El teléfono de la Covid-19 ha recibido 12.000 llamadas de pacientes del área

El 900 400 116, de información gratuita sobre el coronavirus, alcanzó su pico en Pontevedra el 20 de marzo con 748 consultas, una por minuto ►La demanda ha caído un 92% en la última semana
Trabajadoras en la central del 061. CEDIDA
photo_camera Trabajadoras en la central del 061. CEDIDA

La línea telefónica activada por la Xunta de Galicia para resolver dudas sobre la Covid-19 ha sufrido la misma evolución que la pandemia y el sistema sanitario encargado de contenerla: saturación inicial, control, estabilización y disminución de los casos.

Fuentes oficiales de la Central de Coordinación de Urgencias Sanitarias de Galicia-061, encargada de gestionar el servicio, informó a este periódico de que desde el 6 de marzo hasta el pasado 20 de mayo el teléfono 900 400 116 atendió 11.853 llamadas realizadas desde el área sanitaria de Pontevedra, lo que arroja una media diaria de 158 consultas. El total equivale al 11,6% del cómputo de Galicia, donde se registraron en el mismo intervalo 102.179 llamadas.

El teléfono fue habilitado para evaluar e informar a las personas con síntomas leves de coronavirus, a aquellas que hayan estado en una zona considerada de riesgo y a las que han tenido contacto estrecho con una persona contagiada de Covid-19. Las consultas son atendidas por personal teleoperador, que realiza un breve cuestionario sobre los síntomas y que, si lo estima, deriva al paciente a una consulta con un médico y enfermero. De forma paralela, el 061, asistido por personal sanitario, se mantiene como teléfono exclusivo para la atención a las urgencias y a las emergencias sanitarias, así como para la consulta acerca de casos graves relacionados con el virus SARS-CoV-2.

EVOLUCIÓN. El servicio comenzó a funcionar el 27 de febrero a través de otro número, el 902 400 116, de pago. La tarificación especial no tardó en suscitar críticas, que dieron pie a la activación cinco días más tarde, el 3 de marzo, del número actual, gratuito para todos los usuarios. En el área sanitaria de Pontevedra el pico de consultas tuvo lugar el 20 de marzo, llegando a las 784 llamadas, una por minuto durante las doce horas que entonces estaba activo el servicio (de 09.00 a 21.00 horas).

En esa misma jornada el 900 400 116 atendió 6.755 llamadas realizadas desde toda la comunidad gallega y justo un día después, el 21 de marzo, la Xunta reforzó el sistema con más de 100 teleoperadores para agilizar las peticiones y amplió el horario de actividad, que pasó de ser de 08.00 a 00.00 horas.

La demanda se mantuvo en índices elevados durante varias jornadas, pero comenzó a descender con el paso de los días y el aumento simultáneo de información sobre el coronavirus. Las mismas fuentes detallan que si en la semana del 16 al 22 de marzo la línea atendió 3.938 llamadas de pacientes del área, en la semana del 11 al 17 de mayo el cómputo bajó a las 306 llamadas, un 92% menos.

Otro dato llamativo que arrojan las bases estadísticas es que de todos los días de la semana los lunes fueron los que registraron una mayor actividad, con una media de 177 peticiones de información procedentes del área sanitaria. De todos ellos, el que batió el máximo fue el 23 de marzo, con 659 llamadas y el que registró el mínimo fue el pasado lunes, 18 de mayo, con 44 consultas.

Pese a la desescalada evidente de las cifras, el servicio sigue activo. La novedad más reciente es que la Xunta ha decidido usar la plataforma logística de la línea como soporte para los once técnicos contratados por Sanidade para rastrear los contactos de personas infectadas por Covid-19. Esos se encargarán de realizar una encuesta epidemiologica vía telefónica a todos los casos confirmados para averiguar las personas con las que ha mantenido un contacto estrecho, desde dos días antes del comienzo de los síntomas hasta el momento de ser aislado.

Al otro lado del cable. "Hace unas semanas había cuadros sugestivos, pero ahora son síntomas inespecíficos"

Fernando Facal, médico jubilado que colabora con el servicio de llamadas del 112. CEDIDAFernando Facal García y su mujer María Dolores Molina Poch son dos de los médicos jubilados del área que siguen colaborando con el servicio de atención telefónica de forma altruista. Ambos pusieron fin este año a su trayectoria profesional en el centro de salud de Lérez y ambos han decidido abrir un paréntesis en sus jubilaciones para ayudar a la sanidad pública a capear el temporal.

Fernando estaba dispuesto a desarrollar jornadas maratonianas al otro lado del teléfono, incluso imaginaba que atendería "una llamada tras otra", pero es algo que finalmente "no ha ocurrido". El máximo de consultas que ha atendido ha sido de diez en un día y según advierte "de eso ya hace un tiempo". "Desde hace un par de semanas el número de llamadas bajó sensiblemente, a unas tres o cuatro al día, y cuando el teléfono suena tienes que andar muy avispado para contestar, porque los compañeros también están muy pendientes y cogen el teléfono enseguida".

El sanitario, que se incorporó al servicio el 30 de marzo, explica que buena parte de las consultas que ha atendido han sido por "síntomas que no llegan a ser el cuadro clínico clásico" del coronavirus, pero que se aproximan. "Por ejemplo, febrícula en lugar de fiebre, o sensación de sabor metálico, en lugar de falta de gusto u olfato". Según añade, "hace unas semanas había mucho cuadro sugestivo" de Covid-19, pero "últimamente las llamadas son más escasas y los síntomas bastante inespecíficos".

Al igual que reflejan los balances sanitarios, el doctor Facal indica que "no se percibe un repunte por la salidas de la gente a hacer deporte ni las salidas de los niños". En las peticiones más recientes lo que más se repiten son las consultas "sobre el uso de mascarillas", para saber por ejemplo "si trabajando en una cocina hay que utilizar una pantalla de plástico".

Tanto Fernando como su mujer seguirán colaborando "hasta que nos los soliciten", si bien presuponen que con el fin de la desescalada se pondrá punto y final a las colaboraciones. "Me imagino que con la nueva normalidad esto quedará en manos de los profesionales contratados, sería lo lógico".

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