además de ser cultura, es una tradición que está entre nosotros desde el año 1215, aproximadamente. Es decir, tiene una historia de siglos y siglos. Sin ir más lejos, la Plaza de Toros de Pontevedra tiene 100 años. En el año 2013 los toros pasaron a ser Patrimonio Cultural Inmaterial. Eso se votó en el Parlamento y salió aprobado. Pero aparte de eso, hay un montón de gente que, a lo largo de la historia, estuvo a favor de los toros. Te hablo de Goya, Lorca, Ortega y Gasset, Camilo José Cela, Tierno Galván, Antonio Gala, Pérez Ayala, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Mario Vargas Llosa... Un montón de personas del mundo de la cultura y la política. Esta cultura se da a conocer gracias a las escuelas taurinas, aunque aquí en Galicia no haya tradición. En Andalucía sí existen y enseñan a los más pequeños valores como la superación, la perseverancia, la amistad, el compañerismo, el valor ante la vida... Todas estas cosas han sido suficientes para que el Estado español se diese cuenta de que había que declarar la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial. Se puede estar más o menos de acuerdo con la cuestión de si el toro sufre o no, pero el marco legal es este. 

D: Puedo aceptar que, en el momento en el que se creó el concepto de tauromaquia, o en el momento en el que llegó a Pontevedra, hace cien años, por conciencia popular, fuese cultura. Aún así, habría que discutirlo y daría para mucho. Lo que está claro es que la sociedad va cambiando; lo que antes se creía correcto no tiene por qué serlo ahora. Pongamos por ejemplo el caso de la esclavitud, que en el pasado fue legal. Hay que revisar las cosas. Tenemos que pararnos a pensar si el hecho de encerrar en una plaza a un animal que viene de estar tranquilo en su dehesa, para luego darle muerte con sufrimiento, es normal. No creo que hoy en día se pueda considerar la tauromaquia como cultura. En cuanto a la declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial, es un nombramiento del Gobierno del Partido Popular, no viene de ningún organismo europeo y no tiene ningún valor vinculante. No otorga seguridad de continuidad. 

¿El animal sufre? 

D: Hay un estudio poco fiable de un veterinario que, apelando a las betaendorfinas, demuestra que el toro no sufre. 

J: Sí, porque al liberarse estas betaendorfinas el toro se relaja y produce una sensación de felicidad en el animal. 

David: "El toro es tan sensible que espanta las moscas con el rabo, ¡cómo no va a sentir el dolor de un puñal!"

D: Además, dice que el estrés que sufre el toro en el traslado es el mismo que durante la corrida. Bien, este estudio no ha sido avalado por ninguna organización veterinaria, solo ha sido publicado en una revista de tauromaquia. Yo tengo pruebas de lo contrario. Las betaendorfinas son una sustancia que tienen todos los mamíferos en casos de sufrimiento, dolor o fatiga. Lo que viene a decir el estudio es que el toro no sufre por el efecto de bloqueo que producen las betaendorfinas. A mí me cuesta tener que rebatir algo tan lógico. Es inverosímil decir que un animal no sufre cuando la realidad es que le están clavando un puñal de diez centímetros, con ganchos que hacen que pierda diez litros de sangre en una corrida. Fíjate si el toro es sensible que espanta moscas con el rabo, ¡cómo no va a sentir el dolor de un puñal! 

J: Entiendo perfectamente esos argumentos, es normal que haya dudas. Pero Juan Carlos Llera, el veterinario del que hablaba antes, es el director del Departamento de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense y supongo que, como tal, sabrá lo que dice. El toro, el jabalí o el conejo, cualquier animal que sea perseguido, libera estas metaendorfinas. Yo no soy veterinario, pero Juan Carlos Llera sí es experto en este campo y trabaja en una universidad de prestigio. En todo caso, si yo me pongo en la piel del toro y me imagino que me clavan a mí, alucinaría. Pero el toro es un animal especial, adaptado a la lidia. Aquí entraríamos en el terreno de situar al animal en una escala al poner, por ejemplo, a mi perro por encima de un toro. Y esto también crea polémica. Yo veo diferencias entre un toro y un perro. No creo que por gustarme la tauromaquia sea un asesino. Una persona es una asesina cuando mata a otra persona.

Juan: "Nadie cría un toro en un jardín, no es como un perro. El toro existe porque existen las corridas, ese es su fin en la vida"

D: Tienes razón. Según la Real Academia Española es así y nadie dice lo contrario. 

J: Lo que quiero decir es que es un animal preparado para la lidia, que se cría en una dehesa. ¿Has estado alguna vez en alguna? 

D: He pasado pero nunca me he parado. 

J: Yo te aconsejo visitar una finca y ver cómo vive un toro. Esos cinco años que viven tienen los mejores cuidados. La tauromaquia también es todo eso. 

D: Sí, pero eso no justifica todo lo demás. El toro sufre. Lo dice la ONU, la misma organización que proclama los derechos de los seres humanos y que aprobó la Declaración Internacional de los Derechos de los Animales, en la que no hay diferencias entre especies. Nosotros entendemos que una corrida de toros es maltrato y que hay que respetar esa declaración. 

A menudo se escucha hablar de la ‘muerte digna’ del animal. ¿Un toro sabe lo que es la dignidad? 

D: Al toro no le interesa la dignidad. Sí tiene sentimientos, se ha probado que los animales sienten. En el caso de la expresión ‘muerte digna’, es cierto que se escucha mucho, pero yo pienso que no existe muerte digna, la muerte es muerte y nada más. 

