El tejido económico se prepara para una caída del consumo

▶ Cuatro de cada diez personas prevén moderar su nivel de gasto este año a causa de la inflación y de la incertidumbre económica ▶ Sectores como el ocio y la hostelería señalan que, si se produjese otra recesión "tras el agujero de la pandemia", muchas empresas cerrarían
Varias personas consumiendo y otras mesas vacías en la terraza de un establecimiento de hostelería de la ciudad, esta semana. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Varias personas consumiendo y otras mesas vacías en la terraza de un establecimiento de hostelería de la ciudad, esta semana. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

"Este año damos por hecho que va a haber una recesión del consumo y, de hecho, ya no es algo a futuro, sino que se percibe ahora. La gente empieza a adquirir lo urgente y necesario y a prescindir de ciertas cosas porque nota en su bolsillo que su disponibilidad económica es menor".

Miguel Lago, Pte. del C.C.U. Zona Monumental de Pontevedra: "Ya no es algo a futuro, sino que se percibe ahora; la gente empieza a ir a lo urgente y necesario y a prescindir de ciertas cosas" 

Rosa Rodríguez Vales, Pta. de la Asoc. de Amas de Casa y Consumidores Rías Baixas: "Los hábitos de consumo ya han cambiado, la mayoría de los ciudadanos compran menos y de otro modo"

Así lo dice Miguel Lago, presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental de Pontevedra. Opina lo mismo Rosa Rodríguez Valés, presidenta de la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Rías Baixas, que apunta que "los hábitos de gasto ya han cambiado" y que la mayoría de los ciudadanos de a pie "compran menos y compran diferente, mirando más los precios", porque "están más empobrecidos".

También José María Corujo, presidente de Aempe, señala que la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa de Pontevedra prevé "una caída importante del consumo" a lo largo de este año a causa de la "incertidumbre que genera esta combinación de las circunstancias políticas y de la coyuntura económica general".

Y todas estas valoraciones coinciden de pleno con estudios como el elaborado por la prestigiosa consultora Kantar, que en su último informe de Perspectivas del Consumidor concluye que cuatro de cada diez ciudadanos creen que es mejor reducir su nivel de gasto.

El motivo de esta tendencia no viene de una desconfianza hacia la propia situación personal, sino más bien de la inquietud que provoca el escenario económico del país: frente al 40% de los consumidores que considera que habrá más paro, un 88% de los ocupados piensa que no corre riesgo su puesto de trabajo, y solo el 8% vive con esa inquietud laboral.

Aún así, la crisis energética y la inflación que lleva meses hinchando los precios están empujando a muchos pontevedreses a llenar menos el carro de la compra y a reducir la adquisición de otros bienes y servicios no imprescindibles.

"La ciudadanía tiene menos renta disponible, algo que se ve agravado en el caso de las personas que tienen que pagar hipotecas de tipo variable u otros préstamos, que también se han encarecido. Y a esto se suman los costes de la energía que, a pesar de que últimamente se han moderado, volverán a surgir nuevas dificultades vinculadas al precio del gas y a que en verano cae la producción de las hidroeléctricas. La conclusión de todo esto es que quien más y quien menos tiene que apretarse el cinturón", apunta Miguel Lago.

Uno de los sectores que antes nota este tipo de situaciones es el del ocio, que de momento se mantiene sin grandes sobresaltos pero que advierte de que muchas empresas del ramo no sobrevivirían si este año se materializase otra recesión económica.

En palabras de Rafael Rúa, empresario hostelero y de la noche y vicepresidente de Hoempo, "el nivel de trabajo en mis cafeterías y en mi discoteca ha bajado, pero yo quiero pensar que es por la cuesta de enero, porque este mes, salvo para el comercio téxtil por las rebajas, siempre ha sido más flojo que los demás. Es algo que sucede todos los años, así que espero que sea por eso y no porque toque otra crisis, porque si después del agujero económico que dejó la pandemia vieniese otro golpe, mucha gente no lo resistiría, no podría afrontar el pago del personal, del local, de las facturas... y tendría que cerrar".

