La tormenta del comercio internacional golpea la economía pontevedresa

La patronal de la provincia bate récord de exportaciones, pero el peaje le sale caro ► Las materias primas se retrasan, su valor sube hasta un 60% y el precio del transporte se triplica
Un barco cargado de contenedores a su llegada al Puerto de Marín. GONZALO GARCÍA
photo_camera Un barco cargado de contenedores a su llegada al Puerto de Marín. GONZALO GARCÍA

La patronal de Pontevedra exportó entre enero y agosto productos y servicios valorados en algo más de 7.509 millones de euros, una cifra sin parangón que ya supera con creces las plusmarcas precovid. Sin embargo, quienes se dedican al comercio internacional en Pontevedra aseguran que nunca han navegado en una tormenta tan agotadora e imprevisible como la de ahora.

La pandemia ha desatado una vorágine sin precedentes que ha disparado el precio de las materias primas y el transporte, y que ha retrasado casi todos los envíos, tanto de los productos base como de la mercancía final.

Lo único medianamente claro es la encomienda, pero cuantificar el coste de producción, calcular el precio de la exportación y fijar la fecha entrega se ha convertido en un ejercicio de premonición, con importantes y preocupantes márgenes de error.

Los precios varían de la noche a la mañana, lo que por primera vez en la historia impide ofrecer presupuestos cerrados. Algunas empresas del entorno de Pontevedra incluso encaran pérdidas por no poder repercutir (todavía) la sucesión de incrementos en los contratos pactados. A nivel del consumidor la revuelta del comercio internacional también es visible en la escalada de precios en multitud de productos y el retraso de los encargos, pero según advierte el tejido empresarial lo que se ve ahora es todavía la punta del icerberg. El ascenso de los importes se acentuará el próximo mes y, salvo giro inesperado, sufrirá un nuevo repunte en enero, cuando muchas empresas aprovecharán para renovar tarifas y amortizar la subida salarial prevista para 2022.

El coste de los fletes llega a multiplicarse por cuatro

El director general de Marfrío, Santiago Montejo, asegura que la situación es "terrorífica" y que la "inestabilidad" a la hora de programar la producción "es manifiesta". "Por muchas cosas, tanto por el coste como por los plazos".

La compañía, especializada en la comercialización y elaboración de productos congelados del mar, ha visto cómo muchas de las especies que importa desde distintos caladeros han subido de precio y cómo "la afluencia y regularidad de los fletes ha cambiado sustancialmente" y se ha encarecido. "El envío de un flete que antes costaba 3.500 o 4.000 dólares puede llegar a valer ahora 17.000. No ocurre en todos los casos, pero en muchos el coste del transporte ha subido un 70% o un 80%. Además, la falta de líneas ha hecho que tengamos que mantener más días con la mercancía en tránsito en cámaras frigoríficas, lo que también aumenta el gasto".

La falta de chóferes ha afectado al envío terrestre y ha hecho que "los precios de las rutas habituales se hayan triplicado o cuatriplicado de la noche a la mañana", sin poder imputarlo en el coste final. Como consecuencia, Marfrío, que exporta el 70% de una facturación próxima a los 90 millones de euros, ha visto mordisqueados sus márgenes de beneficio e incluso cómo algunas operaciones cerradas con 15 días de antelación "han dado un resultado negativo".

La situación ha abocado a la compañía, que emplea a 400 personas –200 de ellas en la planta de Marín–, a "cambiar el modelo de las operaciones, supeditando el presupuesto final al precio que salga el flete". Montejo no atisba solución a corto plazo, pero sí advierte que la empresa, al igual que sus competidoras, ha incrementado tarifas de venta y aumentado el aprovisionamiento de materia prima, lo que a su vez le obliga a "destinar más recursos". "En poco tiempo ha sido una vorágine terrible", concluye el empresario.

Facturas de la luz de hasta 100.000 euros tras el tarifazo
El aumento del coste de la energía es otro de los desafíos que afronta el tejido empresarial. Marfrío ha pasado de una factura de la luz de 45.000 a 90.000 euros, y una empresa de procesados de la zona de Arousa (que prefiere mantener su nombre en el anonimato) asegura que, tras el tarifazo, ha pasado a pagar por el suministro energético "100.000 euros en tres meses".

Materias primas un 60% más caras y fronteras colapsadas

Miguel Falcón, director general de Gráficas Salnés, lleva 40 años al pie del cañón y asegura que no había sufrido un "agotamiento similar" como el que afronta por esta inestabilidad del mercado, ni contemplado "en tan poco tiempo esta repercusión de los costes en los productos".

La firma, centrada en la impresión y el packaging (embalaje), importa cartones especiales de Latinoamérica y el norte de Europa y lleva varios meses lidiando con importantes "problemas de desabastecimiento" y subidas en las materias primas, que de media han sido del 40%, pero que en algunos casos "llegan al 60%".

Falcón indica que las fábricas se excusan con el encarecimiento del transporte y la energía, pero considera que la situación también es fruto de "una especulación muy potente a nivel mundial" y de una sobredemanda artificial por parte de empresas que piden más stock por el famoso "por si acaso".

A nivel de exportaciones la empresa capea bastante bien el temporal en Francia y Portugal, pero en Reino Unido está encontrando dificultades, sobre todo por el colapso de las fronteras debido al papeleo que ha impuesto el Brexit y la falta de personal para tramitar las importaciones. Además, ha visto como las tarifas del transporte "duplican o más las del año pasado" y como, tras "intentar ayudar a nuestros clientes con el stock", ha tenido que actualizar precios. "Si no, quebraríamos".

