Mi soledad tiene alas, es la ópera prima de Mario Casas como director. Un paso que decidió dar hace ya tres años y medio y que ha marcado un antes y un después en su trayectoria profesional. Desde el primer momento tenía claro que el protagonista de esta historia sería su propio hermano, Óscar Casas, quien realiza un papel sorprendente. Además, el reparto está compuesto mayoritariamente por intérpretes no profesionales. Entre ellos, Candela González, que ya se ha convertido para muchos en la gran promesa del cine español. El gallego presentó este miércoles en Vigo este proyecto, el cual está coguionizado con Deborah François y ya está disponible en los cines de Pontevedra.
¿Cuándo decidió dar el paso de dirigir su propia película?
Ya hacía años que me picaba el gusanillo. Es verdad que cuando hablas de dirigir una película es algo muy complejo, y muchas veces los proyectos no se pueden hacer. Son muchos factores los que tienen que unirse. Pero en este caso yo empecé a escribir a la semana de comenzar la pandemia con Deborah François y poco a poco empezaron a salir las primeras ideas. Yo tenía claro que quería que la protagonizase Óscar, que hablase de la familia, de la amistad y también del amor. Escribimos un pequeño guion y nos dijeron que siguiésemos escribiendo y que le mandásemos una primera versión, y a partir de ahí todo fue como una rueda, había algo de destino. Desde el primer momento esta película desprendió alma y verdad. La película ya está en los cines pero yo creo que tienen que pasar bastantes meses hasta que me crea que he dirigido una peli con mi hermano pequeño.
Desde el primer momento pensó en su hermano para hacer esta película, de hecho, ha dicho en varias ocasiones que esto era un regalo que le quería hacer a él.
Sí, yo siempre le había dicho que si algún día hacía una película, quería dirigirle. Quería vivir esta primera vez con alguien de mi familia, con alguien a quien quiero mucho y alguien a quien admiro. Yo quería llevar a Óscar a lugares donde no lo habíamos visto todavía, nunca le había visto en un personaje más costumbrista, más realista, y quería llevarlo a ese lugar.
"Quería llevar a Óscar a lugares donde no lo habíamos visto todavía, a un personaje más costumbrista, más realista"
Hay escenas de Óscar que son completamente desgarradoras y en ellas muestra una imagen hasta ahora desconocida. ¿Cree que esta película será un antes y un después en su trayectoria como actor?
Para mí hay una secuencia, la del fuego, que es el culmen de un personaje que está con constantes preguntas y no que no sabe emocionalmente qué le está pasando. Hay algo ahí de soledad emocional y en ese punto estalla. El trabajo que hace es un trabajo precioso, se le puede comparar con grandes interpretaciones que habrá este año a mejor actor, porque hace un trabajo de un actor adulto, con unas emociones preciosas (...). Y después, hablando de la mayor revelación, Candela hace algo increíble en esta película y muchos dicen ya que parece que no es su primera peli. Eso es un halago. Ella hizo un trabajo precioso.
Una de las cosas que tenía clara era que quería tener caras nuevas como Candela González o Farid Bechara.
Los dos únicos actores son Óscar y el que hace de su padre, Francisco Boira, todo lo demás son actores no profesionales. Eso para mí era importante porque le da una verdad. Al espectador le sumerge porque respira verdad, alma y pureza (...). También había un reto que era sumergir a Óscar, que no viene de ese barrio, ahí, que la gente se creyese a Óscar Casas ahí. Y cuando ves la peli te comes con patatas que son de ahí.

¿Ha cambiado su relación con su hermano pequeño tras este proyecto?
Sí, nos ha cambiado. Yo he descubierto al Óscar hombre, yo conocía al niño. Y de repente he conocido al hombre con sus miedos, él es una persona que es para fuera y yo quería que se abriese, ver al niño, ver sus miedos. En la escena del fuego, ahí le dio un ataque de ansiedad, he tenido que apretar teclas para llevarlo a sitios, sino íbamos a mentirle al espectador y a nosotros como hermanos. Pero él también ha visto al niño que yo tengo dentro porque era mi primera vez como director, estaba vulnerable, y también ha visto mis medios. Eso te une mucho más.
En esta película impacta mucho la música. ¿Es la que usted escuchaba cuando era pequeño?
En el barrio ahora mismo se escucha el trap, pero para mí, lo que yo escuchaba antes era el flamenco. Ese es mi recuerdo. Hay una escena en la que Óscar y Candela bailan y suena Chiquetete y para mí eso es mi padre, mi casa, mi infancia. Soy yo de pequeño. Hay algo de ese tipo de música racial y pura que le da una verdad y le da algo especial.
