Los que todavía van a Madrid a pesar del estado de alarma decretado

Estado de alarma ► Pocos entran en Madrid desde la irrupción de la pandemia, mucho menos desde que esta semana se cerrase ante el aumento de contagios. Los que deben seguir yendo con frecuencia al epicentro de la covid-19 en España describen un panorama de aeropuertos desiertos, una ciudad parada y odiseas con el transporte.
Torres de Madrid. AEP
photo_camera Torres de Madrid. AEP

Ni entrar ni salir. Madrid se cierra para frenar la expansión del virus y son pocos los que siguen viajando a la capital. Los que lo hacen es por fuerza mayor y muchos de los que solían desplazarse por trabajo han cambiado los vuelos por reuniones telemáticas. De este modo, la frecuencia de vuelos y trenes ha disminuido y los aeropuertos se han vaciado. Lo constatan quienes, a pesar de la pandemia, siguen viajando.

A pesar de la limitación de la movilidad, pocos han pasado por controles en sus desplazamientos y no se percibe un dispositivo especial en la llegada al aeropuerto de Barajas. Sí se nota que los aeropuertos están desiertos. Los viajeros se han reducido de forma sustancial y ningún acompañante puede acceder a los mismos. Estas infraestructuras se han convertido en pabellones sin gente por los que circulan los pocos que todavía viajan. La imagen de Peinador sin movimiento es lo que más sorprende a María Ramallo, que tuvo que viajar a la capital después de seguir los plenos del Congreso de forma telemática durante este tiempo.

Mientras políticos con cargos en la capital acuden a Plenos y comisiones, otras instituciones optan por las videoconferencias

Las restricciones en Madrid también han obligado a muchos a cambiar los horarios. Tras reuniones que suelen extenderse hasta tarde, lo habitual era retrasar la cena más allá de las 22.00 horas. Sin embargo, la pandemia afecta a los horarios, ya que la hostelería en la capital debe cerrar a las 23.00 horas. El trabajo en el Congreso tiene que adelantarse, para que nadie se quede sin cenar.

La pandemia ha servido también para cambiar algunos hábitos que ya no volverán a ser como antes. Así, el impulso a las reuniones telemáticas y el trabajo en línea ha provocado que muchos de los que antes viajaban con frecuencia por motivos laborales ya no lo hagan y se reúnan por videoconferencia. "Nos hemos dado cuenta de que estábamos cogiendo aviones para ir a una reunión de tres horas y volver", explica el director del CRE de la Once en Pontevedra. Las nuevas tecnologías se presentan así como una alternativa al presentismo que, además, supone un ahorro de tiempo y dinero tanto para trabajadores como para las empresas.

"No hay frecuencias de trenes ni vuelos"

Pilar Rojo. JAVIER CERVERA

Desde el inicio del estado de alarma, Pilar Rojo ha mantenido la frecuencia de viajes a Madrid para ejercer como senadora. "Había un límite de aforo del 30% y yo me ofrecí voluntaria a ir presencialmente". explica. La asistencia a plenos y comisiones ha supuesto en ocasiones una verdadera odisea, ya que la frecuencia de los transportes se ha reducido mucho en estos meses, "tanto de trenes como de aviones". "He llegado a tener que ir hasta A Coruña para coger un vuelo", explica. De este modo, lamenta que solo exista un avión de ida y otro de vuelta desde Vigo a Madrid, "y en los tres aeropuertos gallegos los vuelos son más o menos a la misma hora".

Desde la irrupción de la pandemia, Pilar Rojo ha vivido el confinamiento de una forma diferente al resto de los ciudadanos. Después de un verano más tranquilo, con el otoño las restricciones han vuelto a Madrid. "Esta semana estuve allí, me sorprendió que llegué al aeropuerto de Barajas como Perico por su casa, salí y cogí un taxi sin ningún problema", explica. Sin embargo, sí detecta que Madrid es una ciudad más apagada. "El día que llegué era ya tarde y se notaba, a las 23.00 horas está ya todo cerrado, durante el día hay cierta actividad, pero a partir de la tarde todo se va apagando", cuenta.

La falta de transporte es el principal problema que encuentra Pilar Rojo para poder asistir a los plenos

La senadora suele viajar todas las semanas a Madrid y dispone de un carné acreditativo por si tuviese que pasar algún control, para justificar su presencia en la capital. "Solo tuve que enseñarlo en el primer confinamiento en una ocasión", cuenta.

