"Todos estamos reflejados en algún momento en la Pasión de Cristo"

Las previsiones meteorológicas se cumplieron y la lluvia dio este domingo una tregua al inicio de la Semana Santa pontevedresa con la populosa bendición de palmas y ramos y la posterior procesión de La Borriquita, eventos que fueron seguidos por miles de fieles.

La celebración contó este año con una novedad, como fue el traslado de la imagen de Jesús entrando en Jerusalén desde la iglesia de San José de Campolongo, una tradición que se remonta a la década de los 90. Con el paso ya apostado junto a las escalinatas de San Francisco, el párroco de San Bartolomé, Raúl Lage Radío, tomó la palabra para dirigirse a la muchedumbre y destacar que varios pasajes de la vida y muerte de Jesucristo tienen un paralelismo con la actualidad. "Todos estamos reflejados en algún momento en la Pasión de Cristo", apuntó.

Durante su intervención también hizo referencia al sufrimiento del Mesías en beneficio de la Humanidad y expresó su pesar por "las muertes innecesarias", tanto las de épocas anteriores como las que se continúan produciendo hoy en día.

Tras la bendición, Lage Radío, flanqueado por los párrocos de Santa María y San José, una corte de monaguillos y representantes de las cofradías de la ciudad, se sumó a la procesión de la Borriquita, que, un año más, fue cariñosamente golpeada por una lluvia de palmas y ramos de olivo agitados sin descanso por niños y mayores.

La comitiva recorrió los aledaños de A Ferrería para concluir en San Bartolomé, donde se ofició una misa. El pistoletazo de salida de la Semana Santa concluyó con la representación, en San José, de La Pasión por parte de Arume.