J: Cuando se dice muerte digna se entiende que ya has vivido, has completado un ciclo que se acaba. Lo que quiero decir es que nadie cría un toro en un jardín, el toro existe porque existen corridas, su fin en la vida es este. Hay mucha gente que demanda corridas; en 2014 hubo más de seis millones de personas que fueron a ver los toros en España. El toro se cría para disfrute y todo lo que conlleva la tauromaquia genera puestos de trabajo, ecosistemas y cultura. Y hablo desde el punto de vista de los empresarios. Entiendo que los toros se crían para las plazas. Esto es tan fácil como que si a mí no me gusta el fútbol, no voy. A mí, por ejemplo, no me gusta el boxeo, me parece violento y, sin embargo, está considerado como deporte. Lo respeto y lo acepto. Lo que hago es no ir y punto. En el caso de los toros es lo mismo. Porque si hablamos de sufrimiento, yo he visitado muchos mataderos y me he encontrado cosas horribles. A David no le entra en la cabeza que podamos matar toros en la plaza, pero a mí me parece una atrocidad cómo se matan los animales para el consumo humano. 

D: Ese es otro debate. No me parece lo mismo. La tauromaquia se basa en el disfrute, en el espectáculo de la muerte, esa es la finalidad.

David: "En Pontevedra, la renovación de abonos para las corridas de toros descendió un 10 % en el año 2014"

¿A la gente le interesa la tauromaquia o ha perdido público? 

D: Yo tengo datos que demuestran que cada vez hay menos asistencia a estos festejos. En Pontevedra, la renovación de abonos en la Plaza de Toros descendió un 10% en 2014. El porcentaje de gallegos a los que les interesa la tauromaquia es tan bajo que solo un 0,3% de ellos asistió a eventos taurinos en ese año, según publicó la prensa. Esto, unido a un montón de datos más, como que la información de Turismo de Pontevedra sobre las personas que visitan la ciudad en agosto indica que no hay un aumento significativo de personas que vengan a Pontevedra por los toros. A nivel Galicia, cada vez hay más pueblos que se declaran antitaurinos, como Padrón y A Coruña, en donde ya no se celebrarán corridas. 

Juan: "El descenso de público se debe a la crisis. Aún así, las fiestas de A Peregrina atraen a gente de fuera para ver los toros"

J: Yo tengo datos económicos de lo que aporta la tauromaquia al Estado español, y, en lo que se refiere al IVA, aporta tres veces más que el cine y las artes escénicas. El sector genera de forma directa e indirecta más de 200.000 puestos de trabajo, el 1,16 % de la ocupación total de España. En el año 2014, los festejos taurinos generaron un impacto económico de 3.550 millones de euros. Además da empleo a trabajadores de muchos sectores, desde la ganadería, hasta los veterinarios o el turismo. Sí es cierto que ha bajado la afluencia a los toros, como dice David. Yo, que soy taurino, dejaría de ir a las corridas si la crisis dejase mis ingresos bajo mínimos. Si no tuviera dinero para comer, obviamente dejaría de gastármelo en un abono para los toros. Este descenso coincide con los años de crisis. Además, las fiestas de A Peregrina van inevitablemente ligadas a los toros, mucha gente de fuera viene solo por las corridas. A nosotros nos da igual que no lo metan en el programa porque si son nacionalistas, yo lo respeto. Pero hay que reconocer que durante el mes que hay toros, Pontevedra está llena de gente que trae dinero a la ciudad. Además, la Plaza de Toros de la ciudad es privada y, sin ningún tipo de subvención, se mantiene porque es rentable, ¿qué más pruebas se necesitan de que los toros despiertan el interés de la gente? 

D: No tiene subvenciones directas, pero sí indirectas. 

J: Yo solo sé que el empresario, en el momento en el que la plaza deje de ser rentable, se va. 

D: Si este negocio es tan próspero, ¿por qué no se fomenta más? ¿por qué se ha reducido el cartel en Pontevedra? Todo eso evidencia que el siguiente paso lógico sería su desaparición. 

¿Qué ingresos o subvenciones de las administraciones reciben los toros? 

J: La tauromaquia solo recibe al año 30.000 euros en subvenciones en todo el Estado, que provienen del Premio Nacional de Tauromaquia. 

D: Las dehesas reciben de la PAC ayudas millonarias por la extensión de esas tierras. Y eso debería contabilizarse también.

David: "El Concello da una 'subvención indirecta' a la Plaza de Toros por la cesión de la misma en pocas ocasiones"

J: Los toros en sí casi no reciben ayudas, solo hay que ver el caso de Pontevedra. La coordinadora recibe ayudas de la Deputación como cualquier otra asociación cultural. Por otro lado, el ayuntamiento no es taurino, y no pasa nada. Su postura me parece respetable. 

D: La Plaza de Pontevedra, que es privada, ha dejado de recibir subvenciones de la Deputación, que hasta 2015 sí apoyaba las corridas. Pero sí hay una subvención indirecta por parte del Ayuntamiento, no mediante la aportación de subvenciones directas, pero sí mediante un contrato de cesión de la Plaza para ciertos eventos por el que el Concello paga 47.000 euros al año. Eso solo para utilizar la plaza cuatro veces al año. 

J: ¿Tú crees que el ayuntamiento se iba a mojar así por los toros, ellos que son abiertamente antitaurinos? 

D: La posición del ayuntamiento en relación a los toros es gris. Puede que se hayan pronunciado en alguna ocasión en contra de estos espectáculos, pero lo cierto es que su postura no queda demasiado clara. 

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