La toxina cierra la ría al marisqueo a las puertas de San Xoán

La situación afecta a los trabajadores del sector de a pie y de a flote de las cofradías de San Telmo, Lourizán y San Gregorio de Raxó ▶La clausura temporal es especialmente dura para los mariscadores ahora que empieza el verano, una de las épocas de mayores ventas

Mariscadores en uno de los bancos de la ría de Pontevedra. DAVID FREIRE
photo_camera Mariscadores en uno de los bancos de la ría de Pontevedra. DAVID FREIRE

Justo antes de que den comienzo los festejos de San Xoán y coincidiendo con el inicio oficial del verano, las biotoxinas han hecho aparición en el fondo de la ría de Pontevedra provocando el cierre temporal de los bancos marisqueros. Tras las analíticas realizadas por parte del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), la resolución le fue remitida a primera hora del pasado miércoles a las tres cofradías que operan en la zona: Santo André de Lourizán, San Telmo de Pontevedra y San Gregorio de Raxó.

De hecho, según explicó la patrona mayor de la primera de ellas, María del Carmen Vázquez Nores, el martes los mariscadores sí pudieron extraer almeja y venderla en la subasta de la Lonxa de Campelo, aunque algunos compradores optaron por devolvérsela a los pósitos para no tener que realizar los análisis de los bivalvos a los que obliga la ley en estos casos. "Algunos prefieren no gastar el dinero que les cuestan las analíticas, así que tienen hasta 48 horas para devolver la mercancía a la lonja. En esta ocasión, no sé exactamente cuántos kilos fueron. Esas almejas ya se echaron de nuevo al mar".

Las biotoxinas detectadas en las analíticas que realiza el Intecmar son amnésicas y lipofílicas, estas últimas muy frecuentes en Galicia

Aún así, lo peor es la prohibición de trabajar en las próximas jornadas. Los mariscadores del sector de a flote ya no pudieron hacerlo el pasado miércoles y los que faenan a pie perderán la semana que viene (el calendario marcado para este mes establecía como jornadas de trabajo desde el lunes 25 hasta el viernes 29) y, posiblemente, bastantes semanas más.

De hecho, este episodio de toxina parece bastante virulento, así que lo más probable es que el cierre dure hasta un mes o incluso más. Dependerá de cómo vaya avanzando la situación y de los resultados que vaya obteniendo el Intecmar con las analíticas.

Concretamente, las zonas de la ría afectadas por el cierre son la cinco y la cuatro, es decir, el área por la que se extienden los bancos marisqueros que explotan las cofradías de San Telmo, Lourizán y Raxó. La zona uno, es decir, la parte más externa de la ría, también permanece cerrada ya desde el pasado día 12.

Aunque dependerá de cómo evolucionen las condiciones en el mar, la previsión es que el cierre se prolongue un mes o más

Las toxinas responsables son la ASP o amnésica (detectada en la zona cuatro) y la lipofílica (en las zonas cinco y uno). Esta última es una de las más frecuentes en el litoral gallego.

Además, que el cierre se produzca justo ahora es especialmente duro para los mariscadores, puesto que el verano es una de las mejores épocas para la venta de bivalvos, ya que el consumo se multiplica con la llegada de turistas.

Asimismo, San Xoán es uno de los principales festejos del año en el municipio de Poio, con numerosas comidas y celebraciones familiares que, en muchos casos, incluyen moluscos en los menús.

Las bateas siguen clausuradas desde marzo

Además del cierre temporal decretado esta semana para los bancos de producción de almeja, berberecho y para la navaja y el longueirón, la toxina también mantiene clausurados todos los polígonos de bateas de la ría pontevedresa.

De hecho, para los mejilloneros la situación es mucho más grave, puesto que ellos permanecen sin poder recoger moluscos para su venta desde principios de marzo, es decir, casi cuatro meses. En el caso de uno de los polígonos situados en Aldán, el cierre se produjo en mayo.

El cierre llega tras bastantes meses de tranquilidad

En lo que va de año, las biotoxinas no habían hecho apenas acto de presencia en la ría de Pontevedra, dejando vía libre a los mariscadores para poder trabajar. La situación es muy distinta a la que se registró en 2016, que había sido uno de los peores años de la década. Solo en la primera mitad de aquel ejercicio se habían dado 79 días de cierre en bancos marisqueros pontevedreses por culpa del citado fenómeno natural. En 2015, la zona de la ría más veces afectada por la toxina había sido la número uno (ubicada en la parte externa), con 140 días de cierre, y en 2014 la cifra había alcanzado las 199 jornadas. En los ejercicios anteriores la incidencia de estos episodios tóxicos había sido mucho menor: en 2013 la zona uno cerró 62 días, en 2012 lo hizo 57, en 2011 el área más afectada fue la número tres con 66 días de cierre, en 2010 hubo 20, en 2009 fueron 24 y en 2008 el Intecmar no registró ni una sola jornada en la que las toxinas obligasen a los mariscadores a dejar de trabajar.

En la actualidad, además de la ría de Pontevedra hay otras muchas áreas del litoral gallego afectadas por este fenómeno. 

Comentarios