Sobre los viajes en avión, explica que no siente miedo a contagiarse, pero sí cierto respeto por el virus. "Trato de usar doble mascarilla, no quiero ser paranoica, quiero convivir con el virus así que intento continuar con mi vida protegiéndome todo lo que puedo", indica.

Me sorprendieron los aeropuertos vacíos

María Ramallo. GONZALO GARCÍA

Con los plenos al 50% de su aforo, a María Ramallo le tocó seguirlos y votar de forma telemática durante todo este tiempo. "Solo asisto a las comisiones", cuenta. La última tuvo lugar antes de que se impusiese el cierre de Madrid para evitar la expansión del virus, en septiembre. Entonces, la alcaldesa de Marín y diputada popular en el Congreso tuvo que coger un avión a la capital. "Lo que más me chocó es que los aeropuertos no pueda entrar nadie, solo los que viajan, entonces estaban muy vacíos, muchas de las tiendas o locales para tomar algo en el propio aeropuerto estaban cerrados", cuenta.

Por otro lado, "ya en Madrid noté muy poco movimiento en una zona céntrica como el entorno del Congreso", cuenta.

María Ramallo volvió al Congreso tras meses de plenos telemáticos por el confinamiento

Además, al igual que su compañera de partido, Pilar Rojo, destaca la falta de transporte para poder acudir a los Plenos. "En los momentos de más restricciones, durante la primera ola, hubo compañeros que tuvieron que ir y volver en coche porque no había aviones y los hoteles en los que solían quedarse estaban cerrados", cuenta. De este modo, la diputada del PP, cuenta que viajar a Madrid para acudir a reuniones de trabajo se ha convertido en una tarea bastante complicada. "Yo tuve que coger un avión en Vigo y volver por Santiago, ya no puedes valerte por ti misma y dependes de que vayan a llevarte y a buscarte al aeropuerto. Antes podías ir en coche, dejarlo allí y, a la vuelta, recogerlo, pero si tienes que ir a diferentes aeropuertos porque las combinaciones son imposibles pierdes esa comodidad".

La próxima vez que viaje a Madrid será en un mes. Para entrar, si la ciudad sigue confinada, dispone de una acreditación de diputada. "El virus impone cierto respeto, pero seguimos trabajando con responsabilidad".

"Hago seis horas de día y seis de vuelta todas las semanas"

Javi 11.00 Redacción. Entrevista Guillermo Meijón. ElectoralViajar en coche es la mejor opción para Guillermo Meijón en un momento en el que las frecuencias de vuelos se han reducido considerablemente. "Conduzco yo, hago seis horas de ida y otras seis de vuelta todas las semanas", explica el diputado socialista en el Congreso precisamente durante un viaje de regreso a Pontevedra. 

Aunque lleva ya tiempo realizando este trayecto, ya que acudió presencialmente al Congreso durante todo el confinamiento, esta semana entraban en vigor las restricciones a la movilidad en la capital. Sin embargo, no encontró ningún puesto de control en el camino. "En el caso de que lo encontrase, todos los diputados tenemos un documento del Congreso en el que queda justificado nuestro viaje si lo presentamos con el carné de diputado", explica.

Otro de los cambios que han provocado las restricciones en la capital es que han obligado a adelantar el horario de Meijón. "La hostelería cierra a las 23.00 horas, por eso tenemos que adelantar la hora de la cena para que los restaurantes cumplan con el horario", explica el diputado socialista Guillermo Meijón.

El diputado Guillermo Meijón ha tenido que adaptar el horario al cierre de la hostelería a las 23.00

A pesar de que la situación en la ciudad de Madrid es preocupante en lo que se refiere a los contagios, Meijón asegura que "no voy con miedo a Madrid". En este sentido, asegura que la gente de los lugares en los que se mueve "es muy respetuosa, se siguen todas las medidas de protección, tanto en los bares como en el Congreso". De la misma forma, asegura que el Gobierno "velará por la ciudad de los ciudadanos, como ya dijo el ministro Illa". 

Del billete de avión a la webcam

Ya estaban ahí, pero no las estábamos aprovechando. Las nuevas tecnologías de la comunicación se han revelado como la solución a muchos de los problemas de quienes necesitan reunirse con profesionales de otros puntos geográficos durante la pandemia. Así, buena parte de los trabajadores que necesitaban coger vuelos por su profesión han substituido los aviones por una webcam.

