Las playas del fondo de la ría de Pontevedra vuelven a estar cerradas al marisqueo. Y todo ello como consecuencia de un nuevo episodio de toxinas. Los análisis realizados por el Instituto Tecnolóxico para O Control do Medio Mariño (Intecmar) confirmaron este mismo miércoles un cierre extractivo que ha sentado como un jarro de agua fría al sector. Es el segundo que sufre en menos de dos semanas. El último se decretó el pasado 26 de abril y se prolongó hasta principios de este mes.
"Estamos fodidos. A xente foi traballar o luns e o martes para tirar o marisco ó mar", manifestó este miércoles el patrón mayor de la Cofradía de San Gregorio de Raxó, Iago Tomé, que aseguró que la mercancía recogida en los arenales "tiña moi bo prezo".
La clausura temporal de la actividad marisquera ha provocado que muchos compradores hayan devuelto ya las almejas capturadas esta semana. La lonja de Campelo custodia parte de estos pedidos, que tendrán que devolverse al mar. Depuradoras, supermercados y áreas comerciales disponen de un plazo de tres días para entregar el género si los contraanálisis así lo recomiendan.
César Rodríguez. Patrón mayor de San Telmo
"Habría sido mejor no abrir el marisqueo. Ahora hay que devolver las almejas al mar con el riesgo de que se mueran"
"Habría sido mejor no abrir el marisqueo", sentencia el patrón mayor de la Cofradía de San Telmo de Pontevedra, César Rodríguez, que recuerda que "ahora hay que devolver las almejas al mar con el riesgo de que se mueran" como consecuencia del mal tiempo. "Entonces la pérdida sería doble para todos", añade.
Los responsables de las cofradías calculan que tanto los mariscadores de a pie como los de a flote recogieron más de 3.000 kilos de almeja en la última jornada de faena, la del martes. Si se confirma la devolución de todo el género, el sector cifra las pérdidas por trabajador entre 90 y 110 euros.
Iago Tomé. Patrón mayor de San Gregorio
"Estamos fodidos. A xente foi traballar o luns e o martes para tirar o marisco ó mar. Tiña moi bo prezo"
EL PARO. Además del cierre por las toxinas, los mariscadores han recibido un nuevo varapalo. Una circular interna les recomendó el miércoles que no tramiten la solicitud para cobrar el paro al que tienen derecho por pertenecer a un régimen especial de autónomos.
El motivo que esgrimen las cofradías es que el Instituto Social de la Marina ha recomendado que no se pida aún la prestación por cese de actividad "pois houbo un cambio de normativa e non teñen claro como se tramite a partires de agora". "Estamos á espera de recibir instrucións", indica el oficio.
La del miércoles es la segunda clausura de los arenales del fondo de la ría que se produce en lo que va de año. Las toxinas provocaron el cierre de las mismas durante nueve días: cinco en abril y cuatro en mayo.
Los mariscadores tenían previsto faenar durante doce jornadas a lo largo del mes de mayo. Los empleados del mar esperan que si esta situación persiste en el tiempo puedan recuperar los días de trabajo en 2019. Esta actividad genera en los municipios de la comarca, principalmente en Poio, cerca de 500 empleos.
Además de las playas, el repunte de las toxinas también afecta a otra actividad del mar: las bateas. El Intecmar, que es un organismo dependiente de la Xunta, mantiene cerrados estos polígonos en la ría pontevedresa.
La almeja japónica manda
La almeja japónica es la principal fuente de ingreso del sector marisquero de Pontevedra. La lonja de Campelo, que recibe toda la mercancía de esta especie extraída en las playas del fondo de la ría, subastó 604.539,05 kilos de este bivalvo de origen asiático en 2018. Sus ventas generaron 5.339.823,07 euros. La variedad babosa ocupa el segundo puesto en el ranking de facturación: 1.189.604 euros y 70.520 kilos recogidos en 2018. La almeja fina, la del país, se sitúa en tercera posición: 641.881,34 euros y 18.836 kilos recolectados.
Navaja, choco y centolla
La navaja, el choco y la centolla fueron los productos del mar que más ingresos generaron en la lonja de Campelo tras la japónica, la babosa y la fina.
646.000 euros de berberecho
Un parásito ha diezmado al berberecho en la ría. En 2013, esta especie generó en Campelo 960.000 euros. El año pasado solo 646.000.