Un taxi llevaba cocaína de un punto a otro de la provincia en un doble fondo

La Audiencia acogió este martes el juicio contra  el dueño de la droga, que incriminó al autopatrono diciendo que la práctica era habitual, su socio, que aceptó los hechos, y el taxista, que los negó
El taxista (i), el acusado de origen argentino (c) y el colombiano (d), durante la vista oral celebrada en Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El taxista (i), el acusado de origen argentino (c) y el colombiano (d), durante la vista oral celebrada en Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La Fiscalía lo tiene claro. Nelson V., el taxista de Vilagarcía que el martes se sentó en el banquillo de la Audiencia acusado de transportar droga en su vehículo de trabajo de un punto a otro de la provincia, tenía perfecto conocimiento de las actividades a las que se dedicaba Manuel Fernando, alias Coco. Súbdito colombiano, reconoció que se dedicaba a la compra y venta de sustancias estupefacientes (cocaína) que adquiría en puntos como Vigo, Pontevedra o, en el episodio que fue objeto de juicio el martes, en Marín, para su posterior venta en O Salnés, y manifestó con toda claridad que utilizaba el taxi de Nelson para su negocio y que éste tenía conocimiento de ello.

"Ese día me llevó a comprar droga a Marín, pero en otras ocasiones había hecho lo mismo en ese taxi", declaró. Coco ya había amarrado un pacto por el cual su condena quedaría fijada en tres años y un día de prisión, lo mismo que su socio, que le acompañaba en el vehículo en noviembre del año pasado cuando la Guardia Civil les intervino 160 gramos de cocaína.

"Me levantó el asiento y me dejó meter la droga allí debajo", añadió. La droga apareció en el hueco que queda debajo del asiento trasero del taxi, una vez que se levanta.

Francisco, amigo de Manuel y que también iba en el taxi cuando fueron sorprendidos por un control aleatorio de la Guardia Civil en el peaje de Curro, declaró que acompañaba a Coco "para ver si me daba algo" e indicó que en aquellos días efectuaron un viaje parecido a Vigo.

Nelson, el taxista, negó tener cualquier conocimiento de que sus clientes llevasen droga, si bien reconoció que sabía a qué se dedicaban "por comentarios" y dijo que les había llevado en anteriores ocasiones a lugares como Pontevedra, Vilagarcía o Vilanova, "pero que yo supiera, no iban a por drogas".

Intervinieron a continuación los agentes del Instituto Armado que hallaron la droga, que destacaron el nerviosismo latente en los tres ocupantes del taxi, motivo que, junto a los antecedentes por delitos contra la salud pública de varios de ellos, les llevó a efectuar una inspección más minuciosa.

En el turno de conclusiones definitivas, la fiscal del caso fijó la petición de pena en tres años para los dos individuos que reconocieron los hechos, mientras que solicitó cuatro para el taxista, además de 10.000 euros de multa.

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