Los productos se retrasan meses y China copa los barcos

Montajes Rías Bajas, especializada en montajes industriales, ha visto cómo el precio del acero inoxidable se ha puesto por las nubes y cómo los plazos para obtener material se han dilatado. "Muchos suministros se han encarecido entre un 30% y un 40% y productos que recibíamos con brevedad se retrasan entre mes y medio y cuatro meses a pesar de que pedimos directamente a fábrica", explica el copropietario de la firma, Cándido Farto. Las circunstancias han abocado a la empresa a demorar la entrega y ejecución de muchos trabajos, además de hacer frente a un encarecimiento del transporte. Los contenedores que envían a Sudáfrica han pasado de costar 1.500 euros a superar los 4.000, una subida que Farto vincula con "la absorción que está haciendo China, tanto de barcos como de materias primas".

Nodosafer, dedicada a la fabricación de maquinaria para transformar piedra natural, sufre los mismos fenómenos que afectan a otros sectores. Los pedidos de materias primas llegan a destiempo y son más caros, y el transporte "ha triplicado su valor". Por ello, esta empresa pontevedresa, que exporta a países como Turquía, Angola, Francia y Polonia, tiene cada vez más dificultades para "establecer el precio final". "Ahora mismo hacer un presupuesto es un riesgo", señala su director, José Manuel Guitián, quien calcula un aumento promedio del 25% en el coste de producción de las máquinas.

La falta de camiones adelanta la campaña de Navidad

Clavo Food Factory, fabricante de productos gastronómicos para la hostelería, tiene "la suerte de no depender de Asia", pero aun así no ha conseguido salir indemne de la tormenta.

La compañía está trabajando a su máxima capacidad de producción "porque la demanda de producto es muy alta" y, según indica el responsable de compras, Pablo Cámara, no ha encontrado grandes problemas con las materias primas, porque "hicimos los deberes y nos hicimos con un stock bastante fuerte". No obstante, este aprovisionamiento ha elevado el gasto de las cámaras frigoríficas, y no han faltado las dificultades para conseguir determinados productos auxiliares ni los retrasos en algunos envíos.

La previsión de que habrá "una carencia de camiones disponibles" ha llevado a la empresa a adelantar la campaña de Navidad en el mercado intracomunitario. Así, en lugar de iniciar los envíos en la primera semana de diciembre hacia Francia o Italia, arrancará la próxima semana "para asegurarnos de que los productos estarán disponibles" en Navidad, la época de mayor consumo del año.

La venta exterior superó los 7.509 millones
A pesar de todas las vicisitudes, las empresas de la provincia exportaron entre enero y agosto productos valorados en 7.509.468.000 euros, un 21% más que en el mismo período de 2020, un 22% más que en 2019 y más del doble de las que se registraban hace una década. Los diez sectores que más facturaron fueron:
1. Vehículos 4.432.442.000 €
2. Carnes y pescados 967.379.000 €
3. Metales manufacturados 343.628.000 €
4. Maquinaria 291.567.000 €
5. Productos alimenticios y bebidas 252.728.000 €
6. Productos químicos 241.984.000 €
7. Productos minerales 185.868.000 €
8. Objetos plásticos 164.275.000 €
9. Pasta de papel 135.652.000 €
10. Vegetales 113.461.000 €

Importaciones
Las importaciones también han duplicado los valores de hace 10 años. En los primeros ocho meses de 2021 alcanzaron los 7.047.830.000 euros en la provincia, cifra de récord. Así quedó el ránking:
1. Vehículos 3.596.186.000 €
2. Carnes y pescados 1.005.745.000 €
3. Maquinaria 723.299.000 €
4. Metales manufacturados 493.986.000 €
5. Productos químicos 215.521.000 €
6. Productos alimenticios y bebidas 204.358.000 €
7. Objetos plásticos 174.275.000 €
8. Textiles 100.224.000 €
9. Vegetales 94.910.000 €
10. Productos minerales 75.490.000 €

Faltan chips, material de construcción y botellas para embotellar el vino

Los tentáculos de la crisis de materiales y transporte son infinitos y tocan casi todos los palos. Las empresas de construcción acusan una grave crisis de materiales que les ha llevado a paralizar obra y que además ha llegado acompañada de un encarecimiento constante de productos. Desde abril de 2020 a agosto de 2021, la Asociación de Constructores de Pontevedra ha comprobado que el acero ha subido un 105%, el aluminio un 81%, el cobre un 77%, el cemento un 75%, la madera un 50% y el petróleo hasta un 190%.

Los grandes almacenes de distribución de material adolecen los mismos problemas. Un trabajador de una distribuidora local de productos de fontanería y calefacción asegura que hay pedidos que no llegarán hasta "abril o marzo" y que la mayor parte de los proveedores han subido las tarifas "tres o cuatro veces en lo que va de año". Eso sí, sin afectar a la demanda, "que está siendo enorme" y se sitúa "a niveles de antes de la crisis de 2008".

Tréves y otras empresas vinculadas a la automoción se ven afectadas por la falta de microchips, que ha obligado a paralizar la producción en las fábricas de vehículos (empezando por PSA). Y muchas bodegas no encuentran botellas para embotellar el vino. Entre ellas, la premiada Adega San Salvador de Soutomaior, que no puede comercializar lo que le queda de la cosecha de 2020 por la falta de envase. El comercio y los supermercados también acusan faltas y cuelgan y descuelgan etiquetas a un ritmo pasmoso. Los precios nunca fueron tan efímeros.