"Si hay algún vecino de alto riesgo, mayor de 60 o enfermo que carezca de familiares o amigos que puedan ayudarle, me pongo a su disposición para hacer compras pequeñas de mercado o de farmacia". Con este texto anuncia Estefanía Blanco su disposición a realizar recados a personas vulnerables durante la crisis sanitaria. Ha colgado un cartel en diferentes portales y comunidades de vecinos en el que ha dejado su número de teléfono y, aunque todavía no ha recibido ninguna llamada, espera poder ayudar a prevenir contagios –y muertes– con su comportamiento.
"Tengo la libertad de poder ir al mercado sin temer por mi vida, estoy sana y creo que es una responsabilidad de todos velar por las personas más desprotegidas", cuenta mientras insiste en la necesidad de respetar el estado de alarma y quedarse en casa para evitar la propagación de coronavirus.
"Yo me ofrezco para cosas necesarias, como compras en el mercado o en farmacias, que son los supuestos en los que se pude salir de casa. Estos días no estoy trabajando así que tengo tiempo para este tipo de recados", cuenta Estefanía, venezolana afincada en Pontevedra desde hace unos años. Los carteles ofreciendo su ayuda los ha colocado por diferentes puntos del barrio de O Castañal.
"He estado al día de todo lo que iba sucediendo en torno a este tema y tengo amigos por todo el mundo que también se han ofrecido voluntarios a echar una mano con la gente mayor", cuenta Blanco, que no puede evitar pensar en cómo afrontarían una situación como esta sus seres queridos de más edad. "Estos días pienso mucho en mis abuelos, que están lejos", cuenta.
Blanco aprovecha para apelar a la responsabilidad de los más jóvenes. "Mucha gente no se toma esto en serio, la gente joven sale a la calle porque sabe que puede superar el virus sin problema, pero no está pensando en todas las personas vulnerables a las que puede contagiar", cuenta Blanco. "Tenemos la suerte de que no vamos a estar en el hospital, pero estarán otros", termina.
