Las toxinas cierran el marisqueo a pie por segunda vez en 15 días

El cese extractivo todavía es cautelar, lo que impide al colectivo cobrar el paro. El sector acoge la alerta con "pesimismo" y ve peligrar de nuevo la campaña de verano. "Temos o mes de xullo perdido", dicen en San Telmo.
Mercancía subastada el pasado martes que los compradores están devolviendo a la lonja de Campelo, en Poio. ANXO LORENZO
photo_camera Mercancía subastada el pasado martes que los compradores están devolviendo a la lonja de Campelo, en Poio. ANXO LORENZO

Las toxinas cierran el marisqueo a pie por segunda vez en menos de 15 días en la ría de Pontevedra. El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño en Galicia (Intecmar) emitió la nueva alerta el pasado miércoles a última hora de la tarde. El cese extractivo todavía es cautelar, por lo que hasta que se eleve a definitivo el colectivo no podrá cobrar la prestación por desempleo.

El parón biológico ha sentado como un jarro de agua fría al sector, que afronta con "pesimismo" e "indignación" esta situación. Muchos ya dan la campaña de verano por perdida. Solo han podido trabajar cuatro días en lo que va de mes. "Temos xullo perdido", lamenta Marina Buceta, la presidenta de la Agrupación de Marisqueo a Pé de la cofradía de San Telmo de Pontevedra, la más numerosa de las tres que faenan en la ría.

"Sentímonos fatal", reconoce Buceta, que da por perdidas las jornadas de playa de la próxima semana, cuatro en total. "Non creo que se poida volver faenar. Se a partir do 9 de agosto non abre, temos o verán perdido", añade.

El nuevo episodio por toxinas, el segundo que se produce desde que empezó el año, provocará un doble quebranto económico al colectivo de a pie. A la paralización de su actividad profesional, que le impedirá generar ingresos, se une ahora la devolución de la mercancía extraída el martes y el miércoles en los arenales del fondo de la ría.

"O fodido é tirar a ameixa ao mar", añaden en San Gregorio

Los compradores disponen de un plazo de 72 horas para retornar los bivalvos por los que pujaron en la subasta, que siempre se realiza en la lonja de Campelo, en el vecino municipio de Poio. Las primeras remesas llegaron este jueves.

A última hora de la tarde, un total de cinco compradores devolvieron más de 1.150 kilos de moluscos a la rula poiense, según informaron trabajadores de este centro a Diario de Pontevedra. La mayor parte de las partidas, cerca de una tonelada, fueron de almeja japónica, la más abundante en las playas pontevedresas. Entre la mercancía también había almeja fina, de la variedad babosa, berberecho y navaja. Las devoluciones se correspondían tanto de los mariscadores a pie como los de a flote, afectados también por el episodio de toxinas.

El patrón mayor de la cofradía de San Gregorio de Raxó, Iago Tomé, recuerda que el episodio por toxina "podíase esperar". Y el motivo es que una de las cinco zonas extractivas en las que se divide la ría de Pontevedra, la contigua a los bancos marisqueros pegados a la costa, lleva más de 20 días cerrado por esta razón. "O fodido é ter que tirar a ameixa ao mar", subraya Tomé.

La reposición de la mercancía subastada en la lonja de Campelo por parte de los compradores obligará a los pósitos a devolver la misma al mar para evitar que mueran. De ello se encargarán los responsables de las cofradías, que elegirán los puntos con las condiciones más idóneas para el desarrollo de las almejas y los berberechos.

 La lonja de Campelo recibe las primeras devoluciones, la mayoría de almeja japónica

Buenos precios

El parón biológico en los arenales se produce en un buen momento para el sector. Con precios "moi bos" para el marisqueo a pie. La almeja de menor tamaño, la de tipo B, se pagó a 11,04 euros y a 11,36 euros por kilo el pasado martes. La de clase A, algo más grande, llegó a los 11,56 y a los 12,37 euros. Y la de tipo extra, la de mayores dimensiones, se vendió al mismo valor: 18,86 euros.

"A todos nos está sentando fatal todo isto. Sobre todo porque a ameixa tiña prezo", subraya el patrón mayor de San Gregorio, que augura vacas flacas para el marisqueo después de la campaña estival. "Agora estamos nunha burbulla. Pero en setembro vamos a levar na cara. Vai ser peor que a crise do 2008", añade.

 

La almeja japónica reina

La del verano es la segunda campaña más fuerte del año para el colectivo después de la Navidad. Y la almeja japónica es la que más volumen de negocio genera.

Siete de cada diez euros facturados por la lonja de Campelo en el primer semestre de 2022 fueron gracias a la venta de esta variedad de origen asiático. Entre el 1 de enero y el 30 de junio se comercializaron 174.352,21 kilos de este molusco, que movieron 1.638.986,49 euros. En total, la rula poiense facturó 2.236.676,57 euros.

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