"Tienen que subir una cuesta empinada y en invierno acaban empapados a diario"

Familias de Lourizán piden reactivar una antigua parada de bus escolar para evitar este tramo
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photo_camera Las dos familias con los cinco pequeños, subiendo la cuesta desde la parada. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Dos familias de Lourizán, apoyadas por el colegio en el que estudian sus hijos, demandan que se cambie el emplazamiento de la parada de bus escolar para evitar que los pequeños tengan que recorrer cada día 400 metros cuesta arriba por un estrecho vial, mojándose en invierno por las escorrentías provocadas por la lluvia y bajo un sol de justicia si manda el anticiclón.

Pero se han encontrado con la negativa de la Xunta, que esgrime un decreto que fija una distancia mínima de 500 metros con las paradas más cercanas, una distancia que no se cumpliría en este caso atendiendo a la petición: que se recupere la antigua parada, donde todavía pervive una vieja marquesina. En la nueva, en un complicado cruce de carreteras, ni siquiera tienen una.

Quien lo cuenta es Marga Pregal, madre de un niño de ocho años que estudia en el CEIP A Carballeira y de otro de dos, que empezará a ir a este mismo centro el próximo mes de septiembre. Su vecina, Leticia, tiene tres hijos. El mayor, de siete, va al mismo centro y el mediano lo hará también el próximo curso. En 2024 se incorporará el pequeño. En total serán cinco críos los que, si nadie lo remedia, deberán recorrer dos veces al día este complicado trayecto entre la parada de bus y sus viviendas.

"En invierno bajas la cuesta y vienen trombas de agua. Los niños tienen que ir con botas de goma", que se quitan antes de subir al bus, explica Marga. "Al regreso llegan a casa con los pies empapados y no es por la lluvia, es por todo el agua que baja del monte", matiza.

Además recuerda que cuando su marido era niño y acudía al mismo colegio "el bus subía arriba, a Agrovello", donde todavía se conserva una marquesina vieja, "pero nos dicen que si el autobús iba hasta allí era porque el conductor quería, pero que no está la parada registrada".

Con este panorama los afectados cursaron una petición a la Xunta el curso pasado, "pero nos dijeron que el papel se había perdido y quien lo pidió ya no está aquí". Por eso este curso se repitió la demanda. "El colegio, que ve como llegan los niños, presentó la solicitud y les explicó como es la situación".

Complicaciones

Pregal aclara que la petición no persigue que la parada les quede más cerca de casa. No es tanto por la distancia sino por las circunstancias del trayecto, con escasa seguridad vial, las corrientes de agua y, también la empinada cuesta, que dificulta el camino a los pequeños e incluso a la abuela de los otros niños, con problemas de movilidad y teniendo que llevar también el carrito del más pequeño.

Las familias y el colegio tienen ahora un mes para presentar un recurso de alzada a la resolución negativa del Servizo de Mobilidade de la Xefatura Territorial, explica la secretaria del CEIP A Carballeira, Ruth Outeda. "Nosotros les explicamos que no es lo mismo 400 metros en un entorno urbano que aquí, en un espacio sin aceras, estrecho, con pendientes, peligroso... Pero nos dicen que es la tónica general del rural de Galicia, que habrá circunstancias similares en otros lugares" e insisten en que el decreto 118/2022 establece una distancia mínima de 500 metros con las paradas más cercanas y, en este caso, hay una a 400 y otra a 850 metros.

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