En su ópera prima hay muchas referencias a películas suyas como Tres metros sobre el cielo o Grupo 7. ¿Qué hay de Mario Casas en esta película?
Todo. Además de esos guiños por guion, yo he bebido de todos mis maestros, que han sido mis directores, han sido las personas que a mí me han educado cinematográficamente para poder dar el paso como director, y todo eso esta ahí. Yo me he quedado con cosas de Alberto, de Paco Cabezas, de Fer... Y ya no solo técnicamente(...). Emocionalmente he rescatado muchas cosas de todos mis directores.
El viaje que hace Dan, el protagonista, en esta película, cuando se va a Madrid, es el mismo que usted hizo cuando llegó a la capital para iniciar su camino como actor. ¿Quiénes fueron sus alas en aquel momento?
Mi familia. Yo tenía 17 años cuando llego a Madrid, era un niño, y además siempre he sido más niño, y de repente tenía que buscar un trabajo y buscarme la vida solo, y meterme en una escuela de interpretación con 40 personas. Las personas que me daban alas eran mis padres. Yo lloraba y estaba perdido, y las personas que me dieron las alas fueron mis padres. (...).
"Cuando yo llegué a Madrid, las personas que me dieron las alas fueron mis padres"
¿Cree que en sus inicios como actor se le ha exigido mucho más por los estereotipos que había sobre usted en la industria cinematográfica?
Yo estoy en un lugar privilegiado porque sigo trabajando. Empecé con 17 años, tengo 37 y sigo aquí. No es que me dieran caña pero me daban una serie de papeles que te ponían en la palestra, porque funcionaba eso. Era el malo de la película en España (...). Óscar también tiene un estigma, que es ser 'el hermano de', pero escuchar eso, inconscientemente, te hace trabajar más. Las cosas pasan por algo y la vida en muchas cosas está escrita, así que yo estoy muy feliz por la carrera que he tenido y por todos los directores que he tenido que me han ayudado a hacer Mi soledad tiene alas.
"Yo durante mucho tiempo fui el malo de la película en España. Óscar también tiene un estigma, que es ser 'el hermano de'"
Su hermano dice que ha sido un director duro, ¿tiene esa percepción?
Soy exigente y desde el principio les marqué muchos patrones de conducta dentro del set de rodaje. No podía haber móviles y no nos podíamos despistar. Les educamos para que entendiesen dónde iban a estar cuando empezamos a rodar la peli. Yo le dije a Óscar que le tenían que admirar, como él se comportase, el resto de actores no profesionales le iban a seguir. No es que sea duro pero tenía las cosas muy claras. (...).
¿Cómo le va a cambiar al Mario Casas actor haber pasado por esta experiencia?
Hace mes y pico acabé de rodar con Rodrigo Cortés la peli Escape, que es la primera película que produce Martin Scorsese en España y me cambió la manera de ver el cine y el rodaje. Pasas de ver por una ventanita y empiezas a tener una panorámica del set de rodaje. Ahora sé por dónde está pasando en cada momento el director. Es un cambio de 180 grados.
"Me cambió la forma de ver el cine. Pasas de ver por una ventana y empiezas a tener una panorámica del rodaje"

Todavía es pronto para hacer un balance del éxito que está teniendo esta película, pero en los cines se está dejando claro que el proyecto está gustando al público. ¿Habrá más proyectos de Mario Casas como director?
Yo quiero. Sí es verdad que tengo que asentarlo, tienen que pasar meses para ver cómo ha llegado al público y cómo va funcionando, porque eso lo notas después en la calle, en la gente que te sigue. Y si lo notas, pues más ganas tienes de volver a hacer otra película. A mí me gustaría ser capaz de compaginar el trabajo como actor y como director. Aunque sí que es verdad que ser director te quita un año y medio y en ese tiempo no puedes interpretar, y entonces tienes que decidir parar y centrarte en esto, pero espero que sí.
La película está rodada entre Barcelona y Madrid, lugares donde usted ha vivido. Sin embargo, usted nació en Galicia y este es un lugar que siempre ha estado presente a lo largo de su vida. Además, en otro entrevista habló de que le gustaría hacer una película de narcotráfico. ¿Qué mejor sitio que Galicia para rodar su próximo proyecto?
Sí (risas), eso es lo que me queda. Nunca me han dejado pero estoy esperando poder interpretar como actor un personaje con acento del norte, con acento gallego. Me encantaría y lo trabajaría muchísimo.