Un 'tortillón' de 50 huevos

El cocinero, Javier Moldes, con su tortilla gigante. BEATRIZ CÍSCAR
photo_camera El cocinero, Javier Moldes, con su tortilla gigante. BEATRIZ CÍSCAR

¿Se imaginan el tamaño de una tortilla de 50 huevos? No necesitan hacerlo, pueden descubrirlo con sus propios ojos si se acercan al Bar Arumes de Pontevedra, en el número 79 de la calle Joaquín Costa. Y es que en su variada carta de productos tradicionales y autóctonos -recogidos de su propia huerta e invernaderos- destaca, por encima de todo, la tortilla de patatas. En Arumes se pueden encontrar desde las recetas más simples de este típico plato español, hasta las más innovadoras, como la tortilla paisana, la rellena de jamón y queso, o hasta con pimientos de Padrón. Todo un surtido para probar y saborear.

Pocas cosas hay mejores que una tortilla de patatas recién hecha, salvo que, además, sea de tamaño gigante. Esto debió pensar Javier Moldes Durán, cocinero del Bar Arumes, donde, desde hace unas semanas, preparan un sorprendente ‘tortillón’ de más de 50 huevos. "La idea surgió cuando encontramos una sartén de tamaño gigante en Portugal. Nos llamó mucho la atención y nos atrevimos a comprarla. Cuando llegamos a Pontevedra nos paramos a pensar que uso podríamos darle y decidimos impresionar a nuestros clientes con algo espectacular: la tortilla más grande que hubiesen visto nunca", relató Javier. 

El proceso empezó poco a poco. "Primero probamos con una tortilla de 36 huevos y esperamos a ver la reacción de la clientela. Fue un éxito. Los comensales nos la pedían incluso para llevar. A partir de ahí fuimos subiendo poco a poco. 38, 44, 46 y finalmente 50". Javier confiesa que se frenaron en este número porque es el tope máximo que permite su sartén. Sin embargo, no tiene pensado pararse definitivamente ahí. "Queremos superarnos y hacerla aún más impresionante. Aspiramos a conseguir una tortilla de 100 huevos". Su misión ahora es encontrar una sartén que le permitan alcanzar dicho objetivo. "Lo cierto es que ya estuvimos buscando y no las hay de tanta capacidad en el mercado, pero descubrimos que en Portugal las hacen a medida y por encargo. No dudaremos en pedir una", explicó. 

"Aspiramos a conseguir una tortilla de 100 huevos"

La acogida del público a esta iniciativa "fue brutal", pero no cualquiera tiene el entrenamiento necesario para lanzarse a elaborar una tortilla así. "Cuesta mucho hacerla", confiesa Javier, "hace falta mucho tiempo de práctica". El cocinero lleva ya una trayectoria de 17 años dedicándose a la gastronomía, lo que le permite tener un dominio casi absoluto en el "arte" de las tortillas. "Muchos clientes vienen a pedirme el truco. Me dicen que a ellos una de seis huevos les queda seca o que no les cuaja y que algún secreto debo de tener para que, además de hacerla tan grande, me quede bien cocinada", contó Javier. Y es que elaborar una tortilla de más de 10 kilos puede suponer toda una mañana en cocina. "Empezamos a elaborarla a primera hora. Es un proceso lento, y hay que poner, sobre todo, mucha atención a el punto de sal. Todo lo demás es como un tortilla normal. El secreto está en la paciencia en cocina, para que quede bien cuajada, y en el chorrito de leche que añado a los huevos para conseguir más jugosidad", reveló el cocinero. 

Javier Moldes ofrece todos los fines de semana esta espectacular tortilla a su clientela. "La hacemos los sábados para poner de pincho con cualquier bebida, pero también la servimos como tapa según la demanda", indicó. Y confiesa que nunca han tenido problema para acabarla. "Nuestros comensales vienen, la ven, y enseguida nos piden una ración. Hasta alguno se queja de que tiene problemas para terminársela". Aunque la tortilla no está disponible en la carta como un plato más, es posible encargarla para cualquier comida o cena y, además, se puede pedir a domicilio. 

El Arumes es el único bar de Pontevedra que ofrece este ambicioso plato. Una iniciativa que se ve premiada, ahora, por la buena acogida que ha tenido entre los comensales más fieles, y los curiosos que se acercan a probarla. "Los niños piden fotografiarse con la tortilla y los mayores no pueden
resistirse a catarla, explicó ilusionado Javier. Y es que la originalidad y el buen hacer se vuelven elementos fundamentales en la reactivación de cualquier negocio, sobre todo, ahora que las consecuencias económicas derribadas de la pandemia se han cebado con los locales de hostelería y de restauración. "Es muy satisfactorio ver que a tus clientes les gusta lo que haces, que te agradecen tu trabajo y que valoran la creatividad de este tipo de iniciativas. Mi objetivo es hacerles disfrutar, cada día, con mi comida", explicó. De momento, Javier no tiene planeado lanzarse a realizar ningún otro plato XXL, pero, una vez consiga llegar a la tortilla de 100 huevos, no descarta probar "con otra elaboración gigante".

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