La temperatura media subió más de 2,1 grados en Pontevedra desde los años 60

El calentamiento global del planeta incidió en Galicia mucho más en la costa que en el interior, especialmente en A Coruña y Ferrol, donde las mediciones de los satélites registraron unos 3 grados más de promedio que hace seis décadas
Oso pardo. DP
photo_camera Oso pardo. DP

Glasgow se ha convertido en la capital mundial del cambio climático. Desde hace semanas, líderes mundiales y expertos de contrastado prestigio repasan el preocupante escenario actual y diseñan acciones de futuro para evitar que temperatura del planeta continúe subiendo y se mantenga en los 1,5 grados hasta el año 2100. Es decir, en un plazo de 80 años.

Sin embargo, el desafío se antoja utópico, sobre todo teniendo en cuenta que el 77% de los 61 concellos pontevedreses (concretamente, 47) ya han superado esa icónica barrera en los últimos 60 años. Y los 14 restantes presentan calentamientos por encima de los 1,12 grados.

Un panorama desalentador para una provincia que, salvo el área de Vigo, no se caracteriza precisamente por una potente industria. El programa Copérnico -dirigido por la Agencia Espacial Europea y la UE- refiere que la temperatura media registrada en la década de los 60 en la capital estaba en los 12,68 grados.

A estas alturas del siglo XXI, el termómetro ha subido hasta los 14,8 grados, es decir, según las mediciones efectuadas por los satélites incluidos en este estudio, el calentamiento global se ha traducido en Pontevedra en 2,14 grados.

El análisis de los datos proporcionados por Copérnico sitúan a la capital de las Rías Baixas como la tercera gran urbe gallega con mayor oscilación, por detrás de A Coruña (3,22 grados) y Ferrol (2,93). Por detrás se encuentran Santiago (2,03), Ourense (1,74), Lugo (1,5) y Vigo, con solo 1,12 grados de aumento de temperatura.

Más calentamiento en Valga y menos en Sanxenxo


El programa Copérnico hizo este estudio en los más de 100.000 municipios de la Unión Europea. Un repaso a los pontevedreses indica que la tendencia es similar, aunque las diferencias en el interior son más acusadas que en la costa.

Así, Pontecesures y Valga presentan la mayor oscilación de temperatura, con 2,58 grados desde la década de los 60, mientras que Sanxenxo y Vigo lideran el grupo de los menos afectados por el cambio climático, con solo 1,12 grados de oscilación. Les siguen Bueu (1,16 grados) y A Illa de Arousa (1,19).

"Un aumento de 1,5 graos ata 2100 podería ata ser asumible, pero de 4 ou de 5 sería catastrófico", aclara el profesor Antonio Rigueiro 

Como curiosidad, Rodeiro y Dozón son los dos concellos de la provincia con las temperaturas medias más frías, tanto en los años 60 como en 2020. La diferencia entre ambas épocas supera por poco los 1,2 grados.

En el otro extremo de la balanza, los más cálidos hace 60 años eran A Illa (14,15 grados) y Sanxenxo (14,14), mientras que en la actualidad lo son O Grove (15,6 grados) y Cangas (15,5).

Por encima de los 15 grados de media se encuentran otros 17 concellos de la provincia, una cifra a la que no llegaba el mercurio hace 60 años, lo que evidencia la gravedad medioambiental de la que alertan los científicos.

Las "xestas" y los carballos reflejan el cambio climático


Sin necesidad de echar mano de este programa, los cambios en el comportamiento biológico de la flora autóctona revelan los primeros efectos del calentamiento del planeta en la provincia.

El catedrático de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior, Antonio Rigueiro, apunta que algunas especies sufren cambios evidentes en su periodo de floración o de caída de las hojas, lo que afecta a su ciclo biológico.

"Nas Rías Baixas, estase vendo que a saída da folla nos carballos anticípase de 15 a 20 días en comparación con hai anos. Tamén se observa que as xestas brancas están en flor no inverno se hai temperaturas suaves e víronse ameixeiras que florecen en novembro ou decembro", comenta.

Menos hayas y más olivos, cítricos y hasta alcornoques


El cambio climático traerá, según indica, una mediterranización del paisaje y de las especies vegetales, que irán avanzando del sur hacia el norte al tiempo que aumenta la temperatura.

En la Ribeira Sacra se observa un cambio hacia los cultivos más propios del clima mediterráneo, como los olivos o los cítricos 

"Verase unha maior presenza dos bosques de aciñeiras e de sobreiras en Galicia e irán desaparecendo as carballeiras, as faias (que xa agora mesmo hai poucas) e os bidueiros. Agora mesmo, xa hai áreas con clima mediterráneo en Galicia como son o Baixo Miño ou a Ribeira Sacra, onde xa hai cultivos de viñedos, oliveiras ou cítricos", afirma el catedrático.

Chirimoyas, aguacates o mangos, nuevos cultivos


El aumento de la temperatura podría conllevar, además, no solo la incorporación de cultivos mediterráneos sino también de frutos subtropicales o, incluso, tropicales.

"Poderían chegar a darse froitos típicos doutras zonas de España cun clima máis tropical, como está a pasar en Cádiz ou Málaga. Estou a falar de froitas como a chirimoya, o aguacate ou o mango", indica Antonio Rigueiro.

Un aumento sostenido de la temperatura en Galicia podría ser, según Rigueiro, "asumible" pero si esta llegase a subir 4 o 5 grados, la situación "sería xa catastrófica. De chegar a esa situación, poñeríase en perigo, incluso, a existencia da vida", afirma. Por eso cree que atajar el calentamiento del planeta es muy difícil por no decir imposible.

Más lengua azul en las vacas y también más gripe aviar y garrapatas 

La proliferación de mosquitos y los cambios de ruta de las aves migratorias traerán nuevas enfermedades 

La subida de la temperatura, derivada del calentamiento global del planeta, traerá como consecuencia la aparición de nuevas enfermedades entre las distintas especies de animales que antes no existían en estas latitudes.

La primera incidencia que se verá, hablando de sanidad animal, será la mayor presencia de mosquitos que, a su vez, traerán enfermedades transmitidas a través de las picaduras de estos. Gonzalo Fernández, decano de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago, advierte del peligro del avance de la lengua azul entre las vacas hasta la comunidad gallega."Pode chegar esta enfermidade máis cara ao norte. Agora mesmo, só afecta á metade sur da Península pero a maior presenza de mosquitos pódena traer aquí", afirma.

Otro problema surge con los cambios de ruta de las aves migratorias, derivados del clima. "Estas aves son portadoras do virus da gripe. Ao cambiar os seus desprazamentos polo ascenso das temperaturas, tamén modifican as súas rutas, co conseguinte perigo á hora de transportar estes virus a zonas onde antes non había", subraya el docente.

Garrapatas. El cambio climático también está trayendo ya un aumento de la presencia de garrapatas en aves y en pequeños mamíferos que, posteriormente, a través de una picadura, pueden llegar a transmitir la enfermedad de Lyme a las personas.

Una realidad que en Pontevedra se viene detectando desde hace tiempo. "Está a aumentar moito, nos últimos quince anos, a poboación de carrachas en Lugo e esta é, sen dúbida, unha das consecuencias que estamos xa a sufrir polo cambio climático nesta provincia. A enfermidade de Lyme pode chegar a ser moi grave para o ser humano", hace hincapié Gonzalo Fernández.

Especies que no existirán en medio siglo
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