Antes de la pandemia, la directora de la Misión Biológica del CSIC, Elena Cartea, no se había imaginado examinar a un aspirante a investigador a través de una videoconferencia. Sin embargo, esta misma semana se ha pasado las mañanas frente a la pantalla escuchando las exposiciones de quienes optaban a un puesto de científico titular. "Somos cinco miembros en el tribunal, tres de Madrid, uno de Valencia y yo, de Pontevedra. Los dos últimos estamos siguiendo las exposiciones por videoconferencia", explicaba esta semana la científica. De este modo, aunque la intención de Cartea era acudir presencialmente a las pruebas, finalmente anuló el viaje ante la situación epidemiológica de Madrid. "Estar allí facilita las cosas, la comunicación es más fácil y a través de videoconferencia estás con el miedo constante de que algo falle", cuenta. Sin embargo, lo cierto es que las reuniones telemáticas suponen un enorme ahorro de dinero y tiempo, tanto para las empresas como para los trabajadores. "En nuestro caso, viajar menos es un ahorro para los presupuestos de los centros, pero es cierto que el teletrabajo, en ocasiones, es agotador, con reuniones todo el día y sin horarios", explica.

Estar allí es más fácil, por videoconferencia tienes el miedo constante de que algo falle en la conexión

Cartea solía viajar entre dos y tres veces al mes por motivos de trabajo. Principalmente se desplazaba a Madrid, aunque también lo hacía a otros puntos de España cuyas conexiones con Galicia son más difíciles. "Estas reuniones eran con equipos de proyectos de investigación, que ahora se han sustituido por encuentros online, y también por cuestiones relacionadas con la dirección del propio centro", cuenta Cartea.

Sin embargo, pese a no moverse de Pontevedra, el contacto con profesionales de otros puntos geográficos no ha cesado. "El propio CSIC ha creado una plataforma interna para poder realizar reuniones telemáticas con otros directores y profesionales a fin de crear planes de contingencia o protocolos ante la situación", explica la directora de la Misión Biológica. "Lo malo es que no hay tiempo para desconectar, estás con el móvil y el ordenador en casa y atiendes llamadas todo el tiempo", cuenta.

LA ONCE. Dejar de viajar no es sinónimo de tener un ritmo de trabajo más relajado. Al menos en tiempos en los que toca adaptarse a la nueva realidad impuesta por la pandemia. Lo describe José Ángel Abraldes, director del Centro de Recursos Educativos de la Once en Pontevedra. "Antes viajaba a Madrid una vez cada tres meses, para tener reuniones o ir a cursos formativos, ahora tenemos muchos más encuentros y formaciones, pero lo hacemos online", explica.

Así, los últimos meses han sido especialmente intensos porque ha tocado replantear el modo de trabajo a las nuevas medidas. "Nos hemos dado cuenta de que era absurdo ir a Madrid por una reunión de tres horas para luego volver", explica, De este modo, cuenta que la Once ya baraja mantener el modelo de reuniones online en el futuro. "Estamos aprendiendo muchas cosas con esto, nos estamos dando cuenta de que teníamos una tecnología que nos daba muchas posibilidades que no estábamos aprovechando y creo que muchos de estos cambios deberían llegar para quedarse", incide el director del CRE de la Once en Pontevedra. "Estamos en un momento en el que la comunicación y la información son muy importantes y no hemos tenido problemas para acceder a ella desde la distancia, hemos incrementado la coordinación y creo que somos más eficientes", cuenta Abraldes.

De este modo, muchas empresas e instituciones estudian ya la forma de mantener las reuniones online más allá de la era covid. "No es un buen momento para las aerolíneas, nos hemos dado cuenta de que así se ahorra dinero", apunta Abraldes. La huella de carbono, esa cantidad de emisiones que provocan cada desplazamiento individual y los hábitos de consumo, se reduce también al cambiar el billete de avión por la webcam, mejorando el medio ambiente.

Estamos en un momento en el que la información y la comunicación son muy importantes

"De momento no se ha hablado de mantener estas reuniones en el futuro, supongo que es algo que se decidirá con el tiempo", explica la directora de la Misión Biológica acerca de los encuentros virtuales en la institución, Sin embargo, lo que sí se está realizando es un plan de teletrabajo para los empleados. "Ya durante el confinamiento lo llevamos a cabo y ahora continuamos teletrabajando por turnos, compatibilizando el trabajo presencial y desde casa", señala. En este sentido, los trabajadores podrán optar a esta modalidad en el futuro en muchas empresas e instituciones incluso después de que la covid sea aplacada.

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