 Rafael Rúa, Vicepte. de Hoempo: "Cuando la economía está mal, lo primero de lo que se priva la gente es del ocio"

En la actualidad, su discoteca sigue recibiendo "una media de 400 personas los sábados y de entre 150 y 200 los viernes" y en sus cafeterías "estamos trabajando bien, aunque lógicamente no facturamos lo mismo que en verano", pero "hay compañeros hosteleros que sí se quejan de que les ha bajado la facturación, lo mismo que en la noche". Y es que "cuando la economía está mal, lo primero de lo que se priva la gente es del ocio", por eso el sector está expectante sobre cómo van a ir las cosas en este recién iniciado 2023.

Pero no solo lo están los empresarios hosteleros. El mismo estudio de Kantar señala que seis de cada diez ciudadanos creen que sus ingresos se mantendrán estables este año, aunque casi una cuarta parte se muestra comedido y prefiere no aventurarse en cómo puede estar su economía doméstica dentro de unos meses, por eso ese 25% prefiere dejar en stand by la compra de bienes que impliquen un largo plazo y un gran esfuerzo, es decir, coche, vivienda o pedir un préstamo, orientando las intenciones de compra al día a día y a desembolsos más modestos. Y eso ya se nota.

José María Corujo, Pte. de Aempe: "El consumo es el que marca la escala de la economía; si no se consume, no se fabrica" 

"El consumo es el que marca la escala de la economía. Si no se consume, no se fabrica; si no se fabrica, el tejido empresarial se resiente y, por consiguiente, el empleo también. Es una escala ascendente en la que la base es el consumo y este año se prevé una caída importante del mismo", advierte el presidente de Aempe.

LA OPINIÓN EN LA CALLE. ¿Ha modificado sus hábitos de consumo o reducido su nivel de gasto o prevé hacerlo de aquí en adelante?

Eva Martínez: "Yo he cambiado mis hábitos de consumo porque la vida ha subido mucho, pero los sueldos no, así que no queda otra que apretarse el cinturón. De momento lo que hago es reducir en ciertas cosas que no son imprescindibles, por ejemplo, tomo menos cafés y a veces incluso lo llevo de casa en un termo y así reduzco el gasto. En mi trabajo veo de todo, gente que trata de ahorrar y gente que no".

Camilo Freire: "No hay más remedio que medir el gasto, porque si no, no se llega a fin de mes. Lo que hacemos en mi casa es comprar más marcas blancas y mirar más los precios a la hora de ir al supermercado. Está todo mucho más caro y, además, noto que han reducido en ciertas cosas que antes suponían una ayuda; por ejemplo, cosas que antes entraban por la Seguridad Social y ahora tienes que pagarlas".

Yeniffer Ureña: "En mi caso, yo no he cambiado nada. Mi principal gasto es en la comida y creo que consumo más o menos lo mismo, porque ya antes trataba de economizar. Además, hay ciertos artículos como pescados o mariscos que han subido mucho de precio pero que yo no suelo comprar, porque me gusta más preparar platos típicos de mi país que llevan otro tipo de ingredientes".

José Manuel Lorenzo: "Sí, los hábitos de consumo han cambiado. En la situación actual, con lo que han subido los precios desde hace ya bastantes meses, no queda más remedio que reducir un poco en todo: viajar menos o más barato, salir menos, comprar menos, gastar menos en actividades de ocio... Creo que es lo que estamos haciendo la mayoría de las personas y este año seguimos igual".

Paz María Carrera: "Hay que hacer números para llegar a fin de mes, como casi todo el mundo. Cuando vas al supermercado, gastas 20 euros y no llevas nada para casa. Si compras un poco de fruta, de pescado o de carne, ya se dispara la cuenta, por eso no hay otra alternativa que mirar los precios y tratar de reducir, porque la vida está muy cara, pero los sueldos no acompañan al mismo